Salud
La proteína que se convierte en la esperanza de los pacientes con cáncer de páncreas
El cáncer de páncreas es considerado el más letal, pues tiene una tasa de supervivencia a 5 años de únicamente el 12 por ciento.
El cáncer pancreático es un tipo de cáncer que se origina en el páncreas, cuando las células en el cuerpo comienzan a crecer en forma descontrolada.
Tal como indica la OMS, el riesgo promedio de padecer cáncer pancreático durante la vida es aproximadamente de 1 en 64. Sin embargo, las posibilidades de cada persona de afrontar esta enfermedad pueden verse afectadas por algunos factores de riesgo.
Además, entre las formas más comunes de cáncer, el de páncreas se considera el más agresivo. Eso se debe, según los expertos, a una combinación de dos factores principales: suele detectarse tarde porque no presenta síntomas hasta que el tumor está avanzado y además es un tipo de cáncer que empieza a hacer metástasis muy pronto.
¿Qué hace que el cáncer de páncreas se expanda tan rápidamente por el cuerpo? El secreto está en la reactivación en las células cancerígenas de una función celular que normalmente se queda inactiva después del período embrionario, y que le permite a las células malignas moverse por el cuerpo y sobrevivir en distintos ambientes, tal como explica el profesor Thomas Brabletz, jefe de medicina experimental en el centro de medicina molecular Nikolaus-Fiebiger, de la universidad alemana de Erlangen-Nuernberg.
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Esa reactivación tiene consecuencias fatales, porque las células del tumor pueden diseminarse y adaptarse rápidamente a una nueva situación.
Así este cáncer entra rápidamente en metástasis y desarrolla tumores secundarios y asume una progresión agresiva.
Algunos de los famosos que sucumbieron a este tipo de cáncer fueron el actor Patrick Swayze, famoso por su rol en Dirty dancing, y el cofundador de Apple, Steve Jobs, aunque este último no padeció la versión más agresiva de la enfermedad.
Se abre una esperanza
De ahí que el hallazgo de una proteína, por parte de un equipo internacional liderado por el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia (España), despierta esperanza ya que abre nuevas vías en materia de tratamientos.
Se trata del gen o proteína HAPLN1, que se puede usar como marcador de pronóstico en el cáncer de páncreas.
Este importante estudio, liderado por Juan Rodríguez Vita y Francesca De Angelis Rigotti, descubrió que la proteína HAPLN1 potencia la metástasis peritoneal en el cáncer de páncreas, considerado el más letal, pues tiene una tasa de supervivencia a 5 años de únicamente el 12 por ciento.
Durante la progresión de la enfermedad, este cáncer evoluciona con frecuencia con metástasis en el peritoneo, una complicación muy severa que suele derivar en resistencia a terapias y otras complicaciones que disminuyen enormemente la calidad de vida de los pacientes.
En este estudio se observa que una mayor presencia en los tumores de la proteína HAPLN1 podría predecir aquellos pacientes con una mayor predisposición a padecer este tipo de metástasis, lo que abre nuevas vías en el estudio de tratamientos y estrategias para bloquearla y, con ello, poder reducir la carcinomatosis peritoneal.
Mejora en el diagnóstico
Unos resultados que pueden impactar notablemente en el diagnóstico y seguimiento de los pacientes con cáncer de páncreas, ya que la expresión de HAPLN1 podría usarse para identificar a los pacientes que necesiten un seguimiento más exhaustivo o incluso tratamientos distintos, según informa el CIPF.
El estudio también muestra que la presencia de la proteína HAPLN1 aumenta la versatilidad de las células tumorales, favoreciendo la metástasis, proceso por el cual las células tumorales escapan de los tumores primarios (iniciales) y generan tumores en otros órganos. Esa versatilidad facilita la metástasis porque las células tumorales pueden adaptarse a nuevos ambientes diferentes del tumor primario.
Además, los investigadores observaron que estos efectos están mediados, en parte, por el factor de necrosis tumoral (TNFa), lo que abre la puerta a explorar fármacos ya utilizados previamente para bloquear dicho factor.
El siguiente paso de los investigadores será estudiar también el papel de HAPLN1 en otros cánceres abdominales, entre ellos el cáncer de ovario, un tema en el que el grupo de científicos tiene una gran experiencia.
Tal como lo explicaron, se trata de un estudio que incluye muestras de pacientes, lo que incrementa la validez de los resultados y también explora los mecanismos moleculares, lo que permite establecer un fenómeno de causa-efecto en los resultados.
Y agregaron que el estudio constata que una modificación tan pequeña de la matriz extracelular puede aumentar mucho la malignidad.