Vida Moderna
Atención papás: Consultar en exceso las redes sociales produce cambios en el cerebro de los adolescentes
La revista especializada Jama Pediatrics evidenció alteraciones en las áreas del cerebro relacionadas con el castigo y la recompensa social. Los Me Gusta no son tan inofensivos como parecen.
Una investigación publicada este martes por la revista especializada Jama Pediatrics, liderada por científicos de Estados Unidos, despeja las dudas para quienes aún dudaban de los efectos nocivos de la exposición en exceso a redes sociales entre los niños y adolescentes.
De acuerdo con los investigadores, que analizaron los cambios en el cerebro de 160 estudiantes estadounidenses de sexto y séptimo grado —al utilizar redes como Facebook, Instagram y Snapchat—, el uso prolongado de las redes sociales estaría asociado con cambios en la sensibilidad del cerebro a las recompensas y los castigos sociales.
Los investigadores detallan que el asunto es aún más delicado si dicha exposición ocurre durante los primeros años de la adolescencia.
“Las plataformas de redes sociales brindan a los adolescentes oportunidades sin precedentes para las interacciones sociales durante un período crítico de desarrollo cuando el cerebro es especialmente sensible a la retroalimentación social”, sostiene el artículo.
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Los encargados del estudio analizaron a alumnos entre 12 y 13 años de edad, pertenecientes a tres escuelas rurales en Carolina del Norte.
Varios de los investigadores trabajan, precisamente, en la Universidad Carolina del Norte, les siguieron la pista a los participantes durante tres años y se enfocaron especialmente en la frecuencia con que los adolescentes utilizaban las tres redes sociales mencionadas.
“En este estudio de cohorte de 169 estudiantes de sexto y séptimo grado, los participantes que se involucraron en conductas de verificación habituales mostraron una trayectoria de desarrollo neurológico distinta dentro de las regiones del cerebro que comprenden las redes de prominencia afectiva, motivacional y de control cognitivo, en respuesta a la anticipación de recompensas sociales y castigos, en comparación con aquellos que se involucraron en conductas de verificación no habituales”, se lee en la revista científica.
Los adolescentes analizados —que confesaron que consultan redes desde menos de una vez a más de veinte veces a la semana— fueron sometidos a resonancias magnéticas para analizar la respuesta de diferentes regiones del cerebro, entre ellas la corteza prefrontal y la amígdala, en situaciones de refuerzo o castigo al consultar las redes.
Estudio aún incipiente
Los autores de la investigación precisan, sin embargo, que son necesarios más estudios para examinar las asociaciones a largo plazo entre el uso de las redes sociales, el desarrollo neuronal de los adolescentes y la adaptación psicológica para comprender los efectos de esta influencia omnipresente en su desarrollo en la actualidad.
Aunque el estudio es correcto en lo metodológico, la cifra de participantes “no es suficiente” para que los resultados puedan ser “generalizables a poblaciones mayores”, en opinión del catedrático de Psicobiología de la Universidad Autónoma de Barcelona, Ignacio Morgado, que no participó en el estudio.
Para Morgado, citado por Science Media Center, las conclusiones necesitarían “probablemente un mayor número” de participantes para poder generalizarse, debido especialmente a las variaciones que se observan en la medida en que aumentan o disminuye la frecuencia de consultas en las redes sociales.
Uno de los aspectos relevantes del estudio tiene que ver con los populares “Me gusta”. En ese sentido, las notificaciones y los mensajes, que llegan de forma impredecible a los dispositivos móviles y con alta frecuencia, condicionan a los individuos a consultar habitualmente las redes sociales para estar atentos a esa retroalimentación social.
Los participantes asistieron a sesiones durante las que tenían que completar una tarea mientras se les hacía un escáner para medir las respuestas neuronales al anticipar la recepción de recompensas sociales y evitar castigos sociales.
Aquellos que realizaban conductas habituales de control de las redes mostraron una trayectoria de neurodesarrollo distinta en las regiones del cerebro que comprenden las redes de control cognitivo, motivacional y de relevancia afectiva en respuesta a la anticipación de recompensas y castigos sociales, escribe el equipo.
Estos resultados “sugieren” que la comprobación habitual de las redes sociales en la adolescencia temprana puede estar asociada en el tiempo “con cambios en la sensibilidad neural a la anticipación de recompensas y castigos sociales, lo que podría tener implicaciones para el ajuste psicológico”.
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