Salud
Sistema de salud británico, en el que se inspira Petro para Colombia, está en crisis; dura radiografía de diario ‘The Guardian’
El pasado 31 de enero ‘The Guardian’, el principal diario de Reino Unido, dedicó su portada a la crisis y tituló: “El estado del Servicio Nacional de Salud debería ser declarado en emergencia nacional”.
El National Health Service, el servicio de salud de Reino Unido, vive una de las peores crisis de su historia. La razón es poderosa: los largos tiempos de espera por el que deben pasar los pacientes con cáncer, que en ese país se acercan a los 500.000 casos.
Se trata de la entidad a cargo de todo el servicio de salud de los británicos. En otras palabras, la que paga, administra, asegura y presta el servicio a través de entidades públicas y privadas en ese país.
Un estudio reciente de Cancer Research UK, la principal organización benéfica de investigación del cáncer en el país, advierte que la nación está rezagada en materia de políticas efectivas para combatir la enfermedad, que aumenta a un ritmo de medio millón de nuevos casos al año.
Es que el progreso en la supervivencia del cáncer en el Reino Unido es actualmente el más lento de los últimos 50 años, y sitúa al país detrás de naciones como Australia, Canadá, Dinamarca y Noruega en la lucha contra la enfermedad.
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El mismo estudio indica que, aunque casi la mitad de todos los pacientes (49,8 %) sobreviven al cáncer durante al menos 10 años, la tasa de progreso se desaceleró notablemente después de 2010, aumentando en un promedio del 0,6 % al año entre 2011 y 2018, cuando en décadas anteriores la supervivencia a 10 años aumentaba entre un 1,5 % y un 2,7 % anual.
La situación preocupa en Colombia. Precisamente, el National Health Service es el modelo público que intenta replicar la reforma a la salud que impulsa el Gobierno del presidente Gustavo Petro.
Así lo dejó entrever en su momento la anterior ministra de Salud, Carolina Corcho, al asegurar en una entrevista que la reforma tomaba “muchas de las experiencias” del sistema de salud británico por la experiencia de “pagador único”, que es precisamente uno de los puntos más polémicos de la reforma, pues implica la eliminación de las EPS, por lo que el Estado entraría a manejar directamente la salud de los colombianos.
En cuidados intensivos
En el caso del Reino Unido, las raíces de la crisis de la salud son profundas: la baja inversión, la escasez de profesionales y el envejecimiento de la población.
De ahí que el pasado 31 de enero ‘The Guardian’, el principal diario de Reino Unido, dedicara su portada a la crisis y titulara: “El estado del Servicio Nacional de Salud debería ser declarado en emergencia nacional”.
De acuerdo con The Guardian, el sistema de salud está en “riesgo existencial debido a la profunda crisis en el cuidado del cáncer”, lo cual se explica en que “desde 2020 más de 200.000 personas en Inglaterra no han recibido cirugías vitales, quimioterapia o radioterapia, dentro del rango de 62 días”.
Dicha situación ya alcanzó límites preocupantes: un paciente con cáncer de colon, por ejemplo, se ve obligado a esperar más de esos días para recibir tratamiento. Una situación que aumenta la probabilidad de morir en un 10 %, por cada cuatro semanas de espera, según reseña el medio británico.
En Colombia, en cambio, los tiempos de espera entre los primeros exámenes médicos y el diagnóstico del paciente con esa enfermedad está en 30 días, y entre el diagnóstico y el inicio del tratamiento en 52 días. Así lo indica la Cuenta de Alto Costo, un organismo técnico que administra los datos correspondientes a las enfermedades de alto costo del país.
Una crisis profunda
Justamente, hace un año, en febrero de 2023, cientos de trabajadores del sector salud entraron en lo que pasó a llamarse la mayor huelga en la historia sanitaria de ese país. La inconformidad de los manifestantes estuvo estrechamente ligada a los bajos salarios.
“Estamos disponibles las 24 horas 7 días por semana, nos partimos la espalda haciendo el trabajo de tres personas”, dijo en ese entonces Victoria Busk, una joven enfermera en una planta de traumatología del Hospital Queen Elizabeth de Birmingham, en el centro de Inglaterra, entre los manifestantes que denuncian sobrecarga laboral por la falta de personal.
Lejos de apagarse, en septiembre pasado, miles de profesionales de la salud se tomaron de nuevo las calles y amenazaron con dejar sin servicios médicos a los ciudadanos del país. Los médicos especialistas de los hospitales del Reino Unido iniciaron una nueva huelga pidiendo, de nuevo, mejorar los salarios, bajo amenaza de una movilización conjunta con los residentes, lo cual marcaría una escalada en la crisis del sistema sanitario británico.