| Foto: Cortesía Gobernación de Cundinamarca

AL ATAQUE

Al cuarto día pensamos que nos iban a dejar morir sepultados: minero rescatado

Para Manuel Sánchez, no dormir, la alimentación y hacer sus necesidades se convirtieron en un tormento durante cinco días que estuvo sepultado en una mina.

1 de septiembre de 2020

Manuel Sánchez sobrevivió a cinco días de oscuridad total a 21 metros bajo tierra. Él, junto con otros dos hombres, laboraban en la mina El Alisal, en Lenguazaque, Cundinamarca, cuando la entrada se vino abajo el 19 de agosto.

En el programa "Al Ataque", con Salud Hernández-Mora, Manuel reveló detalles escabrosos de cómo superó la angustia de verse sepultado y la presión de sus compañeros que sentían la muerte cerca.

Según contó, llevaba apenas ocho días trabajando cuando ocurrió el hecho, aunque tenía experiencia en otras minas, donde laboró durante ocho meses. “De allá me retiré porque no nos pagaban seguro, renuncié y me fui con unos amigos a esa mina, donde nos pasó ese accidente, pero gracias a Dios que salimos vivos”.

Sánchez contó en entrevista con SEMANA que ese día su patrón lo recogió y salió de casa a las 10 de la mañana. Llegó a Ubaté y antes de entrar a la mina le dieron almuerzo y le explicaron que su turno iba de 3 de la tarde a 11 de la noche.

Pero al iniciar sus labores, entrando a la mina, dice que no sintió confianza. “Algo me avisaba”, cuenta, como sintiendo un mal presagio.

“Ese día me metí en el vagón y bajamos 150 metros por un camino inclinado, derecho, y llegamos a un nivel donde era todo plano y empezamos a trabajar. El trabajo consistía en llenar un coche y trasladarlo 150 metros. Echamos cuatro cochadas de carbón y hablábamos por un citófono; eso fue lo que nos salvó ese día, porque no regresó más el coche”.

Manuel Sánchez recuerda que junto con sus compañeros buscó otro coche para continuar trabajando, pero no encontraron. “En ese momento hablé por el citófono, les pregunté qué pasaba con el coche y nadie nos respondía. Sentí algo de preocupación, pero regresamos. Trajimos tres cochadas y nada, ya estábamos acumulando”.

Pasaron las horas y, al mirar el reloj, se dio cuenta que eran las 9:30 de la noche. A esa hora se les cruzó por la mente que algo malo había pasado. “Les dije a mis compañeros que saliéramos. Se sale caminando una pendiente de subida y cogiendo una manila; íbamos caminando y llegamos como a 40 metros, pero algo me avisaba. Sentí miedo y susto”.

“Seguí caminando unos 20 metros más arriba y ahí nos encontramos con el coche: estaba atravesado, nos tapaba por donde teníamos que salir. Mis compañeros se pusieron a llorar, pero en lugar de ponerme nervioso me dio una sensación de risa, un ataque de risa. Le pedí a Diosito y le dije a mis compañeros: tranquilos, de esta nos sacan”, narró.

El hombre recuerda que “no había por dónde mover el coche, no se podía hacer nada” y decidieron regresar abajo. En ese momento, mientras se encomendaban a Dios, uno de sus compañeros, más experimentado, tomó un serrucho y subió el túnel. Buscó una de las mangueras de oxígeno y la cortó para hablar con los encargados, que desde arriba ya intentaban sacarlos.

“El encargado nos dijo que habían quedado tapados siete metros. Nos dijeron que no nos preocupáramos, que por ahí en unas tres horas salíamos, para darnos ánimos”, recuerda.

Sánchez dijo que, sin más que hacer, buscaron unas tablas, las acomodaron en el piso “porque había agua y lodo” y pasaron una noche llena de martirio e incomodidad. “Había un poco de plástico y lo tomamos de cobijas para que nos pegara mucho el frío, porque adentro el frío era duro, salía mucha agua”.

Así pasó el miércoles por la noche, pero en la mañana del jueves aún no podían salir. “Nos decían que faltaban tres metros, para darnos ánimos. El agua avanzaba y ya no podíamos estar abajo”.

El rescate, sin embargo, tardaría más de lo esperado. En total fueron cinco días de oscuridad los que vivieron Manuel Sánchez y sus compañeros, a 21 metros de profundidad, no siete como se creyó inicialmente. En la noche del domingo 23 de agosto los mineros por fin fueron rescatados.