Salud

En Twitter se hizo viral una historia sobre la atención a un joven mordido por una serpiente

Una médica rural del hospital San Rafael de San Luis (Antioquia) manejó la complicación temprana y remitió el paciente a tiempo.

16 de diciembre de 2022
“Tu paciente mordido por una Bothrops se salvó y está mucho mejor. Tesa mija”: la felicitación entre colegas por un caso atendido en San Luis, Antioquia,
“Tu paciente mordido por una Bothrops se salvó y está mucho mejor. Tesa mija”: la felicitación entre colegas por un caso atendido en San Luis, Antioquia, | Foto: Twitter @juanluisvl @isaespinosab

Twitter puede ser calificada como una plataforma de discusiones y odios, pero sin duda también es un espacio para conocer historias, a través de tuits que alegran el día y recuerdan que en este planeta acelerado hay personas cumpliendo con su misión.

Uno de esos tuits se hizo viral y ya tiene más de 12 mil ‘me gusta’ y casi mil retuits. Allí se lee la felicitación de un médico a una colega que no conoce, pero salvó la vida de un joven con su labor bien hecha.

Si eres la médica rural del hospital San Rafael de San Luis (Antioquia), quiero que sepas que tu paciente mordido por una Bothrops se salvó y está mucho mejor (todavía en UCI, pero mejor) y fue gracias a tu buen y oportuno manejo. Tesa, mija”, escribió en su cuenta de Twitter el doctor Juan Luis Vélez.

Agregó que “la Dra. Isabel Espinosa recibió a un pelao mordido por serpiente desconocida. Hizo la prueba del todo o nada, dedujo que era Bothrops, aplicó dosis de suero indicada, manejó la complicación temprana y remitió a tiempo. De no haber hecho eso, el paciente muere o pierde toda la pierna”.

El comentario escrito en Twitter fue respondido por la persona felicitada, por la doctora Isabel.

Ayyy, me alegra saber que haya dado contigo y con el equipo de trabajo del HGM. Es un logro muy compartido, con un muy buen equipo de trabajo, y con todo lo que nos enseña la Dra. Marie Claire. Y te prometo que también puse atención en el curso de reanimación”, contestó la joven que se desempeña como médica rural.

Algunos de los comentarios, que son más de 70, resaltan esta interacción.

El minihilo más bonito que leí hoy”, “siento gran respeto y gratitud por ellos. Nos curan el alma y el cuerpo, y les toca durísimo”. “¡Qué buen apoyo! Ojalá lo hagamos de rutina, agradecernos entre los colegas y reconocer los aciertos del otro”, se lee en otra de las menciones.

La increíble historia de Juan Manuel Rengifo, el colombiano que inició la producción de suero antiofídico contra la mordida de culebra en el país

Sus inicios en la fotografía fueron como aficionado; tomaba imágenes en blanco y negro con cierta regularidad, pero cuando comenzó a hacer trabajo de campo se convirtió en una necesidad
Sus inicios en la fotografía fueron como aficionado; tomaba imágenes en blanco y negro con cierta regularidad, pero cuando comenzó a hacer trabajo de campo se convirtió en una necesidad. | Foto: Cortesía Juan Manuel Renjifo

Equipado con una cámara fotográfica, un gancho para serpientes, un machete y unas bolsas de tela que cargaba en un morral, el biólogo colombiano recorrió todo el país para atrapar culebras y lograr producir un suero antiofídico polivalente. Durante sus viajes tomó más de 85 mil imágenes de especies de flora y fauna que hoy forman parte de una colección del Banco de la República.

Un importante capítulo de la historia de la ciencia en Colombia se escribe en una hacienda en Funza, Cundinamarca, a no más de 25 kilómetros de Bogotá. Aquí, desde hace veinte años, vive junto a su esposa Patricia el biólogo Juan Manuel Rengifo, hijo del reconocido médico y salubrista bugueño Santiago Rengifo, exministro de Salud y cofundador de la Escuela de Medicina de la Universidad del Valle. Rengifo, el pico más alto de La Macarena, se llama así en honor al galeno que participó en la primera expedición a la sierra. De hecho, a su cargo estuvo el primer decreto para convertirla en Parque Nacional.

El interés del doctor Rengifo por estudiar enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla y el chagas determinaron los primeros años de vida de Juan Manuel. A los 44 días de nacido ya estaba en Villavicencio, donde su papá ejerció como el primer director del Instituto de Enfermedades Tropicales Roberto Franco. Su niñez y adolescencia transcurrieron rodeado de ratones, curies y conejos. “A los 6 años, cuando vivíamos en Cali, íbamos a buscar peces en el Anchicanyá para sus acuarios y a los 8 o 9 años me tomaron mi primera fotografía junto a una culebra”. El biólogo rememora con orgullo cada logro de su padre y reconoce que aunque por un camino distinto de la ciencia, su trabajo fue determinante para conectarse con la naturaleza.

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