Salud
INS revela qué agente infeccioso causó la muerte de una niña en Santa Marta. ¿Está en riesgo la comunidad? Esto se sabe
La menor murió por una meningitis causada por agente infeccioso poco frecuente.
Lo que comenzó como un paseo familiar en el Caribe colombiano, en temporada de vacaciones, terminó en tragedia para la familia de Stefanía Villamizar González, una pequeña de 10 años que fue diagnosticada con una extraña infección que acabó con su vida. Se trata de una meningitis causada por agente infeccioso poco frecuente.
El caso ocurrió en Santa Marta y enseguida encendió las alarmas no solo en esta ciudad, sino en todo el país. Precisamente, el hecho fue notificado al Sistema de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila) del Instituto Nacional de Salud (INS) en junio pasado y desde entonces se realizaron las investigaciones para establecer de qué agente infeccioso se trataba.
El caso fue identificado inicialmente como una meningitis y atendido en un hospital de Bucaramanga. Según el INS, en su labor de asistencia técnica a la Secretaría Distrital de Salud de la capital de Magdalena y la Secretaría de Salud de Santander, se revisó el historial de la menor y lo sucedido en ambas ciudades por parte de las diferentes autoridades sanitarias locales, como se exige en materia de protocolos de vigilancia para meningitis.
El INS determinó que el contagio fue producto de una ameba y que, pese a las alarmas, este agente infeccioso no genera riesgo para la comunidad.
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La entidad descartó inicialmente que la meningitis fuera causada por una bacteria (Streptococo o Meningococo, como las más frecuentes) o por un virus (entre ellos, los de encefalitis equina).
Sin embargo, tras el análisis post mortem, el laboratorio de Patología del INS contempló la tesis de que pudiera tratarse de una afectación por un parásito ambiental y detectó hallazgos compatibles con una ameba. De acuerdo con los expertos, el caso no corresponde a una transmisión orofecal, dadas las características clínicas y ambientales, que sería el caso de las amebas que habitualmente causan enfermedad gastrointestinal.
Al explorar el caso, se concluyó que la niña tuvo múltiples inmersiones en diferentes cuerpos de agua donde contrajo el agente infeccioso. Este tipo de agentes parasitarios pueden entrar en contacto con el ser humano habitualmente en ambientes como una piscina o el mar u otro, pero no causan enfermedad. Sin embargo, algunos seres humanos tienen susceptibilidad anatómica o fisiológica a dichos agentes y al tener contacto con ellos pueden desarrollar una enfermedad que incluso puede llevar a la muerte. Esto ocurre de una manera muy particular y excepcional, no es un diagnóstico frecuente.
Una tragedia familiar
Tal como lo contó SEMANA en su más reciente edición, el 18 de junio pasado, Tatiana González viajó con su hija a Santa Marta. Dos días más tarde, Stefania empezó a quejarse de un dolor en el oído que se convirtieron en episodios de vómito y fiebre. En un primer momento, los síntomas fueron tratados como otitis.
Madre e hija regresaron a su hogar, en Bucaramanga. El malestar en el oído continuó, pero su intensidad fue disminuyendo.
Pero, el 4 de julio comenzó el calvario familiar. Stefania no volvió a ser la misma. No quería levantarse de la cama, le molestaba la luz y no era capaz de ducharse sola. Una petición que causó extrañeza en la casa. De repente, de pie, dentro del baño, comenzó a convulsionar.
La pequeña permaneció bajo observación médica y fue sometida a diferentes procedimientos. Era evidente que no se trataba de una simple otitis, pero los especialistas no sabían lo que sucedía. Desafortunadamente, 24 días después, Stefania murió en la clínica rodeada de sus padres y demás familiares. Fue una muerte casi que anunciada. Dos días antes de su fallecimiento a la niña le declararon muerte cerebral.
El dictamen de la clínica arrojó que la causa del deceso estaba relacionada con una meningitis. Pero el caso fue tan extraño que escaló a instancias nacionales y el Instituto Nacional de Salud intervino en el diagnóstico.