Salud
La variante ‘perro del infierno’ del coronavirus tiene en alerta a los científicos; este es el motivo
La mayoría de variantes están siendo controladas por las vacunas que fueron aplicadas, pero esta subvariante le está quitando el sueño a la comunidad científica.
A pesar de que el mundo poco a poco va saliendo de la crisis sanitaria generada por el covid-19, la batalla la siguen librando los científicos en los laboratorios. Las variantes que se han generado tras la aparición del virus inicial tienen preocupados a los expertos.
La mayoría de variantes están siendo controladas por las vacunas que fueron aplicadas en todo el planeta. Sin embargo, existe una subvariante que le está quitando el sueño a la comunidad científica.
The Lancet Infectious Diseases publicó una investigación sobre el coronavirus y el riesgo que representan las subvariantes de ómicron que están circulando, como lo es la BQ.1., más conocida como ‘perro del infierno’. Esta mutación del virus es la que mayor preocupación está generando.
Según una investigación realizada por el Instituto Leibniz para la Investigación de Primates y la Universidad Friedrich-Alexander de Erlangen-Nürnberg, esta subvariante posee la capacidad de sobrevivir ante los tratamientos actualmente implementados para vencer al covid-19. En especial, los tratamientos con anticuerpos monoclonales.
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Los expertos no descansan en su trabajo de encontrar nuevos mecanismos de terapias con anticuerpos monoclonales, que puedan hacerles frente a futuras variantes del virus. Pero la evolución del virus tampoco se detiene, y cada vez ejerce mayor resistencia ante la eficacia de los tratamientos.
“Nada de tests covid, queremos comer”
Cientos ciudadanos de Pekín, China, desafiaron el frío este domingo por la noche y atendieron el llamado a manifestarse que cundía por las redes sociales, en una concentración silenciosa por las víctimas de un incendio y también contra las políticas anticovid del Gobierno.
Alentados por el hartazgo que sienten por las restricciones sanitarias, los participantes se congregaron a orillas del río Liangma, al término de una jornada marcada por otras marchas similares celebradas en varios puntos del país.
“¡Nada de tests de covid, queremos comer!”, gritaban los manifestantes, algunos ondeando folios blancos, en alusión a la censura, y otros encendiendo velas en un altar improvisado, en el que también se colocaron ramos de flores.
El fuego, ocurrido en la capital de la provincia de Xinjiang (noroeste), dejó diez muertos y acentuó el descontento popular que ha ido creciendo en los últimos meses contra la estricta política de cero covid impuesta por las autoridades.
Los autores de numerosas publicaciones que circulan en redes sociales culparon a las medidas adoptadas contra el covid-19 de haber agravado la tragedia, pues las labores de rescate se vieron obstaculizadas por unos vehículos que llevaban semanas estacionados, a causa del confinamiento, en el estrecho callejón donde se sitúa el edificio incendiado.
En pequeños grupos, algunos cantaban y otros aguardaban en silencio, pese al frío, grabando la protesta con sus celulares. La concentración, en la que participaron sobre todo jóvenes, se desarrolló sin sobresaltos a pesar de la docena de vehículos de la policía desplegados en las inmediaciones.
Algunos agentes se infiltraron en la multitud para filmar a los participantes, congregados a orillas del río Liangma, que discurre por uno de los barrios más poblados de la capital china.
Desde el otro lado del río, alguien alzó la voz y dijo: “¡Es gracias a vosotros que Pekín está orgulloso!”, y varios automovilistas que pasaban cerca de la marcha tocaron la bocina en señal de apoyo. En un momento dado, el grupo se puso a cantar “La internacional” y el himno chino.
“¡No se olviden de los que murieron en el accidente de bus de Guizhou, no se olviden de la libertad!”, lanzó un manifestante, aludiendo a la tragedia ocurrida en septiembre, cuando un autocar que transportaba a gente a un centro de cuarentena tuvo un accidente que dejó 27 fallecidos.
Poco antes de las 22H30, la policía intentó dispersar a los manifestantes, pero algunos se resistieron. Una hora después, muchos seguían allí, decididos a quedarse y protestar.
*Con información de AFP.