AL ATAQUE
Águilas de los Andes: una fundación colombiana que protege a estas especies
En su centro en Pereira, se han rehabilitado águilas de montaña, halcones y otras aves rapaces. Sin embargo, su principal objetivo, es la educación.
El programa Al Ataque llegó a Risaralda para hablar con Alex Ospina, director de la Fundación Águilas de los Andes.
Su pasión empezó desde muy niño. Él amaba todo lo que volaba y podía ver en el cielo. Y así empezó a amar las aves: era de lo que más observaba en el cielo y se preguntaba siempre de dónde venían y quién las cuidaba. “Algún día siendo muy niño en televisión vi un programa de Gloria Valencia de Castaño que se llamaba ‘Naturalia’ y allí vi a Félix Rodríguez de la Fuente, un hombre español que tenía unos programas muy lindos y yo no podía creer el halcón que él tenía en su puño”, cuenta Ospina. Prácticamente allí fue dond el director de la fundación y del centro de rehabilitación de aves rapaces se enamoró del plumaje y de la belleza de esta especie.
“Mi vida cambió totalmente” dijo Ospina, recordando aquella ocasión en la que sintió por primera vez ese interés y deseo por salvaguardar la vida de estos animales.
“Somos un grupo de personas la gran mayoría biólogos y ornitólogos, que hemos creado la fundación Águilas de los Andes para la conservación de las rapaces colombianas, en especial del águila real de montaña que es una especie descubierta en Colombia en 1840 y es el ave rapaz en mayor riesgo de extinción”, indicó al programa Al Ataque, Ospina.
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El águila real de montaña es poco conocida, es la segunda ave más imponente, grande y poderosa de Sudamérica. Solo la supera el águila harpía.
“Nosotros creemos que no hay 200 parejas en el país, cada vez se está declinando más la especie, cada vez se intervienen más los habitat naturales y es una especie de conflicto porque en el momento en el que se intervienen los hábitats, el colono lleva sus gallinas o sus pollos -que son su alimento- allí el águila los ve como presa fácil, luego las capturan y lo que hacen es matarlas”, señaló el director de la Fundación.
Desde Pereira, donde está ubicada la Fundación, se realizan las investigaciones, se rehabilitan aves y se educa ambientalmente sobre el águila real de montaña, un animal del que muchos colombianos no tienen idea de que existe.
“Parte de nuestra labor es educar (...) llegarle a los campesinos que habitan en las zonas de habitat del águila, mostrarle de qué se trata, mostrarle cuál es la importancia que ella está cumpliendo en el ecosistema y el por qué hay que cuidarla”, aseguró Ospina.
“Vía telefónica hemos logrado cambiarle el concepto a las personas que querían matar al águila para que fueran guías de observación”, esto teniendo en cuenta que esta especie es muy difícil de ver y que ellos tienen la habilidad para ubicarla. “Hemos podido cambiar el concepto estas personas. Eso es información, es educación”.
En la fundación reciben aves decomisadas, donadas, rescatadas o encontradas heridas, allí las rehabilitan, fortalecen su salas y las devuelven de nuevo a su hábitat natural “la rehabilitación con técnicas del arte cetrería es muy compleja, es de mucho tiempo y paciencia, aquí hemos tenido aves que se han demorado año y medio y dos años en rehabilitarse para poder ser liberadas”.
Este tratamiento consiste en meter al animal en una cámara de vuelo y allí darle toda la fuerza del ejercicio suficiente para que después de ser liberado pueda ir a la casa de su alimentación y volar libre y con toda la fuerza que esta actividad requiere.
“Todas las personas que trabajamos en esto, hemos comprobado con transmisores satelitales la efectividad de esta rehabilitación” afirmó Ospina y agregó que las intervenciones en la fundación van desde las cirugías hasta la sanación completa del ave.
Aves como el halcón, el gavilán o el águila solitaria también han sido rescatadas en este lugar, sin embargo, la caza de estas especies ha hecho que el peligro de extinción esté más latente.
Sobre el entendimiento del cuidado de los animales en Colombia, Alex Ospina dijo: “Yo creo que este país llegó a un punto en que han habido tantos males ambientales que yo soy escéptico en muchas cosas. La educación ambiental es indispensable”, sin embargo, él cree que si no se logra tener este tipo de conocimiento, es muy difícil que estas y otras especies se salven de las manos del hombre.