Salud
¿Cómo se manifiesta el autismo, trastorno del hijo de la sargento secuestrada por el ELN?
El trastorno que tiene el menor secuestrado, causa incertidumbre en el país, por las consecuencias que pueda tener el episodio en su vida.
En las últimas horas, se conoció que la sargento segundo del Ejército Nacional, Ghislaine Karina Ramírez Chitiva, y sus dos hijos menores de edad fueron secuestrados, al parecer, por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, ELN.
Una de las características del lamentable hecho, es que, uno de sus hijos, tiene autismo. Por lo que surge la pregunta ¿qué es?, y ¿cómo se manifiesta?
Para resolver estos dos interrogantes, la Organización Mundial de la Salud asegura que los “trastornos del espectro autista (TEA) son un grupo de afecciones diversas. Se caracterizan por algún grado de dificultad en la interacción social y la comunicación; patrones atípicos de actividad y comportamiento; por ejemplo, dificultad para pasar de una actividad a otra, gran atención a los detalles y reacciones poco habituales a las sensaciones”.
De igual manera, afirman que no en todos los casos se presenta de la misma forma, ya que en algunas ocasiones el paciente puede ser totalmente independiente, mientras que en otros casos, la persona puede requerir constante atención y cuidado.
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Por su parte, los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC), informan que los trastornos de autismo “son discapacidades del desarrollo causadas por diferencias en el cerebro; sus conductas o intereses pueden ser restrictivos o repetitivos”.
En Mayo Clinic, revelan que el término espectro, incluye dentro de sí, “un amplio abanico de síntomas y gravedad”. Además, en el panorama puede aparecer el ‘síndrome de Asperger’, que “generalmente se considera que está en el período final leve del trastorno del espectro autista”, agregan.
Asimismo, en los CDC, anotan varias de las características o síntomas, que puede tener un niño o adulto con autismo:
- “Evitar mirar a los ojos a otra persona o no mantener el contacto visual.
- No responder cuando lo llaman por su nombre, hacia los 9 meses de edad.
- No mostrar expresiones faciales como de felicidad, tristeza, enojo y sorpresa, hacia los 9 meses de edad.
- No participar en juegos interactivos simples como dar palmaditas con las manos (pat-a-cake), hacia los 12 meses de edad
- Usar pocos o ningún gesto, hacia los 12 meses de edad (por ejemplo, no decir adiós con la mano).
- No compartir intereses con otras personas, hacia los 15 meses de edad (por ejemplo, no mostrar un objeto que le guste).
- No apuntar a algo interesante para mostrarlo, hacia los 18 meses de edad.
- No notar cuando otras personas están lastimadas o molestas, hacia los 24 meses de edad.
- No notar a otros niños ni jugar con ellos, hacia los 36 meses de edad.
- No jugar a ser otra cosa, como un maestro o superhéroe, hacia los 48 meses de edad.
- No cantar, bailar ni actuar para usted, hacia los 60 meses de edad”.
Educación especial
El portal web Tuasaúde señala que por lo general los signos de este trastorno suelen notarse a partir de los 12 meses de edad.
Cabe mencionar que el autismo dificulta el aprendizaje en algunos niños, pero ocurre lo contrario en otros menores, ya que se da un desarrollo cognitivo mayor, aprenden rápido y aunque tienen problemas para comunicarse, aplican lo que saben en la vida diaria para adaptarse a situaciones sociales; los casos son diferentes.
Dicho lo anterior, SEMANA se contactó con la psicóloga educativa de la Universidad Santo Tomás, Esperanza Abello Sánchez, quien manifestó que “en el ámbito educativo, es necesario reconocer en qué nivel se encuentra el estudiante; si es nivel uno, dos o tres. El último es el nivel de más dificultad en la comunicación, lo cual le impide al niño socializar y mantener el contacto, tanto con sus pares, como con las personas o adultos que estén en el colegio”.
“En las instituciones educativas encontramos estudiantes autistas, generalmente del nivel uno o dos, lo cual implica que debe hacerse un trabajo conjunto con docentes y estudiantes para que puedan aceptar y apoyar a este nuevo compañerito que forma parte del grupo”, indica la psicóloga.
La experta concluye que es importante que haya el acompañamiento del docente de apoyo, que generalmente es una fonoaudióloga o una terapeuta de lenguaje, que está con él, acompañando esos procesos.