Reforma a la salud: ¿cuál será su futuro si no se debate en sesiones extras del Congreso?

La reforma a la salud ha sido uno de los principales proyectos de ley del Gobierno nacional durante este 2023. En mayo pasado logró dar un paso clave, pues fue aprobada en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes en primer debate.

Las cosas, sin embargo, empezaron a complicarse más cuando trataron de iniciar el trámite para el segundo debate, que debe llevarse a cabo en la plenaria de la Cámara.

Para empezar, la discusión estuvo centrada en los impedimentos que presentaron varios congresistas por tener familiares vinculados o intereses en el sector salud.

Pero no avanzó mucho más. La falta de quórum y el mermado apoyo político con el que contaba el Gobierno para impulsar ese proyecto de ley hizo que el debate se fuera empantanando. El Partido Liberal, por ejemplo, le pidió al Ejecutivo que esperara hasta la próxima legislatura para seguir discutiendo la iniciativa.

Si bien el Gobierno no quería dar su brazo a torcer, la experiencia mostró que seguía sin contar con votos suficientes para superar el segundo debate y la discusión quedó congelada. Tanto fue así que en los últimos días la reforma a la salud no apareció entre las prioridades de la plenaria de la Cámara de Representantes.

El plazo para que el proyecto fuera debatido en sesiones ordinarias se venció el pasado 20 de junio. Aunque se esperaba que la reforma a la salud fuera discutida en las sesiones extraordinarias que planteó el Gobierno para extender el trabajo del Congreso, varias voces han optado por descartar esta posibilidad.

Por ejemplo, el nuevo presidente del Senado, Alexander López, aseguró que en la agenda no está debatir la reforma a la salud en las sesiones extraordinarias. “No habría (tiempo) para reforma a la salud, está descartada”, dijo López esta semana.

En el mismo sentido se expresó el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, quien aseguró que para conseguir los apoyos necesarios el tiempo que hay de aquí a la nueva legislatura puede ser de mucho provecho.

“Desde el Gobierno tenemos que concentrarnos para que en este mes, a través de diálogos parlamentarios, en Cámara y Senado, asegurar las mayorías que haga menos tormentoso el paso de las reformas sociales y que, a partir del 20 de julio, podamos entrar con gran entusiasmo a terminar las que ya iniciaron y en el caso de la laboral y la de educación arrancar para poder completar ese póker de las cuatro reformas sociales que necesita el país”, les dijo Velasco a los medios de comunicación en una declaración del pasado martes 20 de junio.

¿Qué sigue entonces para la reforma a la salud?

Si las cosas siguen como van y el proyecto no se discute en las sesiones extraordinarias del Congreso, la reforma a la salud tendría que seguirse debatiendo en la Cámara de Representantes durante la siguiente legislatura, que empieza el próximo 20 de julio.

A partir de entonces, el Gobierno y su bancada en el Congreso tendrán que convencer a la mayor cantidad de congresistas para superar ese segundo debate en la plenaria de la Cámara de Representantes.

La discusión estará centrada en si el Gobierno cede a las críticas que vienen haciendo algunos partidos como el Conservador, el Liberal y el de ‘la U’. Por ejemplo, le piden al Ejecutivo dejar claro cuál actor del sistema se encargará del aseguramiento y no quitarles tantas funciones a las EPS, que pasarían a llamarse Entidades Gestoras de Salud y Vida.

La otra alternativa que tiene el Gobierno es negociar directamente con los congresistas y buscar que apoyen la reforma voto a voto, algo que ya les ha acarreado sanciones a algunos parlamentarios por parte de las colectividades a las que pertenecen.

El debate sigue abierto, pero todo apunta a que seguirá en el congelador durante el próximo mes.