Día del Alzheimer
Día Mundial del Alzheimer: reconocida neurocientífica comparte tres consejos para mejorar la función cerebral
Jessica Caldwell, doctora en neuropsicología y neurocientífica, asegura que hasta el 40 por ciento de los casos de alzhéimer pueden prevenirse.
Cualquier persona mayor de 65 años corre el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, la ciencia sugiere que hasta el 40 por ciento de los casos podrían prevenirse mediante modificaciones saludables del estilo de vida, como afirma una experta del Centro Lou Ruvo para la Salud Cerebral de Cleveland Clinic, en el Día Mundial del Alzheimer, que tiene lugar cada 21 de septiembre.
“Los cambios en el cerebro asociados al Alzheimer se producen hasta 20 años antes de la aparición de los síntomas, por lo que nunca es demasiado pronto para empezar a aplicar un estilo de vida saludable que reduzca el riesgo”, afirma Jessica Caldwell, doctora en neuropsicología y también formada en neurociencia.
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno cerebral que conduce progresivamente a una disminución de la capacidad de las personas para pensar, aprender, organizarse, realizar actividades cotidianas y recordar detalles importantes.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Alzheimer es la forma más común de demencia y puede contribuir al 60 o 70 por ciento de los 55 millones de casos de demencia en todo el mundo.
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La OMS informa que cada año se producen casi 10 millones de nuevos casos de demencia y se prevé que esta cifra aumente junto con la creciente proporción de población anciana en la mayoría de los países.
De acuerdo con la doctora Caldwell, directora del Centro de Prevención del Alzheimer de la Mujer de Cleveland Clinic, “el Alzheimer es una enfermedad multifactorial. Así, por ejemplo, en una persona que desarrolle la forma más común, el Alzheimer de aparición tardía, la causa será probablemente una combinación de factores como el envejecimiento, la genética, los antecedentes familiares, el estado general de salud, los comportamientos relacionados con el estilo de vida e incluso efectos ambientales como la contaminación atmosférica”.
Aunque los investigadores no pueden precisar de forma concluyente todas las causas del Alzheimer, sí han identificado varios factores de riesgo modificables asociados a la enfermedad, así como varios hábitos de vida que pueden potenciar la función cerebral.
Caldwell brinda tres consejos de estilo de vida en particular, ya que ofrecen múltiples beneficios y favorecen la salud en general. Según explica, nunca es demasiado tarde en la vida para poner en práctica estos tres hábitos saludables, ya que ayudan a maximizar la función cerebral durante el mayor tiempo posible, y a mejorar los resultados de quienes ya han sido diagnosticados de deterioro cognitivo.
1. Hacer ejercicio con regularidad:
El ejercicio tiene beneficios cerebrales inmediatos y a largo plazo, desde el aumento de la química cerebral, que favorece la salud de las células cerebrales, hasta la reducción de factores como la inflamación corporal crónica que puede ser perjudicial para el cerebro, afirma la neurocientífica.
Añade que el ejercicio también tiene beneficios cerebrales indirectos, por ejemplo, mejora el estado de ánimo y el sueño, reduce el estrés, favorece la salud cardiaca, aumenta las oportunidades de socializar y disminuye la presión arterial, el colesterol y el riesgo de diabetes, todo lo cual reduce el riesgo de deterioro de la memoria con la edad. “El objetivo del ejercicio físico para la salud cerebral a largo plazo es realizar al menos 150 minutos de actividad de intensidad moderada a la semana, por ejemplo, un paseo a paso ligero”, explica Caldwell.
“Para los adultos sanos, más es mejor, por lo que podría aumentar esto a 300 minutos. Y, si usted es menor de 60 años, el entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT) es mejor para apoyar la función cerebral saludable”, agrega.
Para las personas que no han hecho ejercicio anteriormente, la especialista recomienda obtener la aprobación de un médico antes de iniciar un programa. Y además sugiere buscar un compañero para que rinda cuentas y motive, o combinar el ejercicio con algo que ya se disfrute, como al montar en bicicleta estática mientras se ve la tele o caminar escuchando un pódcast.
2. Dormir lo suficiente:
Dormir mal puede tener efectos negativos inmediatos y acumulativos en el funcionamiento del cerebro, dice la neurocientífica. Por el contrario, dormir bien mejora el humor, agudiza el intelecto y consolida nuevos recuerdos para almacenarlos a largo plazo.
“Dormir también da a nuestro cerebro la oportunidad de eliminar residuos, entre ellos la beta amiloide, una proteína que puede agruparse y aglutinarse para formar la placa de Alzheimer”, añade esta especialista de Cleveland Clinic, un centro médico académico de múltiples especialidades sin fines de lucro que integra la atención clínica y hospitalaria con la investigación y la educación, ubicado en Cleveland, Ohio.
Lo ideal, dice, son de siete a ocho horas continuas de sueño como objetivo para los adultos.
3. Seguir una dieta equilibrada:
Las investigaciones demuestran que una dieta de estilo mediterráneo rica en pescado, cereales integrales, verduras de hoja verde, aceitunas y frutos secos ayuda a mantener la salud del cerebro y puede reducir el riesgo de padecer Alzheimer, afirma la doctora Caldwell.
Aconseja reducir al mínimo la carne roja, los quesos grasos, la mantequilla, los alimentos fritos, los dulces, así como limitar el consumo de alcohol. “La prevención es una ciencia joven, y necesitamos más investigación y voluntarios que participen en los estudios. Pero lo que ya hemos descubierto tiene un valor incalculable para ayudar a las personas a vivir plenamente a partir de los 80 años”, concluye la científica.