Salud
¿Los trastornos intestinales podrían ser una señal temprana de Parkinson? Esto dicen los expertos
La detección temprana de síndromes gastrointestinales podría contribuir a la identificación de pacientes con riesgo de enfermedad.
El Parkinson es una enfermedad degenerativa del cerebro asociada a síntomas motores (lentitud de movimientos, temblores, rigidez, trastornos de la marcha y desequilibrio) y a una amplia variedad de complicaciones no motoras (deterioro cognitivo, trastornos mentales, trastornos del sueño, y dolor y otras alteraciones sensoriales)”, según explica en su portal web la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esto causa movimientos involuntarios que impiden la normalidad en acciones cotidianas y naturales como hablar, caminar o mover objetos.
“La progresión de estos síntomas da lugar a altas tasas de discapacidad y necesidades de atención. Numerosas personas con la enfermedad de Parkinson también desarrollan demencia durante el transcurso de la enfermedad”, añade la OMS.
Esto ocurre porque algunas células mueren o se degradan de manera progresiva, como informa Mayo Clinic, y, aunque no se conoce a ciencia cierta por qué se genera, existen algunas posibilidades como los “desencadenantes ambientales. La exposición a ciertas toxinas o factores ambientales puede aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson en el futuro, pero el riesgo es pequeño”.
Sin embargo, hay una nueva óptica respecto a qué podría estar relacionado con esta enfermedad y tiene que ver con algunos trastornos estomacales, según un estudio publicado en la revista Gut BMJ.
La investigación titulada Síndromes gastrointestinales que preceden al diagnóstico de la enfermedad de Parkinson: prueba de la hipótesis de Braak utilizando una base de datos nacional para compararla con la enfermedad de Alzheimer y las enfermedades cerebrovasculares, da pistas que podrían ser síntomas de alerta.
El estudio se basó en un “combinado de casos y controles y de cohortes utilizando TriNetX, una red nacional de registros médicos con sede en Estados Unidos”.
Así, “identificamos 24.624 pacientes con enfermedad de Parkinson en el análisis de casos y controles y emparejamos 18 cohortes con cada exposición a sus controles negativos (NC, en inglés)”.
“La gastroparesia, la disfagia, el síndrome del intestino irritable sin diarrea (SII) y el estreñimiento mostraron asociaciones específicas con la enfermedad de Parkinson (frente a controles negativos, enfermedad de Alzhéimer y enfermedades cerebrovasculares) tanto en el grupo de casos como controles y análisis de cohortes”, indicaron.
Y agregan que ”mientras que la dispepsia funcional, el síndrome del intestino irritable con diarrea, diarrea e incontinencia fecal no fueron específicos de enfermedad de Parkinson, el SII con estreñimiento y pseudoobstrucción intestinal mostraron especificidad de enfermedad de Parkinson en el análisis de casos y controles (OR 4,11) y de cohorte (RR 1,84), respectivamente. La apendicectomía disminuyó el riesgo de enfermedad de Parkinson en el análisis de cohorte (RR 0,48)”.
En palabras simples, es decir que “la disfagia, la gastroparesia, el SII sin diarrea y el estreñimiento podrían predecir específicamente la enfermedad de Parkinson”.
Allí, en el documento, explican que “este es el primer estudio multicéntrico que establece que la disfagia, la gastroparesia, el estreñimiento y el síndrome del intestino irritable sin diarrea aumentan específicamente el riesgo de un nuevo diagnóstico posterior de enfermedad de Parkinson idiopática, incluso en comparación con otras enfermedades neurológicas, como la enfermedad de Alzheimer y las enfermedades cerebrovasculares”.
Además, explican que “la detección temprana de síndromes gastrointestinales podría contribuir a la identificación de pacientes con riesgo de enfermedad de Parkinson durante una fase en la que las terapias modificadoras de la enfermedad podrían prevenir la progresión de la patología de la α-sinucleína”.