Escasez de medicamentos
“Afirmar que la insulina adelgaza es irrespetar a los pacientes”: vocera de enfermos con diabetes critica desconocimiento de Petro
Directora de la Fundación Voces Diabetes Colombia explica además el impacto que la escasez de este medicamento está teniendo en miles de pacientes en el paós.
Érika Montañez es la directora de la Fundación Voces Diabetes Colombia, una organización que trabaja por los derechos de los colombianos con esta enfermedad, en un país donde las más recientes estimaciones de la Cuenta de Alto Costo indican que 1′676.885 personas se enfrentan a este diagnóstico.
De estas, al menos 16,94 por ciento (pacientes con diabetes tipo 1) requieren de un tratamiento con insulina para vivir, medicamento que, de acuerdo con algunas asociaciones de pacientes presentaba escasez, de acuerdo con varias denuncias reportados el pasado viernes.
Ese mismo día, durante un acto oficial, el presidente Gustavo Petro aseguró que era necesario reformar el sistema pues muchos pacientes usaban la insulina para adelgazar. En diálogo con SEMANA, Montañez desmiente al mandatario y explica qué lo que pasa con este medicamento en el país.
SEMANA: ¿Cuál es la realidad detrás del desabastecimiento de insulina que reportan varias asociaciones de pacientes con diabetes?
Tendencias
Érika Montañez: El tema es complejo. En agosto pasado publicamos alertas de desabastecimiento porque la propia industria nos comunicó problemas que estaba teniendo con tres insulinas, especialmente una muy vendida en Colombia, Degludec; también Victoza, que es la que confundió el Presidente Petro, y Tresiba. Afirmaron que en noviembre de 2023 se regularía de nuevo el abastecimiento. Y en octubre quisimos hablar con el viceministro de salud, Jaime Urrego, para que explicara qué pasaba, pues había casos en los que se reportaba que el operador farmacéutico no entregaba los medicamentos. Pero, hasta ahora Minsalud no nos ha dado un espacio.
SEMANA: En la actual coyuntura, ¿qué dicen las farmacéuticas?
E.M.: Sanofi reportó que tuvo un problema en su planta de Alemania que hace que se demore el lote de entrega para Colombia, pero que establecieron una fecha con el Invima para que a mediados de marzo estuviera resulto el problema, siempre y cuando el Invima acelere procesos de ingreso. Otro laboratorio, Novo Nordisk, dijo que tienen disponibilidad del medicamento. Lo que nos preguntamos
es por qué el operador farmacéutico no compra la insulina y no la tiene disponible en los canales institucionales y privados. Y aún no hay respuestas. Nosotros hicimos la pregunta con Cruz Verde y nos reportaron que sí había escasez.
SEMANA: ¿Cuántos pacientes con diabetes se han visto afectados?
E.M.: Se han incrementado los reportes en la no entrega de insulina porque la respuesta a muchos pacientes es que ‘no está disponible’. Pero, en perspectiva el riesgo es para 17 mil pacientes con diabetes tipo 1, personas que son todas insulinodependientes para poder vivir. Y en la diabetes tipo 2, cuyos pacientes son insulinorequirientes el 40 por ciento utiliza insulina. Estamos hablando de 3,8 millones de personas. El riesgo es muy alto.
SEMANA: ¿Esto se ha convertido en un gasto de bolsillo para los pacientes?
E.M.: Sin duda, porque al tener estas barreras de acceso el paciente acude al gasto de bolsillo para darle continuidad a su tratamiento. Lo que nosotros hacemos, en caso de que esos pacientes sean de bajos recursos, es invitarlos a que busquen a las fundaciones como Voces Diabetes Colombia para donarles la insulina.
SEMANA: ¿En cuanto se incrementa ese gasto de bolsillo para un paciente?
E.M.: Entre $650.000 y $800.000 mensuales, dependiendo del tratamiento de cada uno porque no todos se aplican las mismas dosis y normalmente requieren dos tipos de insulina. Cada vial de insulina puede costar unos $130.000.
SEMANA: Ustedes como asociación ¿a qué atribuyen lo que está pasando?
E.M.: Son varios factores. Por un lado, la tensión financiera creada sobre el sistema de salud. También los problemas de logística y materia prima a nivel mundial como efecto pospandemia, y la regularización de los procesos sanitarios para ingreso al país por parte del Invima. Otro factor que encontramos más reciente es la regulación de precios. Si estas cuestiones no se arreglan, es grave. Y no sabemos más adelante qué pueda pasar. Llamamos al Ministerio de Salud para convocar una mesa de crisis. Esto pasa con la insulina, que es un medicamento vital para pacientes con diabetes tipo 1. Pero también está sucediendo en medicamentos para pacientes de enfermedades huérfanas.
SEMANA: ¿Han tenido algún contacto con el Invima?
E.M.: Hasta ahora, no. Y el Ministerio de Salud, tampoco. Esperamos que esta semana respondan y podamos trabajar de manera regulada. Desde que empezó este Gobierno no se volvieron a desarrollar las mesas de participación abiertas, las enfermedades crónicas y no transmisibles y huérfanas. Y eso que algunas de ellas están reglamentadas. Es absolutamente lamentable. En espacios públicos, siempre los escuchas decir ‘envíenos la solicitud’, pero en la práctica nunca se volvió a sesionar.
SEMANA: ¿Cómo reciben ustedes los comentarios recientes del presidente Petro en el sentido de que la insulina se usa para adelgazar?
E.M.: Afirmar que la insulina adelgaza es irrespetar a los pacientes. Es muy lamentable que haya semejante desconocimiento técnico por parte del presidente y que se maneje este tipo de crisis con tanta ligereza. Por un lado, no sabe distinguir entre los distintos tipos de diabetes y entre la semaglutida y la insulina. La semaglutida es un medicamento que se usa para apoyar a las personas con obesidad, en la reducción del peso. Pero no es el caso de los pacientes que buscan regular su glucosa en sangre y especialmente las personas con diabetes tipo 1.
SEMANA: Ustedes no han ocultado sus inquietudes sobre la reforma a la salud, ¿qué les preocupa?
E.M.: Varias cosas. En esta reforma no está explícita la continuidad de los tratamientos en los programas de pacientes con enfermedades crónicas. Además, lo que entendemos es que se busca privilegiar la atención primaria. Eso quiere decir que las enfermedades crónicas quedan con recursos sujetos a disponibilidad, es decir, no están aseguradas. Si eso es así, seguirán pasando cosas como la escasez de la insulina o peores. El tema de la tutela tampoco está claro y ese ha sido un gran recurso para hacer valer nuestros derechos.