Salud
Madre le donó parte del hígado a su hijo adolescente en Cali: así fue el complejo trasplante
Se trata de un procedimiento innovador, pues normalmente estas cirugías las hacen con donantes que ya fallecieron.
Un grupo de cirujanos de la Fundación Valle del Lili de Cali hizo una hazaña médica: lograron que un adolescente recibiera un trasplante de hígado de un donante vivo adulto. En este caso, la donación vino de su propia madre.
Jorge Villegas, el cirujano que realizó el procedimiento quirúrgico, le dijo a SEMANA que el adolescente que requirió el trasplante tenía una condición genética que comprometía sus vías biliares, que son los conductos por los cuales la bilis se transporta desde el hígado hacia los intestinos.
Aunque había tenido varios tratamientos médicos que habían mantenido su condición estable, en los últimos meses su estado de salud había desmejorado. Presentaba distintos síntomas, como infecciones en las vías biliares, un estado de ánimo bajo y problemas para desempeñar sus actividades diarias. Después de examinarlo, los médicos encontraron que su vida estaba en riesgo y requería un trasplante de hígado.
Para los pacientes como él prácticamente la única opción es que su nombre entre a una lista de espera y que aparezca un donante “cadavérico”, es decir, una persona que haya fallecido y que pueda donarle parte del hígado. Desafortunadamente, estos donantes son muy escasos en Colombia.
“En nuestro país tenemos una importante disminución en la donación, que se ha venido afectando mucho más desde los tiempos de la pandemia. Esto ha reducido notablemente la oportunidad para muchos de estos pacientes enfermos”, explicó Villegas.
Contó que le expusieron la situación a la mamá del menor de edad y le explicaron que había otra opción, que podía ser un gran precedente para la historia médica del país: que ella misma le hiciera la donación a su hijo.
El procedimiento es innovador y no se practica con frecuencia en Colombia. Si bien se han documentado varios trasplantes en los cuales niños pequeños que pesan menos de 10 kilogramos reciben donaciones hepáticas de adultos, esta intervención es mucho más difícil en el caso de niños más grandes, adolescentes o mayores de edad.
El hecho de que su masa corporal sea mayor implica que requieren una porción del hígado más grande para mejorar su calidad de vida. En esa medida, se trataba de un trasplante complejo que pondría a prueba la experticia de los cirujanos y la resistencia de la mujer. Aun así, tanto los profesionales médicos como la madre del adolescente decidieron intentarlo.
Antes, tuvieron que someter a la mujer y al menor de edad a varios exámenes que debían demostrar que eran aptos para el trasplante.
“Debemos tener en cuenta que haya compatibilidad o identidad de grupo sanguíneo entre el donante y el receptor. Y también es muy importante el peso y la talla, que finalmente nos permiten calcular cuánto hígado hay que dejarle al donante y cuánto hay que colocarle al paciente enfermo”, señaló Villegas.
Además, les hicieron distintos estudios anatómicos con imágenes diagnósticas para evaluar cómo estaba el hígado de ambos y planear cuál será específicamente el sitio de corte a la hora de realizar el trasplante.
El procedimiento se realizó el pasado 3 de abril y fue un éxito, pues tanto la mamá como el menor de edad han tenido una recuperación óptima.
“En el posoperatorio (la mujer donante) fue internada en la clínica durante cinco días, pasó las primeras 24 horas en la unidad de cuidado intensivo. Ya asiste a controles regulares, tiene una función hepática normal y la única restricción que tiene en este momento es la que se genera por una cirugía abdominal mayor, que es un poco de precaución al hacer esfuerzos físicos. Pero, por lo demás, está empezando a hacer su vida normal”, explicó Villegas.
Sobre el estado de salud del menor de edad, el también cirujano de la Fundación Valle del Lili, Mauricio Millán, explicó que ha mejorado bastante. De hecho, sostuvo que de ahora en adelante va a tener una vida “completamente diferente”.
Millán aseguró que el nuevo hígado tendrá unas vías biliares que funcionan correctamente. Y si bien existe la probabilidad de que aparezcan dificultades médicas después del trasplante, en general la enfermedad que había presentado quedó completamente curada y, en esa medida, podrá desarrollar las actividades de cualquier adolescente de aquí en adelante.
Por su parte, Jorge Madriñán, subdirector médico de la Fundación Valle del Lili, agregó que el logro de este procedimiento fue “usar una porción mayor del hígado del donante para poder trasplantársela a una persona que tiene un peso considerable”, pues normalmente los pacientes con un peso mayor a 10 kilogramos deben esperar a que aparezca un donante cadavérico. Esto abre la puerta para que haya más donaciones para un paciente adulto por parte de otro adulto vivo.