Salud
Cáncer de mama en etapa inicial no requeriría radiación, según estudio
La radioterapia es una práctica habitual en pacientes con cáncer.
Algunas mujeres con cáncer de mama de bajo riesgo en estadio inicial, posiblemente no necesiten radioterapia tras la cirugía conservadora de la mama, según reveló un nuevo estudio dirigido por la Universidad McMaster, BC Cancer, Hamilton Heath Sciences y la Universidad de Columbia Británica de Canadá.
Las mujeres de 55 años o más con un subtipo específico de cáncer de mama en estadio 1 pueden tratarse eficazmente únicamente con cirugía y terapia endocrina, como lo muestra la investigación publicada en The New England Journal of Medicine.
Los resultados fueron revisados por expertos y se publican ahora con todo detalle, ello luego de ser presentados inicialmente en junio de 2022 en el Congreso Anual de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (Asco) celebrado en Chicago.
En este sentido, las mujeres con cáncer de mama precoz que se someten a cirugía conservadora de la mama suelen recibir radiación diaria durante varias semanas para reducir el riesgo de que el cáncer reaparezca en la mama.
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Sin embargo, la radiación puede ser costosa, incómoda para la paciente y estar asociada a efectos secundarios a corto plazo, como cansancio e irritación cutánea, y a largo plazo, como dolor mamario y engrosamiento del tejido mamario, que pueden afectar al aspecto de la mama y a la calidad de vida de la mujer.
El estudio siguió a 500 mujeres de todo Canadá de 55 años o más que se habían sometido a cirugía conservadora de la mama y cuyos tumores eran menores de dos centímetros sin cáncer en los ganglios linfáticos de la axila, y fue coordinado por el Grupo de Oncología Clínica de Ontario, en Hamilton Heath Sciences.
El índice de crecimiento del tumor de cada mujer se evaluó con una versión sencilla, barata y fabricada en BC de una prueba molecular denominada Ki67, que proporcionaba una medida cuantitativa de que el cáncer de la participante era de bajo riesgo.
En el ensayo, el subtipo luminal A se determinó mediante una lectura baja en la prueba Ki67 y la presencia en el tumor de los receptores de estrógeno y progesterona. Si se determinaba que el riesgo era bajo, las mujeres se inscribían en el ensayo, en el que recibían terapia endocrina estándar, pero no radiación.
Hay que decir que la radioterapia es una práctica habitual, por lo que las participantes fueron controladas mediante exámenes clínicos periódicos y mamografías anuales. Al planificar el estudio, los investigadores predijeron que el riesgo de desarrollar recidivas en la mama sería muy bajo a los cinco años.
Así, los investigadores comprobaron que la recurrencia del cáncer de mama era solamente del 2,3 % sin radioterapia, tras cinco años del postoperatorio. Esta cifra era comparable con el riesgo del 1,9 % de desarrollar un nuevo cáncer de mama en la otra mama no tratada.
El subtipo de cáncer de mama en el que se centraron los investigadores -luminal A- representa hasta el 60 % de todos los cánceres de mama diagnosticados anualmente y se asocia a un menor riesgo de recidiva.
Con este nuevo enfoque, una proporción significativa de mujeres puede ahorrarse la radiación tras la cirugía conservadora de la mama. Eliminar la necesidad de que este grupo reciba radiación permitirá a las mujeres evitar los efectos secundarios de la terapia y puede devolver capacidad al sistema público de salud, permitiendo un mayor acceso a quienes necesitan radioterapia con más urgencia.
“Se trata de un gran avance en el tratamiento del cáncer de mama. Gracias a un mejor conocimiento de la biología molecular del cáncer de mama, ahora podemos identificar a las mujeres que no necesitan radioterapia”, manifestó el autor principal del estudio, profesor del Departamento de Oncología de la Universidad McMaster y titular de la Cátedra de Investigación del Cáncer de Mama de Canadá, Tim Whelan.
Según los autores, el riesgo general de recurrencia del cáncer tras la cirugía conservadora de la mama ha disminuido en los últimos años gracias a las mamografías periódicas, la mejora de las técnicas quirúrgicas y los tratamientos sistémicos.
“Cada vez podemos individualizar más la atención a las pacientes con cáncer. La incorporación de la prueba Ki67, sencilla y asequible, nos permite identificar a las pacientes que pueden evitar las molestias y los efectos secundarios de la radiación mamaria. Esto, indirectamente, ayuda a asegurar que los recursos se dirigen a los pacientes que se benefician de la radioterapia”, ha finalizado Sally Smith, líder regional de Canadá Occidental para el estudio y oncólogo de radiación en BC Cancer - Victoria.
*Con información de Europa Press.