Salud

Crece la eutanasia en Colombia; las mujeres son las que más ejercen el derecho de la muerte asistida

Nueve años después de que se reglamentara la eutanasia en el país, unas 700 personas han accedido a este procedimiento. Crece el deseo de morir dignamente.

Redacción Salud
17 de agosto de 2024
A pesar de que en el país fue despenalizada en 1997, solo se creó la primera regulación hasta 2015. | Foto: getty images

En Colombia, la eutanasia está permitida cuando el solicitante manifiesta su consentimiento libre, informado e inequívoco; está diagnosticado con una lesión corporal o enfermedad grave e incurable, o afronta una condición de salud que le cause dolores insoportables, incompatibles con la idea de una vida digna.

A pesar de que en el país fue despenalizada en 1997, solo se creó la primera regulación hasta 2015. Y no fue hasta julio de 2021 que el Ministerio de Salud emitió la Resolución 971 que reglamentó el mecanismo para garantizar el derecho a morir dignamente. Así, es el único país de América Latina en el que la eutanasia está reglamentada.

Eutanasia
Desde ese 2015 se han realizado 692 procedimientos de muerte médica asistida por medio del sistema de salud. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Desde ese 2015 se han realizado 692 procedimientos de muerte médica asistida por medio del sistema de salud. Y 2023 ha sido el año con más eutanasias, con 271 procedimientos en total, lo que representa un aumento del 49,7 % frente a 2022.

Ese año también fue representativo por otra razón: en casi una década se han registrado 1.322 peticiones de eutanasias. Precisamente, 2023 fue el periodo con más solicitudes: 829. Es decir, un promedio de 69 colombianos cada mes buscan morir dignamente. Así se desprende del informe ‘De muerte lenta n.° 3′, realizado por el Laboratorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DescLab).

Para Lucas Correa, director de DescLab, el crecimiento de la eutanasia en el país puede explicarse por el hecho de que las personas tienen cada vez información más clara sobre el procedimiento, “por lo que más ciudadanos conocen sus derechos”, dijo el director.

Destaca que otro factor clave es que en 2021 la Corte Constitucional eliminó el requisito de tener una enfermedad terminal para acceder a la eutanasia. Todo ello, en medio de la polémica desatada tras el caso de Martha Sepúlveda, diagnosticada con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad grave e incurable.

Martha Sepúlveda fue diagnosticada con ELA, enfermedad degenerativa que la llevó a solicitar la eutanasia. | Foto: Archivo particular

A la mujer, de 53 años, el Instituto Colombiano del Dolor (IPS Incodol) le canceló su eutanasia programada, alegando que en su caso no se encontraba en una fase terminal. Ella iba a ser la primera en el país en recibir el procedimiento sin tener una enfermedad terminal en Colombia.

Al final, en enero de 2022, logró acceder a este procedimiento y despejó el camino para casos similares al suyo, como el de Víctor Escobar, un transportista de 60 años, que tampoco estaba en una fase terminal de su enfermedad.

En ese sentido, ‘De muerte lenta n.° 3′ también logró otro hallazgo no menos importante: en el 50 % de los casos son las mujeres quienes optan por la eutanasia.

Esa es la historia de Susana Montoya, una bacterióloga de 58 años, diagnosticada con cáncer hepático. Desde hace ocho años, descubrió que se encontraba en fase cuatro de su enfermedad.

El proceso para buscar la eutanasia comenzó hace dos años. Y una vez elevó la solicitud, se activó un comité científico interdisciplinario para morir dignamente. En este espacio analizan si se cumplen los requisitos para darle vía libre al procedimiento. “Yo confío en que sí. Los dolores a esta altura son insoportables. En estos casos, uno apela a la autonomía, pero también a la dignidad, porque desde que mi cáncer avanzó no pude volver a trabajar; basta caminar de la cama a la cocina para sentir como si hubiera corrido una maratón. Ya crie a mis hijos, ya hice una vida, una carrera. Me siento en paz con la vida que llevé y ya estoy lista para irme”, asegura Susana en entrevista telefónica. Su caso no es el más común.

De acuerdo con Correa, “se han disminuido las eutanasias relacionadas con diagnósticos de cáncer”. Y cuenta que en 2019, el 14 % de las solicitudes eran por diagnósticos distintos a esa condición. “Comienza a verse una tendencia en la que las enfermedades no oncológicas empiezan a tener más prevalencia”, dice el experto.