Salud
Belonefobia: ¿cómo dejar de tenerle miedo a las agujas?; así se puede lograr
Este padecimiento afecta a niños y adultos.
Tenerle miedo a las agujas puede convertirse en una fobia para muchas personas; un tema que genera angustia y desazón cuando se deben enfrentar a esta situación. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (DC) indican que en algunos individuos el temor es tan grande que podrían incluso evitar recibir atención médica que salva vidas, como es el caso de las vacunas.
Este miedo generalmente afecta a los niños, pero también puede convertirse en un problema para los adultos. Esta es una situación que es posible que se vuelva común en la gente que tiene ciertas afecciones que causan dificultades al momento de lidiar con sensaciones fuertes, como aquellos con trastornos mentales, emocionales o de comportamiento.
De igual forma, es posible que afecte a personas con discapacidades que dificultan su comprensión de los procedimientos y su capacidad de comunicar las preocupaciones. En muchas ocasiones estos miedos se convierten en fobias.
Para algunos pacientes, recibir medicamentos o vacunas a través de una aguja, o la extracción de sangre u otros líquidos haciendo uso de este elemento, puede ser doloroso. Hay personas que recuerdan la incomodidad y el dolor, y les preocupa que suceda de nuevo cuando tengan procedimientos médicos que involucran agujas.
En el caso de los niños, ellos tienen menos formas de manejar sus miedos, y necesitan la ayuda y el consuelo de sus padres u otros cuidadores. A medida que crecen, muchos encuentran formas de manejar sus temores por sí solos.
Sin embargo, para algunos estos miedos son más intensos, pueden continuar en la adolescencia y madurez, y es allí cuando se convierten en fobias, que se caracterizan por un temor extremo que no corresponde al peligro o daño involucrado. Esta situación puede llevar a que los procedimientos se sientan más dolorosos, a sentir un pánico intenso y, en algunos casos, a una reacción física que causa desmayo.
De acuerdo con el portal Salud Mapfre, las fobias programan a las personas para huir de la situación temida, aumentando la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la frecuencia respiratoria y creando vasoconstricción de los vasos periféricos, lo que prepara fisiológicamente a los individuos para correr.
De acuerdo con la mencionada fuente, la belonefobia, produce:
- Disminución de la circulación sanguínea.
- Disminución de la frecuencia cardíaca.
- Dilatación de los vasos sanguíneos, lo que en los casos más graves lleva al desmayo (síncope vasovagal) porque no llega suficiente sangre al cerebro.
Cómo hacerle frente al miedo a las agujas
Para hacerle frente a esas fobias, los expertos plantean algunos pasos y recomendaciones que pueden tenerse en cuenta.
- Aprender a manejar la ansiedad anticipatoria que comienza solo con imaginar la aguja. Para ello es clave cambiar los pensamientos y reajustarlos. Pensar que la aguja no es una aguja, sino un elemento cualquiera.
- Entrenar el miedo en la imaginación: imaginar situaciones temidas mientras se ponen en práctica técnicas de respiración hasta reducir la ansiedad.
- Terapia psicológica. Cuando se tiene un miedo o un problema que impida llevar una vida normal, es clave recibir la terapia que se requiera.
- Exponerse al miedo de manera progresiva: una vez se haya trabajado el miedo en la imaginación y que ya no resulte amenazante, se pueden empezar a practicar situaciones “en vivo”. Por ejemplo, estar en una sala de espera real o acompañar a alguien a donar sangre, entre otros.
- Informarse sobre el procedimiento: Otro consejo es informarse sobre el procedimiento. Muchas veces, los temores aparecen por desconocimiento y en ciertos casos, cuando las personas se informan, estos desaparecen.
- Ejercicios de relajación: Meditar, aprender a respirar, realizar yoga son actividades que pueden contribuir a manejar el miedo y los nervios. Estas técnicas resultan útiles en el momento en que se tenga que sacar sangre o poner una inyección.