Salud
Métodos de formación de médicos comunitarios de Venezuela ya habían sido duramente cuestionados en su país
La propuesta de permitir que estos profesionales de la salud convaliden sus títulos en Colombia ha causado una fuerte polémica durante esta semana.
Después de que el Colegio Médico Colombiano advirtiera que en el Congreso de la República se estaba discutiendo la posibilidad de convalidar los títulos de los médicos integrales comunitarios (MIC) que se formaron en Venezuela, se han conocido nuevos detalles sobre estos perfiles profesionales.
En línea, por ejemplo, está disponible una carta que le envió la Academia Nacional de Medicina de Venezuela (ANM) al Ministerio de Educación colombiano en 2016. Allí daba detalles sobre la formación que habían tenido los MIC que estaban trabajando en territorio venezolano.
En la misiva advierten que estaban respondiendo algunas preguntas que hizo en su momento la Subdirección de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior del MinEducación. Entre otras cosas, les planteaban interrogantes sobre algunas solicitudes que ya habían recibido en ese entonces para convalidar los títulos de los MIC, los cuales habían sido otorgados por la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales, Ezequiel Zamora.
Desde la ANM de Venezuela señalaron que no eran profesionales de salud pública con una formación normal, sino que recibían educación en atención primaria con el fin de implementar proyectos como el Programa Barrio Adentro, que fue ampliamente conocido en territorio venezolano.
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No obstante, indicaron que encargaron a una Comisión de Educación Médica para analizar qué tan pertinente era la formación que recibían estos profesionales médicos. Los hallazgos que hicieron fueron inquietantes.
“Las materias básicas en la formación médica tales como Anatomía, Fisiología, Histología y Microbiología son impartidas bajo la modalidad de vídeos tutoriales elaborados por monitores extranjeros, no cumpliendo con prácticas sobre cadáveres o modelados anatómicos”, indicó la ANM de Venezuela en su misiva.
Y señaló que esta limitación se debió a que las universidades que estaban encargadas de impartir estos programas educativos no estaban calificadas para ejercer esas tareas. Entre otras cosas, no contaban con los laboratorios y la infraestructura “que se requieren para garantizar la calidad del conocimiento y por ende de la formación adecuada del médico”.
También encontraron que las horas de clases semanales que recibían los MIC eran alrededor de 27, mientras que en las universidades tradicionales llegaban a ser 42.
“El egresado como Médico Integral Comunitario, cumple un período académico de 5 años con 6.118 horas de estudio, en comparación con los formados por nuestras universidades tradiciones que cumplen 8.280 horas en 6 años de estudios”, indicó en su momento la organización médica venezolana.
Asimismo, criticaron el hecho de que se usara el rol preponderante que tenían los médicos en las comunidades para “instaurar un proceso marcado de ideologización en su formación”. Esto, advirtieron en la carta, podía incidir en el favorecimiento de la intolerancia social y en la falta de reconocimiento de las personas que tenían un pensamiento distinto.
“Las Universidades Experimentales Venezolanas adscritas al Programa Nacional de Formación de MIC entregaron títulos de Médicos Integrales Comunitarios a estudiantes, basados en la información que la Misión Médica Cubana en Venezuela les suministró y en cuya formación poco o nada participaron”, advirtieron en otro aparte de la misiva.
Además, aseveraron que en el país persistían dudas sobre la idoneidad de estos profesionales médicos, vacíos en sus programas curriculares, falencias en los programas de evaluación y el hecho de que muchos estudiantes fueron formados por médicos de nacionalidad cubana y no por el personal docente de las universidades venezolanas.
Entre otras cosas, manifestaron serias dudas sobre los criterios de evaluación dentro de las carreras que hacían los MIC. “Todos los estudiantes de MIC asignados a los hospitales sede de la docencia universitaria de la UCV fueron promovidos hasta la culminación de la carrera, a pesar de que, en su mayoría, no mostraron las competencias básicas para el desempeño profesional indicadas por el Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior”, sostuvo la ANM de Venezuela en su carta.
“Los especialistas consultados han opinado que para el momento de su ingreso al internado rotatorio de postgrado, los Médicos Integrales Comunitarios no contaban con competencias profesionales consideradas “indispensables” para el ejercicio profesional”, concluyó la ANM venezolana en su carta.
No obstante, esa organización dejó claro que sus apreciaciones no eran necesariamente objetivas y hacía falta hacer investigaciones más profundas para determinar si los IMC eran idóneos para el ejercicio profesional.