Estados de la Asamblea Mundial de la Salud adoptan resolución para reducir la deficiencia de micronutrientes

Durante la más reciente Asamblea Mundial de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) los delegados de distintos estados decidieron adoptar una resolución que tiene el fin de acelerar los esfuerzos para prevenir las deficiencias de micronutrientes en el mundo. La idea es lograrlo mediante el enriquecimiento de alimentos de forma segura y eficaz.

“La resolución insta a los Estados miembros a tomar decisiones sobre el enriquecimiento de alimentos con micronutrientes o suplementos y a considerar formas de fortalecer los mecanismos de financiación y seguimiento”, advirtió la OMS a través de un comunicado de prensa publicado este 30 de mayo.

El documento fue presentado por los países de Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, Israel, Malasia y Paraguay. También fue secundada por los 27 estados miembros de la Unión Europea.

Según señalaron, esta deficiencia de nutrientes es un fenómeno sanitario complejo que tiene múltiples efectos en la salud de los pacientes. Especialmente, señalaron que la falta de folato, hierro, vitamina A y zinc afecta a cerca de la mitad de los niños que se encuentran en edad preescolar y al 67 % de las mujeres que están en edad reproductiva a nivel mundial.

“Las deficiencias de micronutrientes pueden tener consecuencias graves, como la espina bífida y otros defectos del tubo neural. Estas deficiencias prevenibles también están asociadas con un mayor riesgo de ceguera, sistemas inmunológicos frágiles, disminución del ejercicio y la capacidad física. Las madres con bajo nivel de micronutrientes pueden tener bebés prematuros o con bajo peso al nacer. La deficiencia de yodo, que todavía prevalece en muchos países, afecta el desarrollo del cerebro en los niños, socavando su capacidad de aprendizaje y su eventual productividad”, indicó la OMS.

Y advirtió que la evidencia científica muestra que la fortificación de los alimentos puede ser parte de la solución. Esto se debe a que una vez se agregan minerales esenciales a los alimentos, los países pueden prevenir e incluso corregir con mayor efectividad la deficiencia de micronutrientes.

“La fortificación es una intervención basada en evidencia que contribuye a la prevención, reducción y control de las deficiencias de micronutrientes. Puede utilizarse para corregir una deficiencia demostrada de micronutrientes en la población general (fortificación masiva o a gran escala) o en grupos de población específicos (fortificación dirigida), como niños, mujeres embarazadas y beneficiarios de programas de protección social”, detalló el organismo sanitario.

Lo cierto es que la OMS ya lleva varias décadas trabajando en pro de la fortificación de alimentos. Para ello, señaló, ha colaborado con múltiples organizaciones que trabajan a niveles regional, nacional y hasta comunitario.

El objetivo del organismo sanitario es, sin embargo, que la fortificación de alimentos se dé a gran escala, pues podría ayudar a reducir la carga de enfermedades como los trastornos por deficiencia de yodo, la anemia y la deficiencia de hierro y los defectos del tubo neural.

“La resolución recibió un amplio apoyo de la sociedad civil, con más de 50 organizaciones pidiendo a la OMS que acelere los esfuerzos para la fortificación de los alimentos con micronutrientes a través de una carta firmada conjuntamente. Las organizaciones subrayaron en su carta que la deficiencia de micronutrientes es una crisis que afecta a todas las comunidades a nivel mundial, de bajos o altos ingresos, y que todavía hay una gran agenda inconclusa sobre la fortificación de alimentos”, concluyó la OMS.

Y señaló que los países que presentaron la resolución también le pidieron a la OMS “redoblar” sus esfuerzos para aumentar el alcance y la eficiencia de los programas destinados a fortificar los alimentos.

Además, se conoció que el documento fue emitido bajo el marco del informe que presentó la ONU sobre la Década de Acción sobre Nutrición.

“El Decenio de la Nutrición tiene como objetivo acelerar la implementación de los compromisos de la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2), alcanzar los objetivos mundiales de nutrición y enfermedades no transmisibles (ENT) relacionadas con la alimentación para 2025 y contribuir a la realización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030″, indicó la OMS.