Vida Moderna
Día de las Cardiopatías Congénitas: cuando la detección temprana puede hacer la diferencia
En Colombia, 9 de cada 1.000 bebés nacen enfermos del corazón. La detección oportuna es fundamental y que las embarazadas asistan a los controles prenatales para detectar estas cardiopatías.
Las cifras son dolorosas: se estima que, de los más de 135 millones de niños que nacen en el planeta anualmente, unos 4 millones morirán durante el primer año por cuenta de una cardiopatía congénita.
En Colombia, 9 de cada 1.000 bebés nacen enfermos del corazón. Por eso, escuchar con atención sus latidos para que puedan tratarse a tiempo puede hacer la diferencia.
De ahí que la detección oportuna sea fundamental en estos casos y que las mujeres embarazadas asistan a los controles prenatales para detectar estas cardiopatías desde el vientre de la madre.
Una vez que los bebés nacen, según los especialistas, es importante identificar signos de alarma como color morado de la piel, labios y uñas, retardo en peso y talla del niño, dolor en el pecho y desmayos a cualquier edad, así como historia familiar de soplos o enfermedad congénita de corazón, y cansancio o sudoración con la lactancia.
Estos datos cobran gran importancia el 14 de febrero, Día Mundial de las Cardiopatías Congénitas, una fecha para recordar a los bebés que nacen con cardiopatías congénitas y a sus familias o cuidadores.
Las cardiopatías congénitas son las malformaciones más comunes en el momento de nacer. Se estima que del total de bebés que nacen en el mundo con cardiopatías congénitas, cerca de un 25 por ciento requerirá de una cirugía durante su primer año de vida.
Las cardiopatías congénitas se definen como cualquier alteración estructural que afecta la función del corazón. Varias de estas alteraciones se manifiestan en los primeros meses de vida y pueden llegar a tener una alta morbimortalidad.
Aunque las estadísticas locales son limitadas, el Ministerio de Salud describe una prevalencia de cardiopatías congénitas de entre 7,5 y 9,5 por cada 1.000 nacimientos en Colombia. Las causas, según lo expresan los doctores Walter Mosquera y Jaiber Gutiérrez, cardiólogos pediatras de la Fundación Valle de Lili, son “en la mayoría de los casos, multifactoriales y desconocidas. Sin embargo, considerando que las cardiopatías congénitas son malformaciones graves, es importante avanzar en el diagnóstico y tratamiento oportuno de estos defectos y la concientización de la población en general es clave para lograrlo”.
Los síntomas pueden variar según la gravedad de la afección e incluso podrían no causar síntomas.
Entre los más comunes para el reconocimiento de cardiopatías congénitas se encuentran las uñas o los labios morados, la respiración acelerada o dificultosa, el cansancio al alimentarse, la pobre ganancia de peso y la somnolencia.
“Todo bebé nace con un vaso sanguíneo en el corazón llamado conducto arterioso, este les permite recibir sangre rica en oxígeno de su madre mientras están en el útero. Sin embargo, después del nacimiento este vaso debe cerrarse naturalmente durante los primeros días de vida, dejando que los pulmones y el corazón tomen el control de la oxigenación del cuerpo”, explican los doctores Mosquera y Gutiérrez.
No obstante, “en algunos bebés el conducto arterioso no se cierra correctamente y con el paso del tiempo puede producir daño en las estructuras del corazón y en los pulmones. Este defecto se conoce como un conducto arterioso persistente y es una de las cardiopatías congénitas más frecuentes”, agregaron los especialistas.
De ahí que, en el marco de esta fecha de concientización, el Hospital Universitario Fundación Valle de Lili y Abbott se unen como parte del programa global Pequeños Héroes – Little Heroes.
“Con este programa buscamos apoyar a niños con defectos cardíacos congénitos, a través de alianzas con expertos locales, proporcionando dispositivos especializados, y apoyo adicional para los niños que no tienen acceso a estas tecnologías que cambian vidas. A través de este programa y nuestro trabajo para ampliar el acceso a la atención en salud, queremos que los niños tengan la oportunidad de crecer y alcanzar su máximo potencial. Apoyarlos a ellos y a sus familias con tecnologías que cambian la vida es parte de nuestro compromiso”, aseguró Mauricio Correa, gerente general de Abbott.