SALUD
Qué no decirle a alguien con cáncer
Frases como “lo siento” o “cuentas conmigo” no ayudan a un paciente que acaba de conocer su diagnóstico de cáncer. Conozca cómo puede mostrarle su apoyo de maneras más útiles.
Cuando una persona es diagnosticada con cáncer la noticia es un difícil de digerir y por eso muchas personas creen que lo mejor es no tocar el tema. Es normal que familiares y allegados intenten dar palabras de aliento, pero en ocasiones no son bien recibidas porque en estos casos lo más importante es simplemente escuchar.
A esta conclusión llegó Stan Goldberg, profesor destacado de la Universidad Estatal de San Francisco, quien padece una forma agresiva de cáncer de próstata. El académico publicó el libro Loving, Supporting, and Caring for the Cancer Patient, en donde aconseja qué cosas no se le deben decir a un paciente de cáncer.
La idea central de Goldberg es señalar que quien padece de esta patología no necesita un animador, ni alguien que le asegure que todo va a estar bien porque, simplemente, no puede comprender la situación por la que está pasando. Frases como “todo va a estar bien”, “no hay de qué preocuparse”, “encontrarán la cura”, pueden funcionar en el corto plazo para mejorar el ánimo, pero es precisamente lo que no se debería decir.
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“El enfermo no quiere que le digas que todo va a estar bien cuando no tienes ni la menor idea de cuál es el alcance de tu diagnóstico”, explica el profesor a BBC Mundo. Al respecto, Goldberg también recomienda no hablar de otros casos, ni comparar el tipo de cáncer con el de otra gente porque cada enfermedad es distinta y tiene sus propias prescripciones.
En los momentos de desahogo, la clave es escuchar. Si la persona está contando detalles de su tratamiento o está diciendo cómo se siente, lo más prudente es prestar atención para dejar que sea el afectado quien guía la conversación y ponga los temas sobre la mesa. Comentarios como “estuve leyendo eso en internet” o “conozco a alguien que se alivió con esto”, no sirven porque hay que recordar que cada cáncer es diferente. El silencio puede ser el mejor apoyo que reciba una persona con esta enfermedad y que necesita desahogar sus emociones.
En lugar de intentar aliviar el sufrimiento con frases cliché, lo que se debería hacer es mostrar con acciones cómo es que puede ayudar. En vez de decir, “cualquier cosa que necesites me avisas”, porque eso genera un estrés en el enfermo y una carga, lo mejor es mostrarle su ayuda y solidaridad de formas específicas como, dado el caso, ayudarle a cuidar a los hijos, acompañarle al médico o con diligencias del hogar. “Ofrecer ayuda concreta y específica es mucho más significativo que cualquier cosa que puedas decir", dice Goldberg.
En su blog en The New York Times, Jane E.Brody, quien también padeció de cáncer, recopiló otros “qué no decir” a una persona con esta enfermedad. Entre ellos, recomienda no hacer comentarios sobre los cambios físicos de un paciente, ni sugerir que la enfermedad fue producto del estilo de vida que llevó la persona. Puede que haya sido un factor, pero el sentimiento de culpa no es bueno en esa situación.
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Por otro lado, ofrecer información sobre tratamientos alternativos que aún no han sido aprobados o que pretendan reemplazar el tratamiento médico siempre es una mala idea. Tampoco está bien decirle al paciente que agradezca que tiene ese y no otro tipo de cáncer más agresivo, porque esto es minimizar su tragedia; al final, para nadie es bueno padecer cáncer.
Presionar a la persona para que hable de su enfermedad tampoco se recomienda, ni decir frases como “yo sé lo que siente”, porque nadie puede saber qué siente el otro. Así mismo, pedirle al paciente que mantenga una “actitud positiva” se puede convertir en una carga e inducir a sentimientos de culpa. Lo mejor es ofrecer el apoyo incondicional, sea cual sea el estado de ánimo en el que se encuentre la persona.
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Finalmente, hay que recordar que el afectado tiene una carga emocional grande y por eso mismo no se le debe abrumar con nuestros propios sentimientos. Lo mejor es mostrar fortaleza para poder transmitirla y dejar los miedos a un lado. Lo importante es simplemente escuchar.