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Reino Unido se divorciará de la UE pendiente de no perder a Escocia

Theresa May tiene un nuevo problema que sortear, ahora la jefa del gobierno regional escocés anunció que solicitará permiso al parlamento para convocar un nuevo referéndum de independencia. Este es el panorama.

13 de marzo de 2017

El Reino Unido negociará la ruptura con su principal aliado, la Unión Europea, con su integridad territorial en entredicho, después de que el gobierno escocés anunciara que buscará otro referéndum de independencia.

Casi nueve meses después de que los británicos decidieran abandonar la UE en el referéndum del 23 de junio, hartos de la inmigración —según la lectura que hizo el gobierno de Theresa May—, la ley para iniciar la ruptura entraba en su última fase parlamentaria y será aprobada en breve.

Inmediatamente después, May estará en disposición de notificar la salida a Bruselas, pero un portavoz gubernamental recordó que la primera ministra se dio hasta fin de mes para hacerlo, poniendo el acento en ese "fin" para sugerir que no tiene prisa por quemar etapas.

Entre tanto, se le abrió un nuevo frente a May. La jefa del gobierno regional escocés, la nacionalista Nicola Sturgeon, anunció que solicitará permiso al parlamento regional para convocar un nuevo referéndum de independencia del Reino Unido.

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"La semana que viene buscaré la autorización del parlamento para llegar a un acuerdo con el gobierno británico" para este referéndum, con la idea de celebrarlo entre el otoño (boreal) de 2018 y la primavera de 2019, dijo Sturgeon, descontenta porque, afirmó, Londres no está teniendo en cuenta las necesidades de Escocia en el Brexit.

May: el referéndum traería incertidumbre

May tiene que dar su acuerdo al referéndum, y, en su primera reacción, no dijo que lo frenaría, pero reprochó a los nacionalistas escoceses que "la política no es un juego".

La demanda de un referéndum "es profundamente lamentable y coloca a Escocia en un camino de mayor incertidumbre y división", añadió May. "Las evidencias muestran que la mayoría del pueblo escocés no quiere un segundo referéndum de independencia".

"En vez de hacer politiqueo con el futuro de nuestro país, el gobierno escocés debería concentrarse en gobernar bien y ofrecer buenos servicios públicos", concluyó.

Para Sturgeon, sin embargo, no hay opción. "No es sólo nuestra relación con Europa, la que está en juego, lo que está en juego es qué clase de país seremos", dijo en un discurso en Edimburgo.

Además, advirtió a Londres que no puede frenar el referéndum: "el mandato del gobierno escocés para ofrecer este paso está fuera de toda duda".

En el primer referéndum, en setiembre de 2014, los escoceses rechazaron la independencia (55%-45%). Dos años después, votaron abrumadoramente (62%) a favor de seguir en la Unión Europea, pero a nivel nacional se impuso la salida.

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Pendientes del Parlamento

Si no hay sorpresas, la Cámara de los Comunes debatirá y aprobará el proyecto de ley, que luego volverá a la Cámara de los Lores para su lectura y votación final, todo ello este lunes. Inmediatamente después, Isabel II hará el resto dando el consentimiento real y convirtiéndolo así en ley.

Luego, May podría enviar la carta a Bruselas invocando el Artículo 50 del Tratado europeo de Lisboa y abriendo dos años de negociaciones para acordar los términos de ruptura.

"Lo que pasa luego es bastante simple", explicó a la BBC David Davis, el ministro a cargo del Brexit. "La carta va al Consejo Europeo", la institución que reúne a los jefes de Estado y de gobierno, "y el Consejo tiene que decidir las directrices" de las negociaciones.

La UE aseguró que presentará su primer plan para las negociaciones en un plazo máximo de 48 horas tras recibir la notificación de salida de Londres, y que finalizará su estrategia en una cumbre el 6 de abril.

Luego, dos años de negociaciones, en las que los 27 países restantes hablarán con la sola voz de Michel Barnier, el negociador francés, pero en las que cada Estado tendrá sus aspiraciones.

Según un informe interno del gobierno español, revelado por el diario El País, para Madrid el elemento "más relevante" de las mismas es "el mantenimiento de la libre circulación de trabajadores".

España alberga la mayor comunidad británica dentro de Europa, con unas estimaciones no oficiales que hablan de entre 800.000 y un millón de británicos instalados en el país.

Inversamente, hay más de 102.000 españoles en edad laboral en el Reino Unido.