Salud
Calambres repentinos: esto quiere decir el cuerpo si se sufren constantemente
Aunque se pueden producir en cualquier parte, afectan con mayor frecuencia las piernas.
Es probable que muchas personas hayan escuchado en algún momento de sus vidas sobre los calambres. Sin embargo, quizá aún no tienen claro cuál es la naturaleza de esta dolencia y por qué los puede afectar.
Según reseña la enciclopedia médica MedlinePlus, calambre es el nombre común de un espasmo muscular. Estos se pueden presentar en cualquier músculo del cuerpo, aunque a menudo se producen en una pierna.
“Cuando un músculo está en espasmo, se contrae sin control y no se relaja”, anota. En esa línea, expone que los espasmos musculares suelen presentarse cuando un músculo está sobrecargado o lesionado.
Dentro de los factores que podrían causar un espasmo muscular figuran:
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- Hacer ejercicio cuando usted no ha tomado suficientes líquidos (está deshidratado).
- Tener bajos niveles de minerales, como potasio o calcio.
“Algunos espasmos ocurren debido a que el nervio que se conecta a un músculo está irritado. Un ejemplo es una hernia discal que irrita los nervios raquídeos y causa dolor y espasmo en los músculos de la espalda”, agrega el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Mayo Clinic describe la sintomatología que caracteriza a los calambres musculares. Por lo general, las molestias se presentan en las piernas y en las pantorrillas.
Usualmente, estos espasmos suelen durar unos pocos segundos o minutos. Incluso, una vez se hayan aliviado, existe la posibilidad de que el área presente dolor durante algunas horas o días.
Los calambres pueden aparecer repentinamente y aunque las causas no suelen ser motivo de preocupación, es conveniente prestar atención a las señales que puedan alertar sobre un problema más complejo.
“Los espasmos en la pantorrilla ocurren comúnmente al patear durante la natación o al correr. También se pueden presentar en la noche mientras usted está en la cama. Los espasmos de la parte superior de la pierna son más comunes con actividades como correr o saltar. El espasmo en el cuello (columna cervical) puede ser un signo de estrés”, recoge MedlinePlus.
Los calambres musculares suelen desaparecer por sí solos y, en circunstancias normales, no requieren de atención médica. Sin embargo, Mayo Clinic recomienda acudir a un profesional si los calambres cumplen con las siguientes características:
- Causan molestia intensa.
- Se producen con hinchazón, enrojecimiento o cambios de la piel en las piernas.
- Van acompañados de debilidad muscular.
- Se producen con frecuencia.
- No mejoran con el autocuidado.
En ese orden de ideas, es normal que los calambres aparezcan repentinamente bajo ciertas circunstancias, no obstante, un desarrollo demasiado frecuente de estas molestias puede ser señal de que algo no anda bien internamente.
De ser el caso, algunos problemas médicos más complejos que pueden derivar en el desarrollo frecuente de calambres son:
- Flujo sanguíneo insuficiente: un estrechamiento de las arterias que llevan sangre a las piernas puede causar un dolor de tipo cólico en las piernas y los pies durante el ejercicio. Estos calambres suelen desaparecer poco después de dejar de hacer ejercicio.
- Pinzamiento del nervio: la presión sobre los nervios de la columna vertebral también puede causar dolor de tipo cólico en las piernas. El dolor suele empeorar al caminar. Caminar ligeramente inclinado hacia adelante, como cuando se empuja un carrito de mercado, puede aliviar los calambres.
- Falta de minerales: muy poco potasio, calcio o magnesio en la dieta, puede ocasionar calambres en las piernas. Los medicamentos que suelen recetarse para la presión arterial alta pueden aumentar la micción, lo que puede vaciar estos minerales del organismo.
Teniendo en cuenta los elementos mencionados previamente, es clave no subestimar la aparición de calambres, sobre todo si se tornan demasiado frecuentes y dolorosos. De ser el caso, lo más recomendable es acudir a un médico de confianza para realizar los exámenes correspondientes, obtener un diagnóstico preciso y definir el tratamiento correspondiente.
Frente a la prevención, los cuidados básicos incluyen beber mucha agua, pues los músculos necesitan líquido para funcionar correctamente. Así mismo, es primordial realizar estiramientos antes y después de la actividad física.