Reforma a la salud
Reforma a la salud: ¿quién cumpliría el rol de las EPS si las eliminan?
La propuesta del Gobierno nacional es que esas empresas se conviertan en redes prestadoras de servicios de salud.
Una de las propuestas más polémicas que incluiría la reforma a la salud es la desaparición de las EPS. Si bien desde el Ministerio de Salud han señalado que se trata de una “transformación” y la ministra Carolina Corcho les ha pedido a esas empresas convertirse en redes prestadoras de servicios de salud, lo cierto es que esto implica que serían eliminadas del sistema, al menos tal y como se les conoce hoy en día.
Johnattan García Ruiz, investigador de la Universidad de Harvard y experto en sistemas de salud, señaló que sin el texto completo de la reforma no es posible saber cómo se implementará esta propuesta. Sin embargo, explicó que hay algunos detalles que ya se han conocido y que pueden dar luces de cuál es el método que usará el Gobierno nacional para reemplazar a las EPS.
Vale decir que las EPS en términos generales deben ocuparse de múltiples funciones dentro del sistema actual y que su desaparición dejaría un vacío en varios roles claves.
Según García Ruiz hay, sobre todo, dos funciones que son claves para el modelo de atención actual y que, según lo que ha trascendido de la reforma, serían asumidas por entidades distintas en el nuevo modelo.
“Un rol es el de pagar, tener unos recursos y entregárselos a las instituciones prestadoras de salud (IPS). Ese rol se supone que lo va a asumir la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres), que hoy ya existe y que es la que les da las plata a las EPS”, indicó el académico.
Sostuvo que, de acuerdo con la explicación que ha dado el Gobierno, la Adres empezaría a girarles los recursos que le corresponden a las clínicas y los hospitales directamente.
“Pero la otra parte que hacen las EPS es organizar a los prestadores (IPS), a esos jugadores del sistema de salud. Son como un interlocutor entre ellos para que la atención funcione. Por ejemplo, si el médico pide una radiografía, entonces el paciente tiene que utilizar los servicios de la EPS para saber a cuál de los prestadores tiene que acudir para poder hacérsela”, explicó García Ruiz.
Ahora bien, según lo que ha dicho la ministra Corcho, esa tarea pasaría a manos de unas redes integrales de servicios de salud, que se encargarán de articular a las distintas clínicas y hospitales.
García Ruiz, sin embargo, hizo énfasis en que las EPS asumen un riesgo, pues el Estado les gira el mismo dinero sin importar el número de servicios que tengan que garantizar. Eso ayuda a controlar el gasto en salud. El problema es que con lo que propone la reforma no es claro qué actor asumiría ese riesgo.
“Eso es clave, porque si las redes integrales no van a asumir el riesgo, va a costar muchísimo dinero”, puntualizó García Ruiz.
La propuesta, además, no les suena mucho a las EPS, pues han advertido que estas transformaciones podrían implicar riesgos para el sistema de salud. Esta semana, Gestarsalud, que agremia a las EPS cuya mayoría de afiliados son del régimen subsidiado, publicó un comunicado en el cual resaltó cuáles son las principales preocupaciones que tienen sobre la reforma.
Una de las inquietudes tiene que ver con el manejo de los recursos de la salud y la transparencia con la que se van a gestionar.
“Esos dineros, sagrados, se asignarían a unos fondos regionales que pagarían de forma directa por las atenciones. De esta forma, el proyecto de reforma a la salud elimina a todas las EPS, incluso las mejor calificadas, sus funciones son asignadas a otras entidades sin experiencia y se crearía, de fondo, un monopolio público en manos de la Adres. La gente ya no podría elegir quién lo afilia y no se sabe con claridad quién va a responder por usted y sus necesidades”, advirtió a través su comunicado