MUNDO
Las protestas antirracistas y motines que paralizan a Estados Unidos
Desde el asesinato de Martín Luther King en 1968, Estados Unidos no vivía unas protestas como las que se han dado en la última semana.
Más de 120 ciudades han vivido estas manifestaciones, algunas de las cuales terminaron de forma violenta. También se desplegaron tropas de la Guardia Nacional en 21 estados y el pasado domingo cientos de manifestantes se concentraron en Washington frente a la Casa Blanca, con tal nivel de tensión que las luces de la residencia presidencial se apagaron, cosa que no ocurría desde 1889. De hecho, el presidente Donald Trump estuvo en un refugio subterráneo hace unos días en plenas manifestaciones.
Todo comenzó luego del asesinato de George Floyd el pasado lunes 25 de mayo. Su muerte se convirtió en la imagen de la indignación por el racismo en Estados Unidos, un racismo que atraviesa la sociedad norteamericana hace varios siglos. La imagen de Floyd tendido en el piso mientras el policía Derek Chauvin le presionaba el cuello con su rodilla le ha dado la vuelta al mundo. En 1964 se produjo otra foto igual de dramática que, para ese momento, se convirtió en el símbolo del racismo en Estado Unidos. Allí, el gerente del restaurante Motel Monson arrojó una botella de ácido clorhídrico a dos mujeres negras que protestaban en la piscina del establecimiento. Aquella imagen también recorrió el mundo.
La mayor ola de protestas contra el racismo que vivió Estados Unidos en medio siglo llegó en medio de una pandemia. Ambas cosas eran impensables hace apenas unas semanas. El presidente Donald Trump, como ya es costumbre, apuesta duro. Acusó a la extrema izquierda y a los antifascistas de la violencia, y los declaró grupos terroristas. Además, sentenció que “estos no son actos de protesta pacífica, son actos de terrorismo nacional”. Trump, básicamente, ha criminalizado la protesta y amenazó con desplegar militares.
Sin embargo, para la mayoría de los analistas y activistas, la muerte de Floyd fue la gota que rebosó la copa y unió a cientos de ciudadanos que han vivido hechos de racismo y no toleran ver más actitudes o comportamientos éticamente inaceptables. Un racismo estructural que afecta a toda la nación norteamericana. Son las personas de color, negros o latinos, los que están sin empleo, los que sufren la pobreza y donde más duro ha pegado la pandemia. A muchos de ellos, sencillamente, les llegó el cansancio de soportar eso.
Por supuesto, a tan solo unos pocos meses de las elecciones, han surgido todo tipo de análisis. Hay quienes dicen que Trump ha visto, en las protestas violentas, una oportunidad para ganar apoyo, más aún en un país que se hunde en una fuerte crisis económica, apenas comparable con la gran depresión de 1929. Para otros, como el candidato demócrata Joe Biden, “las palabras de Donald Trump no son las de un presidente, son las de un jefe racista de la Policía de Miami de los 60”. Muchos critican Trump por la falta de liderazgo.
‘El Poder‘, con Ariel Ávila, fue a fondo e indagó con Kaliris Salas-Ramirez, doctora y profesora del Department of Molecular, Cellular and Biomedical Sciences en Nueva York, qiuen además es activista contra el racismo. Igualmente, participó el periodista Toby Muse, quien ha hecho un seguimiento a las protestas y tiene una visión del todo el país.
Se completan más de siete noches de manifestaciones, algunos saqueos, vandalismo y toques de queda en varias ciudades de Estados Unidos. La conclusión de ambos es que esto hasta ahora comienza y las manifestaciones no se van a detener.