Salud
Estas son las enfermedades que puede contraer cuando entra a una piscina; así puede prevenirlas
En esta temporada de vacaciones es fundamental tener en cuenta algunas recomendaciones para evitar percances de salud.
El uso de piscinas recreativas es una de las actividades que más frecuentan las personas durante la temporada de vacaciones y aunque puede ser un momento agradable también reviste algunos riesgos de salud que vale la pena tener en cuenta.
De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su sigla en inglés), las personas pueden estar expuestas a aguas contaminadas con microbios si en lugares como piscinas y spas no se implementan las medidas adecuadas de desinfección y aseo. En esa medida, pueden desarrollar algunas complicaciones de salud a raíz de distintos tipos de enfermedades.
Según los CDC, en estos lugares pueden adquirir una de estas patologías después de tragar, tener contacto o inhalar agua contaminada con distintos patógenos.
“También se pueden contraer al tener contacto con productos químicos que estén en el agua o que se evaporen del agua y se conviertan en gas en el aire”, sostienen los CDC.
La autoridades sanitarias estadounidenses señalan que los pacientes que contraen estas patologías pueden presentar síntomas como diarrea, erupciones o sarpullidos en la piel, dificultades respiratorias como la tos y la congestión nasal, y dolores en los oídos o en los ojos.
“La diarrea es la más común de las enfermedades transmitidas por el agua en lugares de recreación acuática. Las personas que ya están enfermas con diarrea pueden propagársela a otras personas cuando entran al agua en estos lugares”, explican los CDC.
De hecho, dan un dato inquietante y es que cuando una persona presenta diarrea puede llevar con ella alrededor de 0,14 gramos de heces con su cuerpo. En esa medida, una vez entran a una zona con agua como una piscina pueden verter cierta cantidad de microbios y contaminarla. Luego, cuando alguien trague el agua podría resultar infectado con la enfermedad.
Pero la diarrea no es el único riesgo al que se exponen los bañistas cuando ingresan a una piscina, según advierten las autoridades sanitarias.
Una vez entran a la piscina también son susceptibles de contraer otras infecciones dañinas para la piel, los oídos, los ojos y el sistema respiratorio. Estas complicaciones de salud pueden estar asociadas a distintos patógenos que habitan tanto en el agua como en el suelo circundante.
“Si los productos químicos utilizados para matar los microbios (cloro o bromo) en piscinas, bañeras de hidromasaje y áreas de juegos con agua no se mantienen en el nivel adecuado, estos microbios pueden multiplicarse y enfermar a los nadadores”, puntualizan los CDC.
Así puede reducir los riesgos de enfermarse en una piscina
De acuerdo con las autoridades estadounidenses, lo mejor que pueden hacer las personas para evitar que las piscinas se conviertan en focos de contagio de distintas enfermedades es que el agua esté adecuadamente desinfectada y libre de microbios. Esta tarea, por supuesto, les corresponde a los administradores de las piscinas.
No obstante, hay otras medidas que pueden seguir los nadadores, como evitar el ingreso al agua si han tenido diarrea en las últimas dos semanas.
Para las personas cuyo estado de salud es bueno, se recomienda que mientras se encuentran en las piscinas no dejen que el agua entre a su boca. Asimismo, es fundamental que se sequen muy bien los oídos después de una sesión de natación, lo cual impedirá la proliferación de bacterias.
“Los niños, las mujeres embarazadas y las personas que tienen problemas de salud o toman medicamentos que reducen la capacidad del cuerpo para combatir microbios y enfermedades (como las personas cuyo sistema inmunitario está debilitado debido a un cáncer, un trasplante de órgano o el VIH), están en mayor riesgo al presentar enfermedades transmitidas por el agua en lugares de recreación acuática”, indican los CDC.
Y añaden que las personas cuyo sistema inmune se encuentra débil por cualquier patología deben tener especial cuidado a la hora de ingresar a la piscina. De hecho, hacen referencia a que en algunas zonas acuáticas recreativas puede haber presencia de Cryptosporidium, un parásito perteneciente a los protozoos que reviste una amenaza para las personas cuyas defensas se encuentran vulnerables.
En esa medida, les recomiendan a esos pacientes consultar con su médico tratante antes de ir a nadar para verificar qué tanto riesgo están corriendo.