Salud
¿Qué hacer para atender la salud mental en el trabajo?
Así como son importantes las cifras y los resultados, sin importantes las personas.
Las tendencias en las diferentes industrias, por estos días en las organizaciones la tendencia de gestión empresarial está enfocada en el crecimiento, desarrollo y mejoramiento de las ventas. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se estima que aproximadamente un 70 % de las empresas colombianas dejan de lado el capital humano, y se enfocan en la apertura de nuevos mercados, sucursales, productos y desarrollo de marketing digital.
Estudios de la OIT indican que las ausencias de los colaboradores por órdenes médicas significaron 12.000 millones de días sin laborar y representan perdidas por un 1 billón de dólares a la sociedad. Según el organismo internacional, las causas más frecuentes de este fenómeno son la ansiedad y depresión.
“El 40 % de los empleados espera obtener respaldo de su empresa para cuidar de su salud mental, pero tan solo el 24 % les proporciona esta ayuda”, según Cigna Salud. La sobrecarga de funciones, la extensión de las jornadas laborales, las metas poco aterrizadas son algunos de los factores que afectan la salud de los trabajadores.
Así las cosas, Diego Arenas, analista de seguridad y salud en el trabajo de Centro Jurídico Internacional, menciona algunas claves a tener en cuenta para cuidar de la salud mental en espacios laborales de forma integral.
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- “Socializar y publicar las líneas de apoyo de atención a crisis. Estas líneas estarán disponibles las 24 horas del día y serán atendidas por profesionales en la salud mental dispuestos por la ARL correspondiente.
- Llevar a la práctica la política de Gestión Responsable de Personas, con la finalidad de implementar los controles de riesgo según su clasificación, por ejemplo, la inestabilidad laboral, el desconocimiento o falta de claridad de sus funciones, las excesivas cargas de trabajo, la incertidumbre laboral y los trabajos repetitivos, entre otros.
- Crear y fomentar solidariamente una cultura de ayuda mutua normalizando las charlas con relación al bienestar mental y apoyo psicológico, generando conciencia del autocuidado y toma de conciencia a través del equilibrio sano”.
Por su parte, María Alejandra Hernández, senior business consultant de Numan Colombia, sugiere otras prácticas para promover la salud mental en el entorno laboral, entre las que se encuentran:
- Equilibrio trabajo - vida: Impulsar un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal, evitando la sobrecarga de trabajo y respetando los límites de horarios. Así como brindar facilidades y flexibilidad frente al surgimiento de problemáticas relevantes o circunstancias especiales de índole personal y/o familiar.
- Permitir opciones teletrabajo u horarios flexibles, para adaptarse a las necesidades individuales de los empleados, y favorecer una permanencia mayor en el ámbito familiar o disminuir la pérdida de tiempo que se produce en los traslados hacia y desde el trabajo.
- Apoyo al desarrollo profesional: Ofrecer oportunidades de capacitación y desarrollo profesional para que los empleados se sientan empoderados y comprometidos con su trabajo.
Entre tanto, la coordinadora de la Oficina de Inclusión del Politécnico Grancolombiano, Carolina Jurado, autora de esta ruta, indica que es importante escuchar, intentar entender la situación, cómo se está comunicando la persona afectada, qué emociones está experimentando y sus actitudes frente a lo sucedido. Reconocer el presente del individuo y la situación.
Luego, analizar el pasado inmediato del evento detonador (qué, cuándo, cómo de lo sucedido, quién estuvo involucrado, etc.).
Para así, explorar el futuro inmediato, identificar potenciales riesgos y gestionar alternativas inmediatas. explorar los recursos que puedan ponerse a disposición de la persona para atender la situación, actuar y explicar con él o ella las posibles dificultades que puedan presentarse en su puesta en marcha.
Finalmente, el doctor Rodolfo Philippi, psiquiatra miembro del Instituto de Psicofarmacología Aplicada, manifestó: “Los síntomas a los que hay que prestar atención incluyen cambios de humor, dificultades para gozar y disfrutar lo cotidiano o sentimientos de tristeza o vacío. Estos síntomas pueden acompañarse con cambios en el apetito, alteraciones en el sueño, como dormir más de lo habitual o mucho menos, falta de energía, dificultades de memoria, concentración o sensación de no poder desconectar. A su vez, todos estos síntomas impiden realizar tareas cotidianas como ir al trabajo o al colegio, lo que genera agobio o bien un esfuerzo superior al previo para poder lograrlo”.