Salud
¿Las experiencias cercanas a la muerte realmente cambian vidas?: la ciencia responde
Algunas personas han transitado por el borde de la muerte debido a múltiples factores. A raíz de estas experiencias, hay quienes dicen que sus vidas tomaron otro rumbo.
Accidentes, enfermedades graves y desastres naturales suelen ser escenarios en los que la tragedia está presente. La pérdida de vidas humanas es una realidad inherente a este tipo de situaciones, sin embargo, también hay lugar para los milagros.
Las experiencias cercanas a la muerte no se olvidan fácilmente. De hecho, hay quienes destacan en su testimonio que configuran puntos de inflexión en sus vidas, es decir, momentos en que comenzaron a ver su existencia con otros ojos, aprendiendo a valorar más algunas cosas y estableciendo prioridades que antes no consideraban.
Sin embargo, la ciencia parece tener una lectura diferente. Al menos así lo determinó un grupo de científicos que participó en una investigación para analizar esta creencia popular.
El artículo titulado “Incidencia de experiencias cercanas a la muerte en pacientes que sobreviven a una enfermedad crítica prolongada y su impacto a largo plazo: un estudio observacional prospectivo”, publicado en la revista Critical Care, sostiene que los pacientes que regresan del borde de la muerte siguen siendo exactamente los mismos un año después.
Para esta investigación, los expertos monitorearon a 19 personas después de que experimentaron una experiencia cercana a la muerte en la unidad de cuidados intensivos (UCI). Posteriormente, los acompañaron durante los siguientes doce meses para analizar su evolución.
Según recoge el Daily Mail, los pacientes fueron admitidos en la UCI por una amplia variedad de razones, entre las que destacan enfermedades respiratorias, cardiovasculares, digestivas, renales, neurológicas y metabólicas. ”La mayoría de los participantes encuestados fueron admitidos por razones quirúrgicas”, anota el diario británico.
Inicialmente, el estudio tuvo en cuenta a 126 pacientes que habían estado en UCI, sin embargo, se centraron en 19 personas que llegaron a tener una experiencia cercana a la muerte.
En primer lugar, los investigadores entrevistaron a los pacientes de tres a siete días luego de recibir el alta médica. Durante la conversación abordaron temas referentes a experiencias disociativas, como haber olvidado quiénes eran o sentirse desconectados de sí mismos. Otra área en la que profundizaron fue la espiritual, por lo que se indagó acerca de las creencias religiosas y personales de cada paciente.
Un primer resultado fue que los pacientes que habían tenido experiencias cercanas a la muerte, en efecto, se mostraron más propensos a los síntomas disociativos. En ese orden de ideas, el periodo inmediatamente posterior a dicha experiencia resultó ser más sensible.
¿Qué pasó con los pacientes un año después?
Según la creencia popular, las experiencias cercanas a la muerte “cambian vidas”. Es más, algunas personas han optado por compartir sus testimonios para generar conciencia a partir de sus vivencias. Sin embargo, los resultados de la investigación resultaron particularmente sorprendentes.
Después de doce meses, no se encontró una asociación significativa con la calidad de vida, a pesar de que la persona hubiera experimentado un evento cercano a la muerte. Estas experiencias “generalmente se informan como transformadoras y pueden estar asociadas con emociones negativas”, anotaron los investigadores.
El Dr. Bruce Greyson, quien desarrolló la escala de ECM (experiencia cercana a la muerte) que los investigadores utilizaron en el estudio, encontró que del 10 al 20 % de las personas cuyos corazones se han detenido experimentan una ECM. En ese sentido, puntualiza que representa el 5 % de la población general, según reseña el Daily Mail.
Respecto a la definición de una experiencia cercana a la muerte, el Dr. Greyson precisa que se trata “experiencias intensamente vívidas y a menudo transformadoras de la vida, que a menudo ocurren en condiciones fisiológicas extremas, como traumatismos potencialmente mortales, paro cardíaco o anestesia profunda”.
No obstante, llama la atención que el reciente estudio publicado en Critical Care difiere en sus resultados si se compara con investigaciones anteriores. Por ejemplo, un estudio de 2022 realizado por el Dr. Greyson encontró que los participantes tenían diferencias significativas en la calidad de vida, incluso 20 años después de los eventos iniciales.
En vista de que los resultados de ambos artículos tienen diferencias bastante marcadas, los científicos que participaron en la investigación manifestaron que se requieren más estudios para confirmar los hallazgos y determinar puntualmente qué efectos a largo plazo tienen las experiencias cercanas a la muerte.