Deficiencia de vitamina B2: síntomas a los que hay que prestarles atención

La vitamina B2, también conocida por los profesionales médicos como riboflavina, es fundamental para mantener la buena salud del organismo.

De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, esta vitamina es útil para las células debido a que favorece su crecimiento y desarrollo. Su consumo ayuda a que los alimentos que consume una persona puedan convertirse pronto en energía.

Como no se almacena en el cuerpo, es importante adquirirla a través de distintos alimentos. En esa medida, tener una deficiencia de vitamina B2 puede causar profundos impactos en el estado de salud.

“Es posible que tenga carencia de riboflavina si no absorbe suficiente riboflavina de los alimentos que come o si sufre de ciertas enfermedades o trastornos hormonales”, anotan los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses en una guía pedagógica.

Así mismo, sostienen que las personas con deficiencia de vitamina B2 pueden tener trastornos en la piel, pues se trata de una sustancia clave para la curación de heridas y cuenta con propiedades antioxidantes.

Quienes no tienen suficiente riboflavina en su organismo también pueden presentar úlceras en la comisura de la boca, tener hinchazón y agrietación en los labios, sufrir caída de cabello y molestias en la garganta.

Esta condición de salud también puede afectar al hígado y aumentar las probabilidades de que una persona padezca distintos trastornos hepáticos, además de que podrían aparecer diferentes afecciones en los sistemas reproductivo y nervioso.

“La carencia grave de riboflavina a largo plazo hace que disminuya la cantidad de glóbulos rojos (anemia), lo cual causa debilidad. También opaca el cristalino (aparecen las cataratas), lo que afecta el sentido de la vista”, señalan los Institutos Nacionales de Salud.

Las autoridades sanitarias recomiendan consumir niveles suficientes de vitamina B2 para evitar la aparición de distintos problemas de salud. Las cantidades adecuadas para cada persona dependen directamente de factores como su sexo y su edad.

Por ejemplo, según la guía gubernamental, los bebés hasta los seis meses de edad requieren 0,3 miligramos diarios de riboflavina. Las mujeres adultas, mientras tanto, necesitan de 1,1 miligramos diarios y los hombres adultos 1,3 miligramos., según la guía oficial de las autoridades sanitarias estadounidenses.

“La riboflavina se encuentra en forma natural en algunos alimentos y se agrega a muchos productos fortificados. Para consumir las cantidades recomendadas de riboflavina deberá comer una variedad de alimentos”, explican los Institutos Nacionales de Salud.

Esa fuente, además, cita algunos productos que pueden resultar de utilidad para mantener niveles saludables de vitamina B2 en el organismo:

• Huevos.
• Vísceras (como hígado y riñones).
• Carnes magras.
• Leche parcialmente descremada.
• Algunas hortalizas, que incluyen alimentos como hongos y espinacas.
• Cereales fortificados, pan y otros productos a base de cereales.

Por lo general, las personas tienen suficientes cantidades de vitamina B2 a través del consumo de alimentos. No obstante, hay pacientes que pueden tener dificultades para que su organismo absorba adecuadamente esta sustancia.

Y hay poblaciones que pueden ser más vulnerables a tener deficiencias de riboflavina, como los atletas vegetarianos o veganos, las mujeres embarazadas y lactantes, las personas que no consumen productos lácteos y los pacientes que padecen de un trastorno conocido como “deficiencia del transportador de riboflavina”.

Así mismo, los Institutos Nacionales de Salud. están señalando que la vitamina B2 también puede encontrarse en diferentes suplementos dietarios y productos multivitamínicos. Entre otras cosas, pueden ser incluidos en suplementos dietéticos del complejo vitamínico B.

“Algunos suplementos contienen riboflavina en cantidades mayores a las recomendadas, pero el cuerpo no puede absorber más de unos 27 mg a la vez”, indican esas entidades sanitarias.

Por lo pronto, no se han encontrado efectos adversos provocados por la riboflavina y tampoco hay evidencia científica de que esta pueda interferir con el efecto de algún medicamento. En ocasiones, incluso, se ha usado para tratar la migraña, aunque aún no hay respaldo científico suficiente para garantizar la efectividad de ese tratamiento.