Salud mental
Día de la Prevención del Suicidio: los jóvenes son los más afectados en Colombia; este año van más de 700 casos. ¿Cómo prevenirlo?
En el mundo, ocurre una muerte cada 40 segundos por esta causa, afectando principalmente a jóvenes entre 15 y 29 años. En 2023, las víctimas fueron en total 3.145.
“La mayoría de las personas que piensan en suicidarse realmente no quieren morir. Lo que desean es liberarse de las circunstancias intolerables de su vida y del sufrimiento emocional, mental y físico que sienten. Casi siempre, viven en una constante ambivalencia entre razones para vivir frente a razones para morir; y es la conducta suicida, la única alternativa que ven”.
Quien lo explica es Luna Medina, directora de Bienestar Universitario y Proyección Social de Uninpahu, justo cuando miles de especialistas en salud mental recuerdan, como cada 10 de septiembre, la necesidad de sensibilizar a la población sobre la prevención del suicidio.
En Colombia, las cifras son alarmantes, especialmente entre la población más joven: un informe del Instituto de Medicina Legal, que corresponde al primer trimestre de 2024, indica que en el país se registraron 712 casos de suicidio, de los cuales 205 fueron cometidos por jóvenes entre los 18 y 28 años. Otras 186 víctimas, oscilan entre los 29 y los 44 años.
La tendencia viene en alza desde el año pasado. En 2023, Medicina Legal reportó un total de 3.145 colombianos que fallecieron por suicidio, con el mayor número de casos registrados entre la población joven, entre 18 y 29 años de edad.
Tendencias
La Organización Mundial de la Salud, OMS, reporta unas 700.000 muertes por esta causa cada año, lo que corresponde a una muerte cada 40 segundos, afectando principalmente a jóvenes entre 15 y 29 años. De ahí que para la OMS, el suicidio y sus intentos, se consideran problemas graves de salud.
Suicidio infantil
Para la doctora Gisella Martínez, pediatra de los Centros Médicos Colmédica, en el caso del suicidio infantil, este se puede prevenir. Y señala que la clave está en “identificar los factores de riesgo y tener una comunicación constante con los hijos”. Las señales de advertencia pueden ser cambios físicos o emocionales. La doctora Martínez enumera varios:
- Hablar o escribir sobre la muerte o acerca de morir.
- Hacer comentarios sobre sentirse desesperanzado, inútil o indefenso.
- Expresiones acerca de no tener una razón para vivir o un propósito de vida cosa, al estilo de “sería mejor no estar aquí, o soy una carga para los demás”.
- Aislamiento de los amigos y la familia: no querer salir a ninguna parte, en el caso de niños en edad escolar, no querer jugar con los amigos.
- Cambios en el sueño.
- Comportamiento imprudente o actividades peligrosas en adolescentes.
- Mal rendimiento escolar repentino, así como dificultad repentina en las tareas escolares, quehaceres domésticos u otras responsabilidades.
“Y hay niños y adolescentes que tienen mayor riesgo: las adolescentes en estado de embarazo, quienes tienen antecedentes familiares de trastornos de estado de ánimo o antecedentes de maltrato, abuso sexual o violencia intrafamiliar. También, las personas que viven pérdidas recientes, como la muerte de un familiar cercano, así como los niños o adolescentes que consuman drogas. En estos casos, es importante buscar ayuda profesional”, señala la doctora Martínez.
El doctor Alexie Vallejo Silva, médico psiquiatra y vicepresidente de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, advierte que existen diferentes factores de riesgo relacionados con la probabilidad de que alguien realice intentos de suicidio o suicidio consumado.
“De estos hacen parte un intento previo, el consumo de alcohol y/o sustancias psicoactivas, diagnósticos de enfermedades como depresión, pertenecer a algún grupo poblacional objeto de discriminación, tener pocas estrategias de afrontamiento a estresores o problemáticas de la vida cotidiana o enfermedades físicas crónicas y/o discapacidad”, explica el también subdirector Médico Clínica de Nuestra Señora de la Paz.
El suicidio se puede prevenir
En ello está de acuerdo Julio César Bustos, psicólogo de la ruta de salud mental de Cafam IPS, quien agrega que se trata de una conducta que se puede prevenir si se identifican señales y factores de riesgo. Con ello, se puede realizar una intervención adecuada y desestimar la posibilidad del suicidio.
Dentro de las señales a las que se debe prestar atención, figuran:
- Aislamiento social: conductas de escape; la persona evita el contacto con familiares, amigos y redes sociales.
- Bajo rendimiento académico: teniendo en cuenta que el entorno académico es una de las experiencias más enriquecedoras y de mayor impacto en los primeros ciclos de vida, este se puede convertir en un factor de riesgo, percibiéndose amenazante cuando la persona se expone a acoso escolar, baja adaptabilidad al entorno, poca aceptación a cambios físicos y emocionales.
- No tener motivos para vivir: hay personas que no le hallan sentido a la vida, no se plantean metas y no las alcanzan, inician proyectos y no los culminan; estas situaciones generan desesperanza y pensamientos negativos.
- Falta de proyecto de vida: la mayoría de las personas desarrolla un proyecto relacionado con sus gustos, habilidades físicas e intelectuales. Cuando no existe dicho proyecto, se puede presentar una sensación de desesperanza, inutilidad o rechazo por otras personas, provocando sensaciones negativas y la toma de decisiones equivocadas.
- Comportamientos de autolesión: se presentan principalmente en adolescentes y hacen parte de su estrategia del manejo emocional, no percibiéndolo como negativo.
Por ello, la persona con alguna ideación suicida necesita:
- Ser escuchado sin interrupciones.
- No ser juzgado, no recibir falsas promesas ni falsos argumentos tranquilizadores.
- No pensar que le pueden resolver todos sus problemas.
- No invalidar sus emociones y, lo que está sintiendo en ese momento.
- Expresar la preocupación e interés por ayudar.