Día de la salud mental
“Hay que dejar de pensar que quien va al psiquiatra es porque está loco”: preocupante análisis de un experto en el Día de la Salud Mental
Omar Cuéllar Alvarado, director del Instituto Colombiano del Sistema Nervioso - Clínica Montserrat explica el reto de hablar abiertamente de las enfermedades de salud mental y por qué las mismas están creciendo entre la población más joven.
“Los expertos en salud mental no damos abasto”, asegura Omar Cuéllar Alvarado, director del Instituto Colombiano del Sistema Nervioso - Clínica Montserrat. Y enumera varias razones. La principal tiene que ver con que después de la pandemia crecieron exponencialmente los casos de personas con algún tipo de enfermedad mental y emocional.
Es que el panorama es preocupante, especialmente entre los menores de edad, donde se han incrementado patologías como la ansiedad y la depresión. De hecho, un informe reciente de la Procuraduría General muestra el aumento desbordado en los problemas de salud mental que enfrentan niños, adolescentes y jóvenes.
Los números son alarmantes: solo en el primer semestre de 2023 se registraron 18.466 intentos de suicidio y 1.540 personas (más de 250 por mes) lograron su cometido. De ellos, 918 corresponden a adultos, 479 casos son de jóvenes, 142 son de adolescentes y un caso ocurrió en población infantil. Un año atrás, en 2022, Colombia reportó 2.835 suicidios, de los cuales 936 correspondieron a jóvenes, 312 a adolescentes y 3 a infantes.
Según el ente de control, las edades con mayor índice de problemas de este tipo son los jóvenes de 17 a 24 años, seguidos por los adolescentes de 12 a 16 años y la población infantil de 6 a 11 años.
Por ello, a los padres de familia y cuidadores se les recomienda estar alertas frente a varios factores de riesgo. Algunos de ellos son el acoso escolar o cambios psicosociales fuertes, como situaciones de estrés en la casa o problemas económicos, separación de los padres, rupturas amorosas, pertenecer a una minoría, como los grupos LGTBIQ, y que hayan tenido dificultades para poder expresar su orientación o su identidad de género.
En medio de este panorama, SEMANA conversó con Omar Cuéllar Alvarado, quien profundizó a cerca de las causas de esta nueva ‘pandemia’ de enfermedades de salud mental.
SEMANA: ¿Por qué aún nos cuesta ver las enfermedades de salud mental con la misma normalidad con la que se asumen las enfermedades físicas?
Omar Cuellar Alvarado (O.C.): Es un tema histórico. Hay un estigma social frente a la salud mental, la psiquiatría y las enfermedades mentales. En un país como Colombia, tan conservador, estos temas han sido tabú y parte de la labor que nos corresponde a quienes trabajamos en esta área ha sido mostrarles a las personas que este es un tema que nos toca a todos. No es de estratos, ni de afiliaciones políticas. Nos toca a todos. Nadie está exento de tener problemas emocionales y asuntos personales que lo afecten en su salud física y emocional. Y nos olvidamos que la salud mental es igual o más importante que la salud física. Por fortuna, poco a poco se han ido rompiendo esos estigmas o de creer que ir al psiquiatra es porque uno está loco o ha perdido la razón. Pero cuando uno busca ayuda, en realidad subsana sus problemas emocionales.
SEMANA: ¿Qué tanto han crecido las enfermedades de salud mental en el país?
(O.C.): Se sabe que después de la pandemia, estas han tenido un crecimiento exponencial en Colombia y el mundo. Por eso, cada vez se está necesitando más atención en salud mental y los servicios y la capacidad instalada es insuficiente. Y esto se exacerbó con la pandemia, debido al confinamiento y el estrés por el riesgo a infectarse o la pérdida de un ser querido o el impacto económico. En los niños también se generó estrés por el tema de perder la presencialidad en los colegios. Y en instituciones como la Clínica Montserrat los expertos no damos abasto y eso mismo pasa en todas las instituciones especializadas en salud mental en el mundo. Faltan más presupuestos en salud.
SEMANA: ¿Qué tanto han crecido las enfermedades de salud mental en el país?
(O.C.): Se sabe que después de la pandemia, estas han tenido un crecimiento exponencial en Colombia y el mundo. Por eso, cada vez se está necesitando más atención en salud mental y los servicios y la capacidad instalada es insuficiente. Y esto se exacerbó con la pandemia, debido al confinamiento y el estrés por el riesgo a infectarse o la pérdida de un ser querido o el impacto económico. En los niños también se generó estrés por el tema de perder la presencialidad en los colegios. Y en instituciones como la Clínica Montserrat no damos abasto y eso mismo pasa en todas las instituciones especializadas en salud mental en el mundo. Faltan más presupuestos en salud.
SEMANA: Un estudio reciente de la Procuraduría evidenció que esa incidencia es mucho más pronunciada en los menores de edad, una población en la que las tasas de suicidio son preocupantemente altas…
(O.C.): Es cierto. Nos tomará mucho tiempo evaluar el impacto real de todo ese estrés que se generó en la pandemia, pero estamos enfrentados a un cambio generacional con unas crianzas que son diferentes. Y eso tiene muchas aristas: estamos ante familias que son homoparentales o ambos padres trabajan y los niños están al cuidado de la empleada del servicio o de los abuelos. Y esos papás compensan sus ausencias con indulgencias hacia sus hijos, por eso no hay muchos límites ni muchas normas en las casas. Los niños crecen con pocas pautas de crianza hacia, por ejemplo, el manejo de las frustraciones. Y eso es parte de la vida, pero esta generación parece que se rompe mucho más fácil con las frustraciones de la cotidianidad.
SEMANA: Un especialista en salud mental como usted, con qué ojos ve el impacto de las redes sociales en esta generación…
(O.C.): Es un tema que no es en blanco y negro. Preocupa el exceso de aceptación que generan las redes sociales y cómo eso afecta la autoestima de los jóvenes. Entonces eso aumenta la falta en el manejo de la frustración y de las emociones en ellos y encima lidiando eso solos que sus padres están todo el día trabajando.
SEMANA: ¿Cómo educar en el manejo de la frustración?
(O.C.): Invitaría a los padres a estar presentes en todos los procesos de crianza de los hijos. No se trata solo de ser proveedores, sino de tener presencia en las pautas de crianza. No temerle a poner límites, acompañar a ese hijo de manera empática, enseñarle a mostrar sus emociones y gestionarlas. Los colombianos somos dados a pensar que las emociones negativas se hacen a un lado y las barremos bajo la alfombra. Ahora bien, en la crianza no se nace aprendido y si un padre siente que se equivoca sobre la manera en que ha actuado con su hijo puede corregir y mejorar cada día su labor como padre o como madre. Y enseñarle a ese hijo que es normal equivocarse, pero también corregir y reparar.
SEMANA: ¿Cómo ayudar a alguien cercano que puede tener problemas de salud mental?
(O.C.): Lo primero es hablarlo, ponerlo sobre la mesa. Precisamente, parte de ese estigma frente a la salud mental es que nos lleva a negar esa realidad. Decirle abiertamente que es notorio que las reacciones que está teniendo frente a ciertas situaciones no son normales, deberías buscar un especialista. Uno de los grandes karmas en términos de salud mental es que quien los padece no es consciente que los vive, los advierten quienes los rodean. Hay que buscar formas persuasivas o hacerle ver que en realidad debe buscar ayuda de manera empática, sin juzgamientos.
SEMANA: Muchos padres de familia se enfrentan a una generación donde son cada vez más comunes los problemas de salud emocional. ¿Qué signos de alarmas les deben generar preocupación?
(O.C.): Todo depende de la etapa en la que estén esos hijos. Porque un preadolescente puede tener manifestaciones diferentes a las de un adolescente. Pero, en términos generales, hay que estar atentos a cambios de comportamiento, conductas que no son las habituales, tendencias a ensimismarse, a aislarse, reacciones impulsivas. Todo esto dentro del entorno familiar o escolar. Ahora, también es cierto que el menor de edad tiene un aprendizaje por imitación, de los patrones de conducta de papá y mamá. Muchas veces, los problemas emocionales de los hijos son el reflejo de los problemas emocionales de los padres. Por eso, es importante que en ocasiones los padres vayan a psicoterapia. Hay que educar con el ejemplo. Entonces, a veces detrás de un niño problema hay una familia problema y él representa ese problema familiar a través de sus patrones de conducta. También entran a jugar factores hereditarios, exposición a situaciones traumáticas o consumo de sustancias psicoactivas.
SEMANA: Uno de esos frentes en materia de salud mental tiene que ver con las relaciones abusivas y tóxicas en las que el agresor claramente no se encuentra bien emocionalmente. ¿Cómo actuar en esos casos?
(O.C.): En el caso de la víctima, esta debe buscar ayuda que le permita entender por qué cae en esos patrones de relación. Porque la elección de una pareja habla también de los propios conflictos internos que pueda tener una persona. Hay que preguntarnos por qué nos vinculamos a una relación que es tóxica, que es controladora y tiene elementos de abuso. Por qué esa persona elije estar ahí. Y por el lado del victimario, es claro que también debe buscar ayuda terapéutica para que entienda que lo lleva a transgredir la integridad de su pareja y que sus patrones de relaciones tienen situaciones de abuso y qué lo lleva a reaccionar de esa manera en sus relaciones interpersonales para mejorar su salud emocional.