LIBROS

Reportaje al pasado de Gaza

En formato de cómic, el periodista Joe Sacco narra su investigación sobre dos masacres ocurridas en 1956.

Luis Fernando Afanador
13 de junio de 2015
Joe Sacco es uno de los dibujantes de mayor reconocimiento internacional. | Foto: A.F.P.

Joe Sacco
Notas al pie de Gaza
Mondadori, 2012
418 páginas


Joe Sacco, un conocido reportero de guerra que cuenta sus historias a través de viñetas, es enviado en la primavera de 2001 por la revista Harper’s a hacer una crónica en la Franja de Gaza. Va en calidad de ilustrador, y Chris Hedges como periodista. Ambos deciden enfocar su trabajo en la ciudad de Khan Younis, que está viviendo la segunda intifada contra la ocupación israelí. Allí, Sacco recordó un libro de Chomsky, El triángulo fatal, en el que se mencionaba un informe de Naciones Unidas sobre una gran matanza de civiles en Khan Younis, en 1956. Le propuso a Hedges incluir como un apéndice aquel episodio histórico. Para eso, recogieron informes de testigos oculares sobre lo que pasó en noviembre de 1956. Por alguna razón que desconocen, el editor de la revista suprimió el apéndice. Sacco se molestó porque el episodio no le parecía deleznable: según la Naciones Unidas habían muerto 275 palestinos. Decidió no dejarlo en el olvido. Volvió a Gaza y se enteró de otra matazón de civiles ocurrida en el mismo mes y año, pero en Ráfah, otra ciudad de la Franja. Este libro es, entonces, el reportaje gráfico de sus dos vistas a Khan Younis y a Ráfah –entre noviembre de 2002 y marzo de 2003– en busca de lo que realmente ocurrió en esas dos ciudades aquel año.

El libro se titula Notas al pie de Gaza. No es gratuito: a Sacco le interesan esos pequeños episodios ignorados, al margen. Las notas a pie de página de los grandes relatos históricos. “La historia tiene llenas las manos. No puede evitar generar páginas cada hora, cada minuto. La historia se atraganta con sucesos recientes y engulle tantos como puede”. Los sucesos de Khan Younis y Ráfah fueron engullidos por la historia, por el gran relato que en ese mismo año de 1956 fue la guerra del Sinaí: Gran Bretaña y Francia invaden a Egipto. Cada cual con una justificación encubierta: Gran Bretaña para recuperar el canal de Suez que ha nacionalizado Nasser, y Francia como retaliación al apoyo de Egipto a Argelia. Israel, aprovechando el desorden, ocupa la península del Sinaí y, de paso, la Franja de Gaza, en aquella época bajo la autoridad egipcia. Como es sabido, Estados Unidos abortó la invasión para evitar la influencia rusa en Egipto y no alborotar al mundo árabe. Israel se retiró a regañadientes, aunque Ben Gurión juró no ceder la Franja de Gaza.

A nadie le gusta recordar hechos trágicos. Uno de los obstáculos con el que se encuentra Sacco para conseguir los testimonios es que los habitantes de Khan Younis y Ráfah no ven la necesidad de escarbar en algo ocurrido en 1956 cuando su realidad presente es de controles fronterizos, ráfagas de ametralladoras, muertos, amputados y bulldozers que en un instante destruyen las casas que les han costado años y sacrificios. ¿Qué importa lo ocurrido en 1956? Esa es la pregunta repetida a la cual se enfrenta. El mozo de una tienda se lo dice de frente: “Olvídese del pasado. ¿Por qué no el presente?”. Sacco solo atina a responder lo siguiente: “Un día, dentro de 50 años, se habrán olvidado de ti, también”.

El otro obstáculo, ya conseguido el testimonio –siempre de ancianos, por obvias razones– es que los recuerdos se mezclan. La guerra del Sinaí, las masacres, la guerra de los Seis Días. Es cierto, en la Franja de Gaza se confunden pasado y presente. ¿Son idénticos? ¿Ahora es peor que en 1956? Una señora le dice a Sacco: “Aquellos eran días más duros, porque mataban a los hombres delante de su familia”. Los recuerdos se mezclan, algunos datos se contradicen, pero el dolor físico es difícil de olvidar: todos recuerdan, nítidos, los batazos en la cabeza y la cerca de púas con que los recibían en el patio de las escuela donde los concentraron para torturarlos y matarlos. De cualquier manera, Sacco no se apoya únicamente en testimonios. También consultó documentos, historiadores y entrevistó a funcionarios israelíes. Es un gran reportaje. “He llegado a la conclusión de que el trato de los civiles es injustificadamente duro y que un buen número de personas ha sido asesinada a sangre fría”, dijo en una carta de 1956 R. F. Bayard, presidente de la Comisión Mixta Egipcio-Israelí para el Armisticio.