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¿Malas noticias?: la quimioterapia puede reactivar el crecimiento de células tumorales “durmientes”; esto explica la ciencia
Grupo de científicos internacionales tiene nuevas pistas sobre por qué reaparece con frecuencia el cáncer de mama.
El cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo y representó más de 10 millones de muertes en 2022, es decir, cerca de una de cada seis muertes. Los cánceres más comunes son los de mama, pulmón, colon y recto y próstata.
En ese sentido, es bien sabido desde hace años que los medicamentos de la quimioterapia tratan el cáncer al matar las células que se multiplican rápidamente en el cuerpo.
Pues bien, un equipo internacional de científicos publicó este martes en la revista Plos Biology una investigación que parece cambiarlo todo: se ha demostrado que puede reactivar el crecimiento de células tumorales “durmientes” y la reaparición del cáncer de mama.
El equipo de científicos está liderado por la investigadora Ramya Ganesan, de la Universidad de Emory, en Estados Unidos.
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El mayor y más inquietante hallazgo tiene que ver con que un fármaco estándar utilizado en la quimioterapia lesiona las células circundantes no cancerosas, lo que puede “despertar” a las que están latentes y promover el crecimiento del cáncer, un hallazgo que es —tal como explican los investigadores— muy importante para entender la recurrencia del cáncer y enfocar futuras investigaciones para prevenirlo y combatirlo.
Lo cierto es que los avances en el tratamiento del cáncer, incluida la quimioterapia, han reducido drásticamente la mortalidad en muchos tipos de cáncer, entre ellos el de mama, pero hasta en un 23 por ciento de las pacientes la enfermedad reaparece en los primeros cinco años de finalizado el tratamiento.
Dicho tratamiento está pensado para destruir todas las células cancerosas, pero a menudo algunas entran en un estado de latencia, en el que dejan de dividirse y no responden a los agentes quimioterapéuticos. Es esa reactivación la que se produce cuando las células inactivas vuelven a despertarse y comienzan a dividirse de nuevo, han señalado los investigadores.
Algunos estudios ya habían indicado que la propia quimioterapia puede favorecer la salida del letargo, pero el mecanismo de este efecto no está todavía claro.
Para explorar este aspecto en particular, los investigadores trabajaron tanto con un modelo celular como con un modelo de ratón de cáncer de mama, y administraron un fármaco quimioterapéutico muy utilizado (el docetaxel) en concentraciones fisiológicamente relevantes y descubrieron que, incluso a dosis muy bajas, algunas células resultaban dañadas, mientras que las cancerosas no, y que el tratamiento inducía la reentrada del ciclo celular en las células cancerosas.
Lo que evidenciaron los autores del estudio es que esta reactivación de las células latentes se debía a la liberación de dos moléculas clave de señalización celular, que actuaban sobre esas células latentes para promover su crecimiento, tanto in vitro como in vivo.
Lo anterior proporcionó al equipo posibles enfoques contra el cáncer, y demostraron que los anticuerpos que neutralizaban esas dos moléculas (llamadas G-CSF e IL-6) o un fármaco que bloqueaba el mediador de esas señales dentro de las células cancerosas, inhibían el despertar del letargo debido al tratamiento con “docetaxel”.
Los investigadores han subrayado que estos resultados tienen varias implicaciones importantes, ya que ponen de relieve la importancia de las células circundantes, y no únicamente de las propias células cancerosas, a la hora de determinar la respuesta a la quimioterapia.
En declaraciones al Science Media Center España (SMC), una oficina independiente que recopila recursos que contribuyen a entender el alcance de muchos de los descubrimientos, Joan Albanell, jefe del Departamento de Oncología Médica del Hospital del Mar de Barcelona, ha valorado que el estudio describe los mecanismos causantes de ese resurgir tumoral en el cáncer de mama y que pueden ser contrarrestados farmacológicamente a nivel experimental.
Albanell indica que la ‘traducción’ clínica de este descubrimiento es aún un interrogante, y corrobora que la metodología que han seguido los investigadores es adecuada, “pero limitada a modelos preclínicos por lo que su traducción a la parte clínica está aún por determinar”.
En declaraciones recogidas por el SMC, Javier Cortés director del Centro Internacional de Cáncer de Mama de Barcelona e investigador clínico senior del programa de investigación en cáncer de mama del Instituto de Oncología Vall d’Hebron, señala que el cáncer “es un todo” y puede haber una interacción negativa con una parte y positiva con otra y el balance final absoluto resultar positivo.