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Los Kennedy las prefieren rubias

Nuevas revelaciones sobre las relaciones entre Marilyn Monroe y los hermanos Kennedy.

18 de noviembre de 1985

El escándalo sigue persiguiendo a la rubia y sensual Marilyn Monroe. Así como a sus buenos amigos, los hermanos John y Robert Kennedy, quienes la semana anterior debieron sentir removerse sus heridas mientras un libro y un programa de televisión, que fue censurado, concentraban la atención de nuevo sobre las relaciones sexuales que la actriz y los dos jóvenes políticos sostenían sin ocultárselo a nadie.

Lo peor de todo, no es que los fogosos Kennedy se sintieran atraídos por la lánguida belleza, sino que elementos del crimen organizado, encabezados por El desaparecido líder sindical, Jimmy Hoffa, hubieran filmado y grabado los encuentros y conversaciones y caricias del hermano menor del Presidente, siendo a su vez Fiscal General en EE.UU.

El libro, Goddess, escrito por el periodista Antony Fumners, que solitariamente realizó durante los últimos años una intensa investigación entre amigos, parientes y testigos de las últimas horas de Marilyn, ha comunicado más que ningún otro la curiosidad de los norteamericanos, hasta el punto de que uno de los más agresivos programas de televisión 20-20, había preparado un informe especial que profundizaba aún más en las afirmaciones del libro en torno de la actriz, los Kennedy y los mafiosos, incluyendo testimonios de quienes habían colocado los aparatos de escucha dentro de la casa de la actriz para grabar los encuentros con Robert.

¿Censura por cercanía a la familia Kennedy?

La decisión del director de noticias de la cadena ABC de cancelar ese informe ha levantado una polvareda en los medios de comunicación, no sólo por el prestigio de los periodistas involucrados en su realización, encabezados por la veterana Barbara Walter, sino porque se acusa a altos ejecutivos de la cadena de haber ordenado la suspensión de la emisión por sus lazos familiares y de amistad con la familia Kennedy.

Lo peor es que en algunas declaraciones para explicar su conducta, el jefe de noticias de la ABC, Roome Arledge, sostuvo que el segmento censurado era simple periodismo de cocina, y cuando los reporteros aludidos protestaron, Arledge respondió que había sido mal interpretado por el legislador. El reportaje estaba programado para salir al aire el 26 de septiembre, originalmente con 26 minutos de extensión que fueron reducidos a 17 y finalmente cortados a 13, pero luego lo pospusieron para el 3 de octubre y después eliminado del todo. La controversia ha empeorado porque Arledge es un viejo amigo de Ethel Kennedy la viuda de Robert, y uno de sus asistentes, Jeff Ruhe, de 33 años, está casado con Courtnei Kennedy, la quinta de los once hijos del asesinado político, por su lado, Burke, vicepresidente de noticias de la cadena, fue ayudante de Ted Kennedy.

Para los periodistas de la ABC, según lo comentaron en un noticiero de televisión, la censura de ese informe ha sido desalentadora porque, según ellos, nunca antes se había realizado una investigación tan profunda sobre un tema tan delicado y la cancelación se produjo minutos antes de la grabación final.

Chantaje de la mafia a Robert Kennedy

El material básico para este informe frustrado, que alimentaba el libro ya citado de Antony Fumners, quien reveló la clase de fuentes que demuestran qué ocurrió durante las últimas horas de vida de la actriz, afirma que el desaparecido Jimmy Holman tenía micrófonos en todos los rincones de la casa de Marilyn y que estaba preparando un chantaje contra el fiscal Robert Kennedy, con el fin de presionarlo y lograr que detuviera las investigaciones que adelantaba contra la mafia. En el reportaje censurado algunos de los expertos en colocar micrófonos y cámaras ocultos, manifestaban cómo habían colocado tales instalaciones en el domicilio de la actriz.

Curiosamente, la cadena BBC de Londres también tiene otro reportaje en televisión sobre ese caso, que será emitido el próximo 25 de octubre, y va más lejos porque afirma que Robert Kennedy, deseoso de romper sus relaciones con la actriz, la habia visitado pocas horas antes del suicidio y que una vez conocida la muerte de Marilyn, los Kennedy enviaron un escuadrón de limpieza encabezado por el cuñado Peter Lawford, el actor ya desaparecido, para que recogiera papeles, notas, libros y todo cuanto pudiera implicar a la familia, antes de que llegaran los policías.

Este escándalo ha reubicado el libro Goddess (que quiere decir diosa en catellano) entre los más buscados porque afirma con un lenguaje directo, simple, que la actriz murió víctima de una sobredosis de droga sólo pocas horas después que el fiscal Robert Kennedy había ido a su apartamento para anunciarle su decisión de romper definitivamente con ella. Pero no murió en su casa, y el hospital a donde fue llevada deja entrever que en la ambulancia que la recogió agonizante (nunca se supo quién llamó a la ambulancia y es posible, según el autor, que haya sido el mismo Kennedy, asustado por el efecto de su decisión sobre la actriz) alguien aceleró su muerte.

El cadáver de la rubia fue regresado a su casa, colocado en la cama en una postura que indicaba la agonía previa, y entonces sí avisaron a la Policía, pero no sin que el grupo de amigos de los Kennedy, encabezado por Peter Lawford, hiciera desaparecer cualquier evidencia comprometedora. Se afirma que la demora en avisar indicaba darle a Kennedy tiempo suficiente para que saliera de Los Angeles y apareciera al día siguiente como enterándose solo entonces de la trágica noticia.

Marilyn murió el 5 de agosto de 1962. Durante estos 23 años, toda clase de rumores y leyendas han surgido y expirado, pero la que más ha durado es la relación sexual con los dos hermanos Kennedy. El autor del libro sostiene que, según los testigos entrevistados, ella fue primero amante de John, antes de que éste ocupara el cargo, y que varios meses después en la Casa Blanca el Presidente envió a su hermano menor para que convenciera a Marilyn de que esa relación no podría continuar. Dice el periodista que desde ese momento, Robert enloqueció con ella hasta el punto de no importarle que los vieran juntos, besándose y hasta yendo a playas públicas a bañarse, mientras él se disfrazaba con una barba postiza.

Todo este idilio se hizo añicos cuando Robert supo que el crimen organizado estaba grabando todos sus encuentros con la actriz, con el fin de chantajearlo. En los primeros intentos de separación, Marilyn actuó como una salvaje, llamaba a Kennedy a su casa, lo importunaba a través de amigos comunes y entonces el Fiscal General le envió a su cuñado Peter Lawford, el mismo que la había presentado a John Kennedy, con el fin de convencerla de acabar esa relación. Al parecer, Marilyn estaba muy enamorada de Robert, pero al mismo tiempo sostenía relaciones sexuales con Frank Sinatra, con quien pensaba casarse alguna vez.

Robert poco a poco se fue alejando de ella, no le pasaba al teléfono, permanecía casi todo el tiempo en Washington no iba a Los Angeles y comprendiendo que ella necesitaba verlo, hizo un viaje relámpago el 4 de agosto, un día antes del suicidio. Varios vecinos lo vieron entrar a la casa de la actriz. Le dijo que esa relación era insostenible, le explicó lo de las grabaciones y se fue, pensando que el asunto estaba concluido.

Durante las horas siguientes, ella llamó a varios amigos en busca de ayuda y una de las últimas personas con quien habló, fue precisamente Peter Lawford quien luego de escucharla pacientemente le dijo: "No digas tonterías sobre suicidio, Marilyn, trata de recuperarte, pero por Dios, hagas lo que hagas no dejes ninguna nota o carta cerca de tu cuerpo".

Numerosos obletos que estaban en la habitación de la actriz nunca se encontraron. La autopsia reveló que la muerte se debió a una sobredosis de droga. Algunos vecinos cuentan cómo vieron a Peter Lawford esa madrugada, antes de que se conociera la noticia, entrando y saliendo del apartamento y el actor le contaría a un amigo que había destruido una carta dejada por la actriz.

La llevaron al hospital, y el periodista afirma que murió durante el camino y que luego la regresaron a la casa, la colocaron sobre la cama, y que el médico que hizo la autopsia le diría a algunos amigos que la actriz ya estaba sufriendo los efectos del rigor mortis o sea, que ese cuerpo rígido tenía por lo menos 6 horas de haber fallecido.

El libro tiene numerosas anécdotas de la forma brutal y descarada como los Kennedy acostumbraban pasarse las amigas y amantes, y que en el caso de Marilyn, cuando John decidió acabar con ella, su hermano la recibió como una herencia, pero fue menos discreto y no le importaba aparecer por sorpresa en la casa de la actriz cuando calculaba que ella estaba tomando su baño semanal.

Entonces los amigos eran testigos de la escena embarazosa, en la que ella, apenas cubierta por una toalla, se lanzaba a los brazos del apuesto Fiscal, quien la iba desnudando sin importale quién los observaba.

Lo que muchos norteamericanos y muchos comentaristas de televisión no entienden, es por qué, si ya se sabe todo sobre esas relaciones de los Kennedy con la actriz, se intenta minimizar la presencia de Robert pocas horas antes del suicidio y su fuga cuando supo la muerte de la amiga, en una macabra anticipación del incidente que frustró la carrera presidencial de su hermano Edward.