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Esto le hace al cerebro el consumo de marihuana

El THC, principal activo de esta planta, genera diversas afecciones en el cerebro.

Redacción Semana
13 de septiembre de 2023
Marihuana-Cerebro
Los efectos del consumo de marihuana en el cerebro son múltiples. | Foto: Getty Images

El consumo de marihuana genera una serie de afecciones en el organismo y, particularmente, en el cerebro. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) indican que esta hierba afecta la función cerebral de manera directa y, particularmente, las partes de este órgano, responsable de la memoria, el aprendizaje, la atención, la toma de decisiones, la coordinación, las emociones y el tiempo de reacción.

Según el National Institute on Drug Abuse de Estados Unidos, cuando se fuma marihuana, su ingrediente activo, el THC, viaja por el cerebro y el resto del cuerpo, produciendo efectos. En el cerebro, este compuesto se adhiere a los receptores de cannabinoides que se encuentran en las células nerviosas, lo que afecta la forma en que estas funcionan y como se comunican unas con otras.

En los jóvenes y adultos, el consumo reciente, es decir, en las últimas 24 horas, tiene un impacto inmediato en el pensamiento, la atención, la memoria, la coordinación, el movimiento y la percepción del tiempo.

El THC es uno de los principales componentes psicoactivos de la marihuana.
El THC es uno de los principales componentes psicoactivos de la marihuana. | Foto: Getty Images

Según los expertos, a largo plazo, la marihuana afecta el desarrollo del cerebro. Antes de los 18 años de edad puede incidir en la forma en que esta parte del cuerpo crea las conexiones para funciones tales como la atención, la memoria y el aprendizaje.

Es posible que el impacto dure mucho tiempo o, incluso, sea permanente, pero se necesita más investigación para comprender estos efectos completamente. Los jóvenes que consumen marihuana podrían tener menor rendimiento en el estudio y dificultad para recordar cosas, por ejemplo.

Los especialistas explican que el THC puede alterar el funcionamiento del hipocampo y la corteza orbitofrontal, que son regiones del cerebro que permiten que una persona cree recuerdos nuevos y cambie su foco de atención.

Así las cosas, el consumo de marihuana disminuye la capacidad que tienen los individuos para pensar e interfiere con la capacidad para aprender y realizar tareas que tienen algún grado de complicación.

Consumo de drogas / Consumo de marihuana
El consumo de marihuana produce graves afecciones en el cerebro. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Como si esto fuera poco, el compuesto activo de la marihuana también altera el funcionamiento del cerebelo y los ganglios basales, que son regiones del cerebro que regulan el equilibrio, la postura, la coordinación y el tiempo de reacción. Este es el motivo por el cual quien ha consumido marihuana podría no estar en condiciones de conducir en forma segura y también presentar problemas para realizar deportes u otras actividades físicas, por ejemplo.

Comportamiento placenteros

El THC, que actúa por medio de los receptores cannabinoides, también activa el sistema de recompensa del cerebro que está relacionado con la respuesta a comportamientos placenteros saludables, como el sexo y la comida.

Al igual que la mayoría de las drogas que las personas consumen de manera recurrente, el principal compuesto de la marihuana estimula las neuronas del sistema de recompensa del cerebro, que liberan el mensajero químico llamado dopamina en cantidades mayores a las normales.

“La oleada de dopamina le “enseña” al cerebro a repetir la conducta gratificante, lo que contribuye a las propiedades adictivas de la marihuana”, precia el National Institute on Drug Abuse.

¿Qué ocurre al consumir marihuana a diario?
El consumo frecuente de marihuana afecta funciones cerebrales. | Foto: Freepik

Factores a tener en cuenta

Los CDC indican que el impacto del consumo de marihuana en el cerebro depende de muchos factores, entre ellos:

Las causas de los efectos en el cerebro a largo plazo podrían también deberse a otros aspectos no relacionados con la marihuana, como la genética, el entorno del hogar u otros factores desconocidos.