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El Tony en Bucaramanga y Cañaveral está a cargo de Carlos Contreras padre y Carlos Contreras hijo. | Foto: El Tony

SANTANDER

"En 50 años, El Tony nunca había cerrado, abría las 24 horas"

Uno de los restaurantes con mayor tradición de Bucaramanga está atravesando una crisis sin precedentes. SEMANA habló con Carlos Contreras, la tercera generación a cargo del negocio.

23 de mayo de 2020

Por Astrid Suárez*

Desayunar en El Tony después de una noche de rumba es toda una tradición en Bucaramanga. La pandemia obligó a este restaurante de comida típica santandereana a cerrar sus puertas al público, después de décadas de mantenerlas abiertas las 24 horas, los 365 días de la semana, tal como lo ideó en 1965 Jesús Plata Flórez, su fundador. SEMANA habló con Carlos Contreras, la tercera generación a cargo del restaurante, quien contó cómo están sorteando la situación.

SEMANA: ¿Cómo ha sido para un restaurante de tradición como El Tony afrontar la pandemia, tener que cerrar sus puertas?

Carlos Contreras: Es un caso especial porque El Tony nunca cerraba sus puertas, es el único negocio en Colombia que permanecía abierto todos los días del año, 24 horas desde 1965. Cuando llegó esta situación afrontarla fue muy fuerte para nosotros, porque es un negocio que no está acostumbrado a cerrar. Lo asumimos, pero pensamos que la cuarentena iba a ser corta, así que decidimos tomarnos la cuarentena los primeros días. Pero decidimos abrir al ver que la situación no iba a volver a la normalidad tan rápido y las cuentas no paraban.

SEMANA: ¿Desde 1965, cuando se fundó El Tony, nunca habían tenido que cerrar?

C.C.: Solo una vez por remodelación, pero se cerraba muy pocos días. El otro día hablaban de que el país trabajara 24 horas, eso para nosotros es normal, de toda la vida, llevamos más de 50 años trabajando así. Eso ha hecho al negocio un ícono, no solo a nivel local, sino nacional e internacional. Fue el primer restaurante que abrió 24 horas, antes de que se hablara de Nueva York como la ciudad que nunca duerme.

"Fue el primer restaurante que abrió 24 horas, antes de que se hablara de Nueva York como la ciudad que nunca duerme".

El primer restaurante El Tony fue inaugurado en Guarín, un sector tradicional de Bucaramanga, el segundo en Cañaveral, en el área metropolitna hace 10 años.

SEMANA:¿Cómo les ha impactado la crisis en las ventas?

C.C.: Se modificaron los protocolos, también el personal en algunas partes, porque la pandemia ha llevado a que las ventas disminuyan hasta un 15 por ciento. La venta en domicilio se activa los fines de semana, entre semana no. Tenemos una capacidad grande, pensando en esa venta presencial que se tenía siempre.

SEMANA: ¿Han despedido trabajadores o lo piensan hacer?

C.C.: El Tony tiene dos sedes en Santander con 60 trabajadores, en Guarín y Cañaveral. En este momento estamos trabajando con la mitad. Se aplicó la suspensión de los contratos o las vacaciones, mientras se supera la pandemia. Somos de los primeros afectados y vamos a ser de los últimos en reactivarnos. No hemos despedido a nadie hasta le momento, pero al paso que vamos puede ser. Ahora salió una medida para subsidiar el 40 por ciento de la nómina, pero las ventas no alcanzan para cubrir los costos, el arriendo, la nómina y los impuestos.

"Somos de los primeros afectados y vamos a ser de los últimos en reactivarnos".

SEMANA: ¿Tienen empleados que llevan toda una vida con ustedes?

C.C.: Sí, tenemos un equipo de trabajo de muchos años atrás, algunos que ha estado por 30 años, que alcanzaron a conocer a don Jesús, cuando él estaba a cargo. Don Jesús era un visionario, pensó en un restaurante que abriera cuando los otros no trabajaban, cuando la gente quería comer, en ese entonces Bucaramanga todavía era un pueblo. Él me contaba que los primeros meses era solo, porque después de las siete de la noche la gente no pensaba en ir a comer, no estaba en la cultura, le tocó regalar la comida. Después se hizo famoso por ser un desayunadero, se convirtió en un ícono.

Carlos Contreras, padre, compró el restaurante a don Jesús, desde entonces lo lidera junto a su esposa Gilma Ayala de Contreras.

SEMANA: La vida nocturna va tardar en abrirse, ¿cómo ven la situación?

C.C.: Las ventas más fuertes de El Tony eran en la noche y en la madrugada. Bucaramanga tiene muy buen servicio de comidas en las noches, después de El Tony abrieron muchos más. De por sí la palabra desayunadero y amanecedero sale de Bucaramanga.

"Las ventas no alcanzan para cubrir los costos, el arriendo, la nómina y los impuestos".

Sin su fiel clientela, así luce el restaurante durante la cuarentena.

SEMANA: ¿Qué le dicen sus clientes con el cambio a los domicilios, porque ya no hay servicio a la mesa como acostumbraban?

C.C.: El Tony ha tenido el servicio de domicilios desde hace muchos años. No hay nada como ir a un negocio que te trae recuerdos, nostalgia de tantos años, eso es imposible trasladarlo a las casas. Nos ha tocado buscar empaques, en el Día de la Madre se presentó algo terrible, nadie sabía qué era un Día de la Madre con una pandemia y un toque de queda de todo el fin de semana, eso nos mostró que se necesita el servicio a la mesa. Todos estuvimos copados, me quedé con comida caliente que no podíamos despachar porque faltaban domiciliarios. La gente no ha comprendido que el domicilio nunca va a ser igual a ir al restaurante.

Ahora que no pueden abrir sus puertas al público, reforzaron su servicio de domicilio. Envían los platos típicos listos o para terminar en casa.

SEMANA: Se habla que los negocios deben reinventarse, ¿han pensado en posibilidades de innovación?

C.C.: Sí, he venido trabajando desde mi línea como chef, desde El Tony tenemos la línea hogar, en la que enviamos comida ultracongelada o fría, para que las personas la calienten en casa, a un precio menor, pero con la calidad de El Tony. Tenemos cabro, empanadas, arepas, pepitoria, ya estamos vendiendo a nivel local y nacional, mandando cavas para otras ciudades.

SEMANA: Usted es el presidente de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica en Santander, ¿cómo está el sector en el departamento?

C.C.: Desde Acodress se ha pedido que permitan que las personas puedan recoger la comida en los restaurantes, lo que llaman los gringos el "take away". Las ventas de todos los restaurantes han bajado, hay negocios que reportan el 10 por ciento de su venta total, el que mejor está vendiendo está sobre un 20 por ciento. La mayoría están sufriendo porque su modelo de negocio no se acomoda a los domicilios.

*Corresponsal de Semana en Santander.