Salud
Diabetes durante el embarazo: estos son los riesgos para la madre y el bebé; buenos hábitos pueden hacer la diferencia
Se trata de una afección que se desarrolla durante el embarazo, caracterizada por niveles elevados de azúcar en sangre, en mujeres que anteriormente no habían presentado la enfermedad.
Según datos de la Federación Internacional de la Diabetes, la diabetes gestacional afecta al 16,7 por ciento de los nacidos vivos. En 2021, más de 21 millones de mujeres presentaron niveles elevados de glucosa durante el embarazo, con una mayor prevalencia en países de ingresos bajos y medios.
En ese sentido, la Asociación Colombiana de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo, ACE, resalta la importancia de desmitificar la idea errónea de que las mujeres embarazadas deben “comer por dos” para mantener la salud tanto de la madre como del bebé.
La diabetes gestacional es una afección que se desarrolla durante el embarazo, caracterizada por niveles elevados de azúcar en sangre, en mujeres que anteriormente no habían presentado la enfermedad. Esta condición suele diagnosticarse a través de una prueba de tamizaje que se realiza entre la semana 24 y la 28 de gestación. La prueba ayuda a identificar a las mujeres en riesgo y a implementar medidas que puedan mejorar los resultados para ellas y sus bebés. Aunque generalmente la diabetes gestacional se resuelve tras el parto, es necesario su control y vigilancia en las mujeres que la han padecido.
Y pese a que las causas exactas de la diabetes gestacional no están completamente claras, “se sabe que factores como la obesidad, la edad materna avanzada (mayores de 45 años) y antecedentes de diabetes en la familia pueden aumentar el riesgo. La prueba de tamizaje es crucial para detectar la diabetes gestacional a tiempo. Esto permite la intervención temprana y reduce el riesgo de complicaciones. Para enfrentar esta creciente preocupación que impacta cada vez más a madres y bebés, es crucial adoptar una dieta equilibrada y mantener un control riguroso de los niveles de glucosa”, afirma la doctora Katherine Restrepo, presidente de la ACE.
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Además, la diabetes gestacional no tratada puede llevar a serios problemas tanto para la madre como para el bebé. Entre las posibles complicaciones para la madre se incluyen aumento de la presión arterial durante el embarazo (preeclampsia) y algunas complicaciones en el trabajo de parto.
Del mismo modo, otros riesgos para el hijo incluyen la muerte fetal, muerte neonatal, riesgo de anormalidades congénitas y una mayor probabilidad de desarrollar sobrepeso, obesidad y diabetes tipo 2 en el futuro. Uno de los mitos más comunes es que “comer por dos” durante el embarazo es necesario. Esta creencia puede llevar a un aumento excesivo de peso y niveles elevados de glucosa en sangre.
Cabe destacar que una dieta balanceada y el control de la glucosa son esenciales para manejar la diabetes gestacional de manera efectiva; asimismo, después del parto, las mujeres que han tenido diabetes gestacional deben continuar con un seguimiento médico regular, ya que tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en los próximos cinco a diez años.
“Durante el embarazo, surgen numerosos mitos sobre lo que una mujer debe o no debe hacer, generando confusión y ansiedad innecesaria. Entre las creencias erróneas más comunes se encuentra la idea de que las mujeres embarazadas deben evitar todo tipo de ejercicio físico, cuando en realidad, una actividad moderada y adaptada puede ser beneficiosa tanto para la madre como para el bebé”, agrega la doctora Restrepo.
Otro mito frecuente es que las futuras mamás deben comer por dos, “lo cual no implica duplicar la cantidad de alimentos, sino enfocarse en una dieta nutritiva y balanceada. Es crucial que las mujeres embarazadas se informen a través de fuentes médicas confiables y consulten a profesionales de la salud para desmentir estos mitos y recibir recomendaciones personalizadas basadas en evidencia científica”.
La diabetes gestacional es una condición seria, pero manejable con el diagnóstico temprano y la atención adecuada. Al desmentir mitos y promover prácticas saludables, se pueden mejorar los resultados para las madres y sus bebés.