Salud
Cáncer de colon: esta es su estrecha relación con el consumo de carnes procesadas y rojas
Diferentes estudios confirman la relación estos productos y el cáncer colorrectal.
En el mundo hay mitos y fueron, en su momento, las explicaciones más lógicas para lo que la humanidad sabía y conocía de su entorno. Claramente, siguen existiendo mitos y ahora la ciencia, a través del método científico, ha logrado confirmar o descartar creencias sobre el funcionamiento del universo. Ahí está, por ejemplo, lo relacionado con los alimentos y las enfermedades.
Es impresionante y cada vez más entendible lo que sucede dentro del cuerpo. Los cientos de reacciones químicas y físicas que a cada milésima de segundo permiten andar, pensar, sentir y en resumen vivir. Ahora, más allá de lo hipnotizante que puedan parecer los resultados de algunas investigaciones, otros estudios también traen resultados preocupantes y vienen a confirmar mitos tenebrosos.
Es el caso de la relación del consumo de carnes rojas y procesadas con el cáncer colorrectal.
“Desde hace años, aumentan los datos que comprueban la relación entre las carnes rojas y procesadas con la aparición del cáncer colorrectal. En 2015, según los datos de 800 estudios, la IARC clasificó la carne procesada como un carcinógeno humano (grupo 1), que significa que hay suficientes pruebas concluyentes de que causa cáncer en los seres humanos. Las pruebas sobre la carne roja eran menos definitivas, por lo que la IARC la clasificó como carcinógeno probable (grupo 2A)”, señala el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos.
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En detalle, señalan que aún tratan de entender la forma exacta en que las carnes rojas y procesadas causan cáncer. Pero lo que se sabe, por los resultados de algunos estudios, es que los conservantes (como los nitratos y los nitritos), que se añaden a las carnes procesadas, generan compuestos que dañan el ADN.
“En otros estudios, se analizó cómo las sustancias químicas que se producen cuando la carne roja se cocina a temperaturas altas, como en la parrilla, hacen que se acumulen mutaciones que llevan al cáncer”, agregan.
¿Qué es el cáncer de colon?
El cáncer de colon comienza en el intestino grueso, que es la parte final del tubo digestivo. Es una enfermedad que suele afectar a los adultos mayores, aunque puede presentarse a cualquier edad.
De acuerdo con el instituto de investigación Mayo Clinic, por lo general, empieza como grupos pequeños y no cancerosos (benignos) de células llamadas pólipos que se forman en el interior del colon, pero con el tiempo es posible que se conviertan en cáncer.
Los pólipos pueden ser pequeños y generar pocos o ningún síntoma. Por esta razón, los médicos recomiendan que las personas se realicen pruebas de detección de forma regular para ayudar a prevenir el desarrollo de esta enfermedad mediante la identificación y extirpación de estas células.
Los expertos aseguran que cuando esta enfermedad se detecta a tiempo son diversos los tratamientos disponibles para ayudar a controlarla, incluidas la cirugía, la radioterapia y los procesos farmacológicos, como la quimioterapia y la inmunoterapia.
Casi todos los cánceres de colon empiezan en el revestimiento del colon y el recto, y por ello se le conoce como colorrectal. No hay una causa única para que se genere este padecimiento, pero de acuerdo con los especialistas, es posible que esté asociado con una dieta rica en grasas, baja en fibra y un consumo alto de carnes rojas.
¿En dónde duele?
En la mayoría de oportunidades esta enfermedad no presenta síntomas, pero cuando se registran uno de los dolores característicos ocurre en la parte baja del abdomen. Sin embargo, puede estar localizado en cualquier parte del mismo y es una molestia que se produce cuando el intestino grueso es obstruido por el tumor.
Si la obstrucción es parcial, se padece un dolor similar al de los cólicos. Cuando es total, el dolor puede ser más intenso y se requiere asistencia médica urgente.
La Asociación Americana de Cáncer asegura que los síntomas más frecuentes cuando se presenta esta enfermedad y por los cuales se debe recurrir al médico son los siguientes:
- Cambios en los hábitos intestinales, como, por ejemplo, diarrea, estreñimiento o estrechamiento de las heces, que duren por varios días.
- Sensación de querer evacuar (ir al baño), la cual no se alivia al hacerlo.
- Sangrado rectal.
- Heces oscuras o sangre en las heces.
- Calambres o dolor abdominal.
- Debilidad y fatiga.
- Pérdida de peso de forma inexplicable.