La guerra entre carteles y la oscura historia de Drogas La Rebaja, cadena de farmacias que apoyará reforma a la salud

El presidente Gustavo Petro ordenó, en días pasados, que Drogas La Rebaja debe pertenecer al Ministerio de Salud y ser parte de la institucionalidad pública. Además de ello, el mandatario señaló que la empresa Vecol debe ser la encargada de la línea de producción de vacunas tanto para humanos, así como también para animales, producción que se abandonó en anterioridad.

“Drogas La Rebaja debe ser una institucionalidad pública. Ya se extinguió el dominio, es del Estado, pero al servicio de la población más necesitada del país, y cubre todo el país. Así que ese esfuerzo es el comienzo ya de la reforma a la salud (...) Drogas La Rebaja debe pasar al Ministerio de Salud”, aseveró el mandatario el marco de su intervención en El Gobierno Escucha.

Y es que esta importante cadena de farmacias con presencia a nivel nacional es una de las marcas más reconocidas por los colombianos, pues es un nombre de vieja data que ha logrado sobrevivir pese al paso de los años y al pasado oscuro que lo marcó en la década de los 90.

Un emporio al servicio del narcotráfico

Los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela fundaron en la década de los 70 un emporio económico que sirvió de fachada para mover las inmensas sumas de dinero que el Cartel de Cali recibía producto del negocio del narcotráfico.

Fue la fachada perfecta para lavar dinero y creció de la mano de que las operaciones ilegales de los famosos empresarios vallecaucanos que iban en aumento. Drogas La Rebaja llegó a tener 872 locales en diferentes partes del país y generaba 7.000 empleos directos y más de 30.000 indirectos, lo que da cuenta de la estabilidad y del poderío que gozaba esta cadena de farmacias bajo el servicio de los narcos caleños.

En sus libros contables se registraron ventas por 1,2 billones de pesos, lo que la llevó a ubicarse, por varios años, entre las 50 empresas más grandes del país.

Guerra entre carteles

Este próspero negocio de los hermanos Rodríguez Orejuela también estuvo inmerso en la guerra que libró el Cartel de Medellín, de Pablo Escobar, contra el Cartel de Cali, ya que, entre 1988 y 1990, sus locales fueron objeto por lo menos 85 atentados terroristas en la capital vallecaucana, Bogotá, Pereira y Medellín.

Esta guerra entre carteles puso en alerta a las autoridades norteamericanas y se ordenó a las compañías de ese país y a los proveedores de la cadena de farmacias, abstenerse de tener negocios con cualquier empresa de los hermanos Rodríguez orejuela.

La exreina de belleza Rocío Restrepo, expareja del difunto capo Gilberto, hermano mayor del clan, le explicó a SEMANA que esta empresa era la “niña mimada” de quien fuera su esposo.

“Drogas La Rebaja era su obra de arte; su primer trabajo fue a los 12 años y fue en una farmacia. Él aplicaba inyecciones sin que sintiera nada, así me enseñó. (...) Para él, Drogas La Rebaja y el laboratorio farmacéutico fue su mayor logro comercial, tuvo muchas empresas, pero para él era su niña mimada”, dijo la mujer en una entrevista realizada días después de que se conociera la muerte del capo en una cárcel de Estados Unidos.

Los capos cayeron presos en 1995 y fueron extraditados al país del norte y el futuro de Drogas La Rebaja quedó en el limbo, por lo que se vendió a una cooperativa creada por los empleados de la firma, lo que le permitió seguir operando; sin embargo, después de varios años, se pudo comprobar que esta venta fue ficticia y que solo sirvió para el emporio económico de los Rodríguez se siguiera fortaleciendo.

En 2005 fue intervenida por el gobierno colombiano y solo hasta julio de 2022, el Tribunal Superior de Bogotá reafirmó la extinción del derecho de dominio sobre la empresa y sus 880 establecimientos de comercio, argumento que precisamente ha utilizado el presidente Petro para indicar que esta cadena de farmacias debe pasar a apoyar la distribución de medicamentos y producción de vacunas.