Salud
Cuidado: estos medicamentos podrían producir taquicardia
Esta condición médica se caracteriza por un aumento en el ritmo cardíaco.
La taquicardia ventricular es un latido rápido que presenta en el corazón y que puede estar relacionado con múltiples causas.
Específicamente, se considera que una persona tiene taquicardia cuando presenta más de 100 latidos por minuto y, a su vez, se generan tres latidos cardíacos rápidos y anormales de forma consecutiva, según señaló Medline Plus, la enciclopedia virtual de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
De acuerdo con el servicio público español Sanidad de Castilla y León, hay varios medicamentos que pueden provocar taquicardia, por lo cual es importante tenerlos presentes y hablar del tema con los profesionales médicos tratantes.
En una publicación de esa organización se comparten varios hallazgos sobre los fármacos que pueden interferir en el desarrollo normal del ritmo cardíaco.
“El Posicionamiento Científico de la American Heart Association (AHA) -Asociación Americana de Cardiología - 2020, puntualiza que para el manejo de las arritmias inducidas por medicamentos hay que tener en cuenta la interrupción del fármaco causante y el seguimiento de las pautas de tratamiento para la arritmia específica y que en situaciones de sobredosis, pueden precisarse estrategias específicas. Por tanto, es preciso conocer los fármacos que pueden causar arritmias y las distintas arritmias que pueden inducir”, sostuvo la agencia de Sanidad de Castilla y León.
Esa fuente sanitaria, además, compartió un listado completo de grupos de medicamentos y principios activos que pueden generar afecciones como las bradiarritmias, arritmias supraventriculares, y las arritmias ventriculares.
Entre estas últimas se encuentra la taquicardia, que puede ser provocada por los siguientes medicamentos, según Sanidad de Castilla y León:
- Anestésicos: Bupivacaína y ropivacaína.
- Antiagregantes: Dipiridamol.
- Antiarrítmicos: Adenosina, amiodarona, disopiramida, flecainida, procainamida, propafenona y sotalol.
- Anticancerosos: Antraciclinas: doxorubicina, mitoxantrona; trastuzumab, 5-Fluorouracilo, trióxido de arsénico y nivolumab.
- Antidepresivos: Citalopram, bupropion, imipramina, trazodona y venlafaxina.
- Antiepilépticos: Lacosamida.
- Antimaníacos: Litio.
- Antipsicóticos: Tioridazina (ME).
- Broncodilatadores: Teofilina y terbutalina.
- Catecolaminérgicos: Epinefrina.
- Derivados de la ergotamina: Ergometrina.
- Vasodilatadores: Digoxina, levosimendán y milrinona.
Vale decir, sin embargo, que son los profesionales médicos quienes conocen el detalle de los fármacos que les recetan a sus pacientes y siempre tienen en cuenta los efectos que pueden generar dependiendo de sus condiciones de salud.
Medicamentos que pueden afectar la salud del corazón
La American Association of Retired Persons (AARP) explica que hay varios fármacos que pueden alterar el funcionamiento normal del corazón y por ello deben consumirse bajo la supervisión y la fórmula de un médico.
“Sus efectos secundarios son en general poco frecuentes, por lo que el médico debe balancear los beneficios y los riesgos al recetarlos”, señala la AARP.
Entre otras cosas, esa organización cita los efectos que pueden tener los antiinflamatorios no esteroideos, que con frecuencia se usan para tratar síntomas como la fiebre, el dolor y la inflamación que producen algunas enfermedades. Mientras algunos de estos fármacos son de venta libre, otros requieren de una receta médica.
“En el año 2005, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) solicitó que los fabricantes de este grupo de medicamentos adviertan que pueden causar hipertensión arterial, infartos cardiacos y derrames cerebrales”, detalla la AARP.
De otro lado, esa fuente indica que algunos medicamentos para tratar el cáncer y otros antipsicóticos pueden elevar las probabilidades de presentar miocarditis, que se da cuando se inflama la capa media del corazón. Las personas con miocarditis pueden tener dificultades para respirar, fatiga y dolor en el pecho.
La AARP también señala que los pacientes deben tener especial cuidado con el uso de esteroides anabólicos que se han vuelto muy populares para aumentar la masa muscular.
Según la AARP, estos esteroides “pueden producir agrandamiento del corazón, arterosclerosis, presión arterial alta, palpitaciones cardíacas, infartos cardiacos y derrames cerebrales”.
Y concluye recomendando cuidados especiales a la hora de usar antigripales y algunos jarabes para la tos. “De acuerdo con la American Heart Association, las personas que ya sufren de presión arterial elevada, no deben consumir jarabes para la tos u otras medicinas que contengan pseudoefedrina y fenilefrina en sus fórmulas”, puntualiza la AARP.