Salud
Estudio reveló la preocupante situación de los inmigrantes menores de edad en Estados Unidos
Los autores solicitaron que las autoridades tomen en cuenta esta información se tome en cuenta para modificar la legislación gubernamental.
Un reciente estudio reveló el impacto real en términos de salud con respecto a los menores de edad en condición de inmigrante en Estados Unidos. Los resultados son impactantes.
Para nadie es un secreto la situación inmigratoria en suelo norteamericano. No es de ahora, sino que ha estado presente año tras año. Bajo ese contexto, los expertos de American Academy of Pediatrics se pusieron en la tarea de estudiar este fenómeno, concretamente con los menores de edad presentes; debido a que son una población con desigualdades sistémicas tienen mayores probabilidades de problemas de salud física y mental.
El estudio ‘Sentimiento y políticas antiinmigrantes a nivel estatal y riesgos para la salud en los niños latinos de EE. UU.’ fue el resultado de esta investigación. Por un lado, el informe subraya la importancia de abordar los impactos de la salud de las leyes estatales con respecto a la población inmigrante presente en el territorio.
Los investigadores analizaron datos representativos a nivel nacional de 17,855 niños latinos de 3 a 17 años, incluidos los nacidos dentro y fuera de los EE. UU. Aproximadamente el 30 % vivía por debajo del nivel federal de pobreza y poco más de la mitad provenía de una familia inmigrante.
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Al estudiar a los menores de edad, encontraron que hubo serios problemas relacionados a complicaciones físicas y de salud mental crónicas. Las situaciones en cuestión que encontraron fueron alergias, asma, trastornos sanguíneos, diabetes, problemas cardiacos y artritis. Las condiciones de salud mental fueron depresión, ansiedad, problemas de comportamiento/conducta y trastorno por déficit de atención/hiperactividad.
Los investigadores calificaron el nivel de discriminación de los estados utilizando un sistema que tuvo en cuenta las políticas hacia los inmigrantes relacionadas con los servicios de salud, el empleo, las licencias comerciales, el cumplimiento de las políticas de inmigración, la prohibición de la discriminación y el acceso a viviendas de alquiler, licencias de conducir y educación superior, entre otros factores.
Con respecto a la inequidad, encontraron que la condición crónica influyó 1.13 veces más y la salud mental tuvo relación en un incremento de 1.24 veces más sobre este escenario. El informe reveló que los pequeños efectos pueden ser significativos cuando son generalizados en las poblaciones y así generan desigualdad estructural.
En ese orden de ideas, afirmaron que las leyes estatales no abordan en su totalidad las repercusiones sanitarias, al igual que los efectos que tienen las actitudes frente a sentimientos racistas y/o antiinmigrantes. Estos factores, a fin de cuentas, termina influyendo en el acceso a oportunidades y acceso a recursos.
El estudio se limitó al incluir un número limitado de condiciones de salud y requerir un diagnóstico para muchas de ellas, mientras que algunos de los niños pueden tener dificultades para acceder a la atención médica. Además, es posible que hayan faltado más familias, lo cual implica que la magnitud del fenómeno social quizás sea más grande de lo contemplado.
Con respecto a los resultados, los autores afirmaron en el informe lo siguiente: “Este estudio subraya la importancia de abordar los impactos en la salud de las leyes estatales, así como los efectos de las actitudes públicas que perpetúan los sentimientos racistas y/o antiinmigrantes, todo lo cual influye en el acceso a oportunidades y recursos que promueven un desarrollo saludable”.
De igual forma, solicitaron que las autoridades pediatras y otras a nivel general tomen en cuenta los enfoques de racismo sistémico, en pro de abordarlos de la mejor manera y así contribuir en la solución del problema. “A nivel social, este estudio proporciona más evidencia de que la política de inmigrantes es una política de salud”, indica.