Salud

Mujeres con una dieta sana, entre los 40 y 60 años, tienen menos riesgos de deterioro cognitivo en la vejez, dice revelador estudio

Si la alimentación saludable comienza antes de esa edad, mucho mejor. Debe incluir alimentos vegetales ricos en potasio, calcio y magnesio, y una mínima cantidad de grasas saturadas.

Redacción Salud
20 de octubre de 2023
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Dicho un estudio se basó en el seguimiento médico de más de 5.000 mujeres durante un periodo de 30 años. | Foto: Getty Images/iStockphoto

¿Se ha preguntado qué tipo de dieta lleva a sus 40 años? Un estudio publicado este viernes por la revista científica Alzheimer’s & Dementia dejó en claro que las mujeres que se encuentran en la mediana edad (entre los 40 y 60 años) y siguen dietas saludables son menos propensas a presentar pérdida de memoria y otros deterioros cognitivos en la vejez.

Dicho un estudio se basó en el seguimiento médico de más de 5.000 mujeres durante un periodo de 30 años.

Es importante mantener una dieta balanceada.
Es importante mantener una dieta balanceada. | Foto: Getty Images

La investigación, que fue dirigida por científicos de las facultades de medicina de la Universidad de Nueva York y de Columbia, en Estados Unidos, concluye que la modificación del estilo de vida de las mujeres en la llamada mediana edad —que llevan dietas en las que abundan alimentos vegetales ricos en potasio, calcio y magnesio, y una mínima cantidad de grasas saturadas, así como sodio y azúcar— repercute en una mejora de la función cognitiva a partir de los 60 años.

Los científicos han analizado los datos de un total de 5.116 mujeres de las más de 14.000 inscritas en el Estudio de Salud de la Mujer de la Universidad de Nueva York, uno de los más antiguos de este tipo que examina el impacto del estilo de vida y otros factores en el desarrollo de los cánceres más comunes entre las mujeres, así como otras enfermedades crónicas.

En su análisis, los investigadores tomaron como referencia los datos que las participantes aportaron sobre su alimentación diaria a través de cuestionarios que se llevaron a cabo entre 1985 y 1991, cuando se inscribieron en el estudio y tenían, en promedio, unos 49 años.

La salud de cada una de las participantes fue seguida durante más de 30 años (en una edad media de 79 años), con una especial atención a cualquier deterioro cognitivo sufrido cuando se iban haciendo mayores.

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Las mujeres que llevaron una dieta más sana siendo más jóvenes, eran un 17 por ciento menos propensas a manifestar deterioro cognitivo ya de adultas mayores. | Foto: Getty Images

Entre otros, los investigadores realizaron un cuestionario con al menos seis preguntas médicas estándar que son indicativas de un posterior deterioro cognitivo leve, pero que luego desemboca en demencia; y que abordan —lo más importante del asunto— las dificultades para recordar acontecimientos recientes o listas de la compra, comprender instrucciones orales, conversaciones en grupo, o moverse por calles conocidas.

En el resultado se vio un detalle bastante significativo: las mujeres que llevaron una dieta más sana siendo más jóvenes, eran un 17 por ciento menos propensas a manifestar deterioro cognitivo ya de adultas mayores.

“Tras más de 30 años de seguimiento a estas mujeres, hemos notado que cuanto mayor es la prevalencia de una dieta saludable en la mediana edad, menor es la probabilidad de que las mujeres presenten problemas cognitivos mucho más adelante, ya mayores”, señala el autor principal, Yu Chen, investigador y profesor de la Universidad de Nueva York en un comunicado difundido por la revista.

“Nuestros datos sugieren que es importante llevar una dieta sana siempre, pero especialmente crítico a partir de los cuarenta años para prevenir el deterioro cognitivo en la vejez”, añadió el investigador.

Aunque habría que realizar más estudios en distintos grupos raciales y étnicos para determinar si los resultados del estudio son generalizables a toda la población, hay investigaciones previstas que ya han demostrado que la hipertensión causada por malos hábitos de alimentación, sobre todo en la mediana edad, supone un factor de riesgo importante en el deterioro cognitivo y demencia en la vejez.