¿Cómo el estrés laboral afecta la productividad y la salud de los empleados?

La vida diaria tiene sus propios afanes. Cada persona experimenta cada día retos diferentes que debe sortear para ir enfrentándose e ir avanzando, pero en el camino puede aparecer.

La Organización Mundial de la salud define el estrés como “un estado de preocupación o tensión mental generado por una situación difícil. Todas las personas tenemos un cierto grado de estrés, ya que se trata de una respuesta natural a las amenazas y a otros estímulos”.

La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, explica que el estrés es la respuesta del cuerpo y el cerebro cuando enfrenta una situación que representa un desafío. A partir de allí libera hormonas que causan una alerta, y por ende, un comportamiento.

El trabajo hace parte de ellos, pues es necesario pensar en resolver algunos asuntos, diseñar estrategias en caso de ser necesario, o también pueden incluir esfuerzo físico, movilizarse y demás. Pero muchas veces la mente se agota por diferentes razones y circunstancias y la productividad en los trabajos disminuye.

Sobre el asunto, la presidenta ejecutiva del Consejo Colombiano de Seguridad, Adriana Solano, manifestó que “uno de los principales causantes de ciertos accidentes tiene que ver con ese estrés negativo”.

Agrega que “esta condición nos quita la concentración, lo que puede llevar a hacer mal el trabajo, a hacerlo de manera incorrecta y generar procesos que tienen una afectación directa en la productividad o más grave aún podemos llevar a ocasionarnos o a ocasionar accidentes”.

De acuerdo con un estudio realizado por un equipo de la Universidad Nacional de Chimborazo, de Ecuador, titulado El estrés y desempeño laboral de los colaboradores de una red de salud, encontró una relación directa entre el estrés laboral y la productividad de los empleados.

“Predominaron los niveles medio y alto de estrés laboral; así como, la categoría regular en cuanto al nivel de desempeño laboral. El coeficiente de Rho de Spearman permitió establecer una correlación negativa y moderada entre estrés y desempeño laborales”, concluyeron.

Esto, debido a que “el estrés crónico puede causar cambios en la estructura y la función del cerebro, lo que puede afectar a la memoria, el aprendizaje, la toma de decisiones y la capacidad de concentración”, según el Instituto del estrés.

Lo que podría ocasionar que los empleados “se sientan cansadas, frustradas y menos motivadas, lo que afecta a su capacidad para realizar tareas complejas o creativas”, agregan. Asimismo, el estrés crónico, puede desencadenar enfermedades complejas como las que afectan al corazón, o diabetes; afectar también el sistema inmunológico, que es el que se encarga de las defensas en el organismo, entre otras.

En la web del Instituto destacan que “el estrés repercute negativamente en la comunicación interpersonal y la colaboración entre compañeros, lo que puede tener un impacto negativo en la eficacia de los equipos de trabajo”.

La OMS registra que las personas continúan con sus labores, a pesar de tener estrés, pero, “cuando resulta difícil controlar el estrés, conviene acudir a un profesional de la salud o a otra persona del entorno en quien se tenga confianza”.

Por su parte, el portal Cocina Vital recomienda algunos alimentos para calmar los nervios y el estrés. Uno de ellos es la gelatina, que al ser baja en calorías relaja al que la consume. Otro es la barra de cereal, que su presentación y fácil ingesta disminuye la ansiedad de más comida. A la lista se le suma las frutas deshidratadas, que al masticarlas bien se reducen los nervios.