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Primer día de juicio contra el atacante de los atentados de París

Salah Abdeslam, el único superviviente de los comandos yihadistas que perpetraron los atentados de París de 2015, se negó a responder responder preguntas el primer día de juicio.

5 de febrero de 2018
| Foto: EFE

Salah Abdeslam, sospechoso clave de los atentados de París en noviembre de 2015, rechazó este lunes responder a las preguntas del tribunal que lo juzga en Bruselas por un tiroteo en Bélgica en marzo de 2016, poniendo su confianza en Alá.

"Mi silencio no me convierte en criminal, es mi defensa", aseguró ante el tribunal antes de mencionar a Alá y su religión, el islam. "Ahora, júzguenme, hagan lo que quieran de mí", "no tengo miedo de ustedes (...) pongo mi confianza en Alá y, eso es todo, no tengo nada que añadir", agregó.

Vestido con pantalón negro y chaqueta clara, Abdeslam, que luce una barba tupida y pelo engominado hacia atrás, ya advirtió desde los primeros minutos del proceso que no respondería a las preguntas del tribunal, encabezado por Marie-France Keutgen.

"¿Usted es Salah Abdeslam, nacido en Bruselas el 15 de septiembre de 1989?", le preguntó la juez que preside el proceso al inicio de la sesión. "No deseo responder a las preguntas", declaró Abdeslam, quien por boca de su abogado, Sven Mary, también rechazó que se tomen imágenes de él.

Aunque este proceso juzgará el tiroteo ocurrido en la localidad de Forest en marzo de 2016, se ve como un preámbulo del que tendrá lugar en Francia por los atentados de París que dejaron 130 muertos. Además, uno de los interrogantes era saber si Abdeslam rompería el silencio que ha guardado hasta el momento en Francia.

El juicio se celebra entre fuertes medidas de seguridad tanto dentro como alrededor del Palacio de Justicia. Un helicóptero sobrevuela el imponente edificio del siglo XIX con un proyector y militares armados se encontraban en las inmediaciones.

Petición de víctimas de atentados, pospuesta 

Abdeslam, un francés de origen marroquí de 28 años, que creció y se radicalizó en la popular localidad bruselense de Molenbeek, acabó formando parte de una célula yihadista implicada en al menos tres sonoras operaciones en los últimos años.

Los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París (130 muertos), del 22 de marzo de 2016 en Bruselas (32 muertos) y el malogrado ataque en un tren entre Ámsterdam y París en agosto de 2015 responden "quizás a una única operación" del grupo Estado Islámico (EI), según la fiscalía federal belga.

V-Europe, una asociación de víctimas creada tras los ataques de la capital belga, reclamó constituirse como parte civil, pero el tribunal aplazó debatir su solicitud a finales de marzo. Mary contestó esta petición durante un corto receso del proceso. 

Los hechos por los que se juzga a Abdeslam entre el lunes y el viernes se remontan al 15 de marzo de 2016. Aquel día investigadores franceses y belgas fueron sorprendidos por disparos durante un registro rutinario en uno de los refugios de la célula en Forest.

Tres policías resultaron heridos y un yihadista de origen argelino de 35 años, Mohamed Belkaid, falleció al enfrentarse con los agentes para cubrir la huida de Abdeslam y de un cómplice, Sofiane Ayari, un tunecino de 24 años, a quien la justicia también juzgará a partir del lunes en Bruselas. 

Detonante del 22 de marzo 

Ambos yihadistas fueron detenidos tres días después, el 18 de marzo, en Molenbeek, una detención que, según los investigadores, representa el detonante de los atentados del 22 de marzo, cuando tres atacantes suicidas se hicieron explotar en el aeropuerto y en el metro de la capital belga.

La audiencia, que debía celebrarse inicialmente a mediados de diciembre ante el tribunal correccional de Bruselas, se aplazó para dejar tiempo a Mary, que acababa de hacerse cargo de nuevo de la defensa de Abdeslam, se preparara el proceso.

A Ayari y Abdeslam se les juzga por "intento de asesinato de varios policías" y "tenencia de armas prohibidas", todo ello "en un contexto terrorista". Se enfrentan a hasta 40 años de prisión.

Abdeslam, único miembro con vida de los comandos que atacaron París, también deberá responder ante la justicia francesa por esos ataques, en un proceso cuya fecha todavía no ha sido fijada. 

Desde abril de 2016, se encuentra bajo vigilancia las 24 horas del día y en régimen de aislamiento en una prisión cercana a París. Desde allí, partió en la madrugada del lunes escoltado por unidades de élite hasta el tribunal, si bien durante el proceso dormirá en otra cárcel del norte de Francia.

¿Quién es Salah Abdeslam?

El único superviviente de los comandos yihadistas que perpetraron los atentados de París de 2015, llevaba una vida de juerguista cometiendo pequeños delitos antes de volverse yihadista en un tiempo récord en Molenbeek, un barrio popular de Bruselas.

En este suburbio, donde creció, Abdeslam tenía sobre todo fama de ser un delincuente de baja calaña, que fumaba marihuana, bebía cerveza y tenía poco apego a la religión.

La policía antiterrorista francesa cree que Salah Abdeslam desempeñó un papel clave en la preparación de los atentados del 13 de noviembre de 2015, cuando tres comandos de yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) sembraron el terror en bares, restaurantes y una sala de conciertos de París, matando a 130 personas.

Este ciudadano francés, de origen marroquí, que hoy tiene 28 años, se habría encargado de alquilar los vehículos y las habitaciones utilizadas por los atacantes y de organizar el viaje de los miembros de la red hasta Francia.

La noche de la masacre fue equipado con un cinturón de explosivos. Pero a diferencia de su hermano Brahim y por razones todavía confusas, no se hizo estallar y su dispositivo fue hallado en un cubo de basura días después.

En una carta que se le atribuye, Abdeslam decía haber querido "reunirse con el resto de (sus) hermanos" y morir como un "shahid" (mártir) pero que su cinturón no funcionó.

Logró escapar de Francia en coche tras la matanza y pese a que la foto de este joven moreno de ojos marrones circuló por toda Europa, logró permanecer durante cuatro meses en la clandestinidad.

Su huida terminó el 18 de marzo de 2016, cuando fue capturado en Molenbeeck, tres días después de un primer tiroteo con policías en Bruselas por el que es juzgado esta semana en Bélgica.

Salah Abdeslam está acusado en Francia por los atentados y espera su juicio en la prisión de Fleury Mérogys cerca de París, de la que fue trasladado provisionalmente esta semana.

‘Malas compañías‘ 

Salah Abdeslam vivía con sus padres, sus dos hermanos, Mohamed y Brahim, y su hermana en un edificio con vistas a la alcaldía en Molenbeek, donde no se le consideraba un aprendiz de yihadista.

Salah trabajó como técnico en la STIB, la empresa de transporte público de Bruselas. En marzo de 2013 abrió un bar en el barrio con su hermano Brahim, Les Béguines, donde se bebía cerveza y se fumaban porros.

Los amigos de los hermanos Abdeslam dicen que empezaron a mostrar señales de fervor religioso antes de la matanza. Para algunos de ellos el problema llegó con "las malas compañías".

Entre sus amigos estaba Abdelhamid Abaaoud, quien se convertiría luego en uno de los yihadistas belgas más notorios y en el presunto cerebro de los atentados de París. Después de un robo en 2010 coincidieron con él en la cárcel.

En los últimos meses "ya no bebían y rezaban un poco más que de costumbre", relató su otro hermano, Mohamed.

Cuando fue interrogado en 2015 tras el desmantelamiento de la célula yihadista belga de Verviers, Salah Abdeslam dijo que Abaaoud era un "buen tipo". No podía ignorar que su amigo, que se marchó a Siria a principios de 2013, se había convertido en una figura importante dentro de la organización Estado Islámico.

Desde su acusación en Francia, Salah Abdeslam siempre se ha negado a responder a las preguntas de los jueces.

Tras su detención, minimizó su papel diciendo que "quería hacerse estallar en el Estadio de Francia" pero que dio "marcha atrás", según el fiscal de París, François Molins.

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