Anquilosis: la condición que causa rigidez en las articulaciones, ¿cómo tratarla?

Las articulaciones se encuentran en las uniones que hay entre dos o más huesos. En esa medida, son claves para garantizar la movilidad adecuada del cuerpo.

De acuerdo con MedlinePlus, la enciclopedia virtual de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, las articulaciones incluyen los tejidos blandos que rodean los huesos y que están compuestos por cartílagos, tendones y ligamentos.

“Los tendones son bandas resistentes y flexibles que conectan los músculos con los huesos para que pueda mover las articulaciones. Los ligamentos conectan los huesos de la articulación entre sí para mantenerlos estables cuando se mueve”, explica la fuente médica.

Las articulaciones, sin embargo, pueden ser víctimas de múltiples dolores y padecimientos. De hecho, hay una condición médica llamada anquilosis, que se presenta cuando los pacientes perciben que la articulación se vuelve más rígida.

De acuerdo con FisioOnline, una publicación en línea especializada en información sobre fisioterapia, las personas que padecen anquilosis pueden tener distintos tipos de enfermedades que afectan la salud osteomuscular como la artritis reumatoide o la espondilitis anquilosante.

Pero quienes tienen esta condición también pueden estar presentando otras enfermedades de tipo infeccioso como la tuberculosis o la osteomielitis. En ocasiones, indica la fuente citada, también puede aparecer una rigidez pronunciada a raíz de sufrir golpes o lesiones que luego provocan dificultades para moverse adecuadamente.

Incluso la anquilosis puede darse como consecuencia de un desgaste prolongado de las articulaciones, que en ocasiones se deterioran con el paso del tiempo.

En la medida en la que se trata de una condición médica que puede estar causada por múltiples factores, los síntomas también pueden variar bastante. No obstante, la característica principal de la anquilosis es la dificultad para rotar o mover algunas partes del cuerpo, que puede ser parcial o total. En muchos casos los pacientes manifiestan dolor en la articulación afectada y otras complicaciones como inflamaciones o deformaciones.

La publicación citada señala que, una vez se ha identificado que un paciente padece de anquilosis, se debe implementar un tratamiento con el fin de que los síntomas como la rigidez articular, el dolor y la inflamación disminuyan.

Para empezar, señalan que los profesionales médicos pueden optar por ordenar varias sesiones de fisioterapia con el fin de que se recupere el rango de movilidad de la articulación. Además, puede acompañarse de un tratamiento con algunos medicamentos que pueden ser analgésicos para controlar los dolores y antiinflamatorios, para reducir la hinchazón.

En caso de que se trate de enfermedades como la artritis, también se recomienda usar otros medicamentos como los corticoides, que no solo sirven para reducir el dolor, sino que también pueden resultar útiles para mitigar los daños que genera la enfermedad en la articulación, de acuerdo con la Clínica Mayo de Estados Unidos

“Los corticoides pueden administrarse en forma de píldora o de inyección en la articulación dolorida. Los efectos secundarios pueden incluir afinamiento de los huesos, aumento de peso y diabetes”, añade la fuente médica.

Así mismo, pueden incluirse en el tratamiento antirreumáticos que están hechos precisamente para los pacientes diagnosticados con artritis, pues retrasan el deterioro generado por esa enfermedad.

“Además de los medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad convencionales, existen también agentes biológicos y medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad sintéticos dirigidos. Los efectos secundarios varían, pero la mayoría de los medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad aumentan el riesgo de infecciones”, advierte la Clínica Mayo.

Si los pacientes no reaccionan bien a las alternativas terapéuticas que les ofrecen con la fisioterapia y los fármacos, las fuentes citadas señalan que puede optarse por un procedimiento quirúrgico según sea el caso. La Clínica Mayo indica que estas cirugías pueden ayudar a reparar las articulaciones, reemplazarlas e incluso fusionarlas en algunos casos.