Salud
Las recomendaciones del Invima para usar antigripales en temporada de lluvias
El país está atravesando una ola invernal que se extenderá por varias semana y puede generar un aumento en las infecciones respiratorias.
Las imágenes de las granizadas, lluvias e inundaciones que se han presentado en los últimos días han llenado las redes sociales. De acuerdo con las proyecciones del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), se espera que en varias regiones del país siga lloviendo hasta finales de abril o comienzos de mayo próximo.
Históricamente, el incremento en las precipitaciones ha estado relacionado con el aumento en los reportes de personas enfermas con infecciones respiratorias que llegan al sistema de salud. Por ello, es previsible que también se registre un mayor número de cuadros gripales y un mayor consumo de medicamentos para tratarlos.
Por esta razón, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) ha señalado que es fundamental tener en cuenta algunas recomendaciones a la hora de comprar medicamentos que prometen ayudar a mitigar o eliminar los síntomas asociados a la gripa.
Esto es especialmente importante si se tiene en cuenta que muchos de los fármacos hechos para mejorar condiciones como la tos y la congestión nasal son de venta libre y pueden adquirirse con facilidad en cualquier droguería o establecimiento comercial.
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Para empezar, el Invima advierte que es clave revisar con atención la información que hay en la misma superficie de los medicamentos.
“Lee la etiqueta, allí encontrarás las contraindicaciones, posología y condiciones de almacenamiento del producto”, recomienda la entidad sanitaria, que también señala que los consumidores siempre deben verificar cuál es la fecha de vencimiento.
A su vez, indica que en la medida de lo posible los medicamentos deben ser conservados en los empaques o cajas originales.
La entidad sanitaria sostiene que antes de empezar un tratamiento debe verificarse cuál es el principio activo que contiene un producto. Es decir, la sustancia principal que genera determinados efectos en el estado de salud.
Saber esta información es fundamental cuando se están consumiendo otros medicamentos, pues si una solo persona toma dos fármacos con el mismo principio activo puede ingerir niveles inadecuados que pongan en riesgo su bienestar.
El Invima, además, recuerda que el consumo de antibióticos solo debe hacerse cuando hay una prescripción médica, pues hacer un mal uso de esos medicamentos es peligroso para la salud pública. Cuando una persona toma antibióticos sin necesitarlos puede promover la aparición de “súper bacterias” que resultan resistentes a los fármacos, no responden a los tratamientos con medicamentos tradicionales y revisten un gran riesgo sanitario.
Por último, se aconseja asistir a consulta médica cuando los medicamentos no surtan el efecto prometido y los síntomas sigan presentándose durante varios días.
Ojo con los signos de alarma
De acuerdo con el Ministerio de Salud, los ciudadanos deben prestar atención al desarrollo de algunas enfermedades respiratorias y, en la medida de lo posible, tratarlas en las casas,
No obstante, también deben saber cuándo es momento de consultar al médico, sobre todo cuando quien se enferma es un niño pequeño o un adulto mayor. Aunque a veces puede tratarse de síntomas persistentes que requieren una consulta prioritaria, puede haber casos en los que se requiera una visita inmediata a los servicios de urgencias.
En los niños es fundamental estar pendiente de signos como:
- Aumento en la frecuencia respiratoria o respiración rápida.
- Se le hunden las costillas al respirar.
- Presenta ruidos extraños al respirar o “le silba el pecho”.
- No quiere comer o beber y vomita todo.
- Fiebre, que no cede con la administración de medicamentos.
- Irritabilidad- Decaimiento y somnolencia.
- Ataques o convulsiones.
Asimismo, es importante tener en cuenta que hay signos de alarma que también se pueden presentar en niños en edad escolar, adolescentes y adultos:
- Asfixia o dificultad para respirar (o incluso sensación de dificultad para respirar).
- Dolor en el pecho al respirar o toser.
- Decaimiento o cansancio excesivo.
- Fiebre mayor de 38,5 grados centígrados, durante más de dos días.