Salud
Medicamentos genéricos pueden ser hasta un 71 % más baratos, según estudio de la Universidad Nacional
Pueden ser una alternativa para los tratamientos de pacientes con distintas patologías.
La dificultad que han tenido algunos pacientes en Colombia para acceder a distintos tipos de medicamentos ha provocado que las autoridades le pongan la lupa a la problemática. De hecho, recientemente el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, aseguró que hay 30 fármacos que se encuentran desabastecidos en el país.
Y si bien advirtió que se trata de un fenómeno que corresponde a múltiples causas, también señaló que en ocasiones hay medicamentos que sí se encuentran disponibles, pues las que se agotan son algunas marcas.
“Si llegara a faltar algún producto esencial que por alguna razón no está llegando al país, entraríamos a comprarlo directamente. Especialmente si es para enfermedades raras o crónicas, que verdaderamente amerite porque es de interés público”, sostuvo el ministro Jaramillo.
Mientras tanto, el Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) han hecho énfasis en que una alternativa viable siempre pueden ser los genéricos.
Según ha señalado la cartera ministerial de salud, estos fármacos “cumplen estrictos requerimientos técnicos y de calidad exigidos por el Invima antes de aprobarse para garantizar que son eficaces y seguros”.
Así lo señala también un artículo que recientemente fue publicado por la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional, la cual indica que también pueden ser una alternativa más económica, pues sus precios pueden ser hasta un 71 % más bajos en comparación a los fármacos de marca, según un estudio de esa institución.
Los genéricos también son conocidos en ámbitos académicos como “biosimilares”, debido a que sus características se asemejan a otras fórmulas comerciales.
“Son medicamentos de bajo costo pero de alta importancia en el sector de la salud, y aunque en Colombia lo sabemos no producimos ningún medicamento de este tipo, todos son importados; aquí habría una gran oportunidad para el sector biofarmacéutico nacional”, aseguró el ingeniero biológico Juan Pablo Valencia, magíster en Ingeniería Administrativa de la Universidad Nacional de Colombia Sede Medellín, citado en el boletín de prensa de esa institución.
Esta ventaja puede aplicar para una amplia gama de medicamentos. Por ejemplo, la agencia de noticias cita el caso de un fármaco conocido como rituximab, que se usa en el tratamiento de personas diagnosticadas con cáncer. Aunque normalmente puede costar alrededor de 4,1 millones de pesos, la institución universitaria advirtió que podría reducirse su costo a 1,2 millones de pesos. No obstante, es clave dejar de importar y empezar a producirlos en territorio nacional.
Algo similar puede suceder con otros fármacos necesarios para el tratamiento de pacientes con enfermedades crónicas, como la diabetes.
“En los inicios de la farmacología se desarrollaron ‘medicamentos biológicos’, que eran extraídos de organismos vivos; por ejemplo la insulina se extraía del páncreas de animales. Luego se desarrollaron técnicas moleculares que permitieron extraer la fracción de ADN del ser humano que crea la proteína de la insulina, y así se pudo sintetizar en laboratorio, de manera que pasamos de ‘medicamentos biológicos’ a ‘medicamentos biotecnológicos’”, sostuvo Valencia.
“Cuando se desarrollan medicamentos biotecnológicos, es decir originales, que no existían antes, los autores reciben la patente. Esta patente, que les da exclusividad de desarrollo, solo es por 20 años, y después de ese tiempo otras empresas pueden producir ese mismo medicamento. A ese es al que llamamos biosimilar o genérico”, añadió el experto.
No obstante, reconoció que es difícil para estos medicamentos competir y asegurarse un espacio en el mercado debido a que se enfrentan a las fórmulas de multinacionales farmacéuticas que invierten millonarios recursos en marketing.
Por ello, sostuvo Valencia, es fundamental que se invierta más en investigación con el fin de encontrar qué alternativas son viables a la hora de producir medicamentos genéricos en territorio nacional. De hecho, se espera que en los próximos años empiecen a materializarse varios proyectos. Uno de ellos, por ejemplo, empezó a realizarse en la Universidad de Antioquia, que busca producir varios medicamentos de la mano con el Gobierno nacional.