Alcaldía y Gobierno han pasado de discutir a trabajar en equipo.

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Reapertura de Bogotá: acuerdos y desacuerdos de Claudia López y el Gobierno

Tras casi tres meses de iniciada la cuarentena, el panorama entre gobierno local y nacional parece haber cambiado, aunque a la alcaldesa le preocupa que la reapertura dispare los casos de covid-19 en Bogotá.

11 de junio de 2020

A mediados de marzo, cuando Colombia contaba con apenas 14 casos confirmados de coronavirus, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, empezó su cruzada para hacer frente al brote de covid-19.

Desde el inicio de la emergencia, López ha mostrado un desacuerdo constante frente a algunas medidas adoptadas por el presidente Iván Duque para contener la pandemia, o bien para reactivar gradualmente la economía.

Pero ahora, tras casi tres meses de iniciada la cuarentena, el panorama y el clima entre ambos parece haber cambiado, aunque a la alcaldesa le preocupa que el regreso de actividades laborales de varios sectores dispare los casos de covid-19 en la ciudad.

Así lo dijo la propia Claudia López en entrevista con María Jimena Duzán en SEMANA en Vivo, donde se refirió al trabajo articulado de su administración con el gobierno Duque y, en especial, con el Ministerio de Salud, en cabeza de Fernando Ruiz.

“Estoy todavía tranquila por las medidas que hemos ido tomando con el señor ministro (…) Bogotá ha crecido 25 % en UCI. Vamos en 50 % de ocupación, no vamos mal, pero tener más UCI depende de que el Gobierno nacional nos entregue los 1.000 ventiladores que nos prometió y que todavía no han llegado”, expuso la alcaldesa.

El ministro confirmó que a finales de junio Bogotá tendrá 145 ventiladores más, lo que equivale al mismo número de UCI adicionales. “Bogotá ha cumplido su parte, pero no hay UCI sin ventiladores”, agregó López.

Además, la mandataria local dijo que, pese a que los ventiladores prometidos por el Gobierno no han llegado en su totalidad, “en lugar de discutir” trabaja día a día y que con el panorama actual no cree que “en el corto plazo nos veamos avocados a hacer una cuarentena total, no por ahora”.

Al respecto, el ministro Ruiz consideró que hay “una gran estabilidad en los indicadores” de Bogotá, lo que indica que la atención que ha prestado la ciudad a contener la pandemia ha funcionado bien, al igual que el incremento en las unidades de cuidados intensivos.

En términos generales, dijo que “hay una tendencia a la estabilidad, pues la ciudad es un caso intermedio entre las ciudades con gran afectación y las de nivel medio”.

Trabajo en equipo

El clima entre el Palacio Liévano y la Casa de Nariño parece haber cambiado desde el choque del pasado 17 de marzo cuando, por medio de un decreto, el presidente Duque parecía tumbar el simulacro de aislamiento en Bogotá, la primera gran medida de la alcaldesa para enfrentar el brote de coronavirus en la ciudad.

Fue entonces cuando saltaron las primeras chispas, pero en la entrevista López aseguró que con el ministro Ruiz siempre se ha llevado bien, pues ambos se guían “por la evidencia y los datos”.

Lo positivo de enfrentar la pandemia a estas alturas es que el Gobierno ya no tiene “datos de proyección, sino que esto tiene tres meses pasando. Tenemos datos observados, no estimados, por eso sabemos que la tendencia no es a que las cosas empeoren, sino a que haya cierta estabilidad”, explicó.

Por lo mismo, la alcaldesa explicó que junto con el ministro se decidió “no abrir más sectores” mientras el Gobierno no le pueda entregar ventiladores. “Si no me los entrega, no me puede subir el riesgo. Yo solo estoy dispuesta a más riesgo con las UCI, nos toca medir muy bien el impacto de ambas cosas”.

Ante la pulla, el ministro dijo que su expectativa es que “el 22 de junio lleguen 45 y el 23 otros 100; esos son suyos y con el presidente se los podemos entregar”.

Esos 145 ventiladores que llegarían en una semana “significa que se incrementa la capacidad entre un 55 % a un 65 %, un margen suficiente en una relación de costo y beneficio ante la eventualidad que implica cerrar una ciudad y los centros comerciales”, explicó el jefe de la cartera de Salud, quien expresó que el país debe “empezar a mover la economía”.

Reapertura gradual en junio

Sobre la posibilidad planteada por el Ministerio de Educación frente a una reapertura de colegios de manera gradual a partir del 1 de agosto, ninguno se quiso comprometer, pues tanto el Gobierno nacional como la administración distrital trabajan día a día, explicó López.

“No sé qué va a pasar en tres días, menos el 1 de agosto. Con esta pandemia toca el aquí y ahora. Estoy pensando qué hacemos el 15 de junio y todos los modelos nos dicen que con menos de mil UCI no lo lograremos, que con más del 60 % de gente movilizándose no lo lograremos y casi estamos en el 60 %”, dijo la burgomaestre.

Para López, el problema de la reapertura de sectores económicos a mediados de este mes, por ejemplo, los centros comerciales, no son estos espacios en sí, sino la economía informal que se mueve en su interior.

Como ejemplo nombró Corabastos, que a principios de la semana pasada tuvo que ser cerrado parcialmente por el incremento de contagios en la localidad de Kennedy, que permanece en alerta naranja.

“El problema no es el Andino, el problema son los sitios que combinan comercio formal y el comercio informal”, dijo Claudia al explicar que, entre otras, una de las medidas que se adoptaría en una eventual reapertura del sector comercial sería habilitar jornadas de “Trasnochón”, pues contrario a los conocidos “madrugones” esta no amenazaría con el colapso de TransMilenio, que mantiene sus operaciones con restricciones para evitar que el sistema sea un foco de contagio masivo en la capital.

Número de pruebas diarias

Ante la pregunta de si se puede mejorar el número de pruebas hechas, López expuso que un nuevo problema que enfrentan las autoridades de salud es que “la gente ya no quiere hacérselas”.

Ante este panorama, ni siquiera las pruebas rápidas podrían reforzar el trabajo de autoridades, pues de acuerdo con el ministro Ruiz, todavía no se puede cambiar de estrategia, ya que con ese tipo de tests hay riesgo de diagnosticar falsos negativos.

“Hay países que le han apostado a esto, como Perú, y empiezan a andar con bitácora falsa. Creen que superan el tema y el monstruo estaba dormido. Seguimos a la espera de las pruebas”, dijo el funcionario.

De hecho, Claudia explicó que “si mañana tuviéramos un millón de pruebas, eso no cambiaría sustancialmente la situación”.

Por último, el ministro de Salud indicó que, en la etapa que se aproxima tras un virtual levantamiento de la cuarentena, en Colombia y el mundo entero habrá que “aprender a vivir otra vez, a desarrollar hábitos y costumbres de vida, pero lo estamos haciendo bien entre todos”.

Los choques entre Claudia López e Iván Duque

Desde el inicio del aislamiento en la capital, a Claudia López se le ha visto muy activa, tomando todo tipo de medidas, visitando hospitales, a los operadores de la línea 123, haciendo pedagogía en barrios e invitando a los ciudadanos a tomar todas las precauciones y a quedarse en sus casas.

Los choques entre la alcaldesa y el gobierno de Iván Duque iniciaron tras el primer día del simulacro de aislamiento en la capital, cuando el presidente anunció en la noche del viernes 20 de marzo que el país entraría en cuarentena total desde el martes 24 de marzo hasta el 12 de abril, medida que, inicialmente, se dictó por 19 días. "La pandemia ha tocado nuestras vidas", dijo el jefe de Estado. A la fecha había 158 casos de coronavirus confirmados.

Los principales opositores de Duque, como Gustavo Petro, apoyaron la cuarentena y la propia alcaldesa Claudia López mostró su respaldo. Un día después, el presidente anunció, en rueda de prensa conjunta con la alcaldesa de Bogotá y el gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, la extensión del simulacro de aislamiento para que empatara con la cuarentena nacional.

Pero el martes 24 de marzo, en el inicio del aislamiento obligatorio a nivel nacional, López dejó en evidencia su molestia por cuenta del decreto del Gobierno, al que la mandataria calificó de "laxo".

El mismo día, también a través de redes sociales, la alcaldesa se refirió a los miles de ciudadanos que no acataron el decreto y cuestionó otra de las medidas de Duque para conseguir recursos.

El 27 de marzo dio a conocer que en los pabellones de Corferias se instalaron 1.200 camas hospitalarias para la atención de casos de baja complejidad a fin de adaptar los hospitales en unidades de cuidados intensivos (UCI).

La cuarentena avanzó y la cifra de contagios en Colombia aumentó. Para el 6 de abril había ya 1.579 casos y 46 muertes, por lo que el presidente Duque anunció la primera extensión de la medida, prolongada entonces hasta el 27 de abril.

Dos días después, Claudia López anunció nuevas medidas para el aislamiento obligatorio en Bogotá con el fin de evitar aglomeraciones: a partir del 13 de abril entraba en rigor el llamado “pico y género”, que permitió la circulación de la población por días según su género. Bajo esta regla, las mujeres podían salir para tareas esenciales, como comprar comestibles (en días pares), mientras que los hombres salían en días impares.

Tras el anuncio de López, las críticas en redes sociales no se hicieron esperar, ya que algunos consideraron que la medida era discriminatoria con la población transgénero e intersexual. La decisión tampoco fue bien recibida por varios sectores políticos, que la calificaron de “arbitraria y violenta con las identidades de género no binarias”.

Reapertura gradual

El lunes 20 de abril, cuando se acercaba el fin de la cuarentena, la alcaldesa Claudia López volvió a encender la polémica al declarar que el 27 de abril, fecha en que terminaría el aislamiento, no permitiría, bajo ninguna circunstancia, que el aeropuerto internacional El Dorado reabriera sus puertas.

López manifestó entonces que, de hacerlo, sería una "irresponsabilidad", puesto que los casos de la covid-19 en Colombia iban en aumento y Bogotá era en ese momento la ciudad más afectada, con un total de 1.597 contagios.

“Sobre mi cadáver reabren El Dorado el 27 de abril”, dijo la mandataria, pues, según ella, el coronavirus entró al país por el aeropuerto.

Pero en la noche de ese mismo día el presidente Duque anunció una nueva extensión del aislamiento obligatorio hasta el 11 de mayo. De igual forma, el Gobierno nacional anunció que el sector de la construcción volvería a laborar el día 27.

Pero la alcaldesa López se mostró en contra y le pidió a Duque que la apertura de la economía fuera “gradual”. La mandataria declaró en ese momento que la medida del Gobierno "expondría a cientos de miles de trabajadores a un alto riesgo de contagio", por lo que limitó la reactivación de dichos sectores.

Operación de TransMilenio y excepciones para deporte

Por mandato de la Alcaldía, primero se reactivó el sector de la construcción con ojo vigilante para que las empresas cumplieran con los protocolos, mientras que la manufactura reinició el 11 de mayo.

Para entonces, el gran temor de Claudia era la ocupación de TransMilenio, que anunció que no podía exceder el 35 % de la capacidad, pues se convertiría en un foco de contagio en la ciudad.

Además, el Distrito concedió un permiso para practicar deporte durante una hora para personas mayores de 18 años, a una distancia de no más de un kilómetro de la vivienda, entre las 6:00 y las 10:00 a. m., sin importar el género.

Alerta naranja

El 5 de mayo, con una nueva extensión de la cuarentena hasta el 25 de mayo luego ampliada hasta el 31, el Gobierno permitió la reapertura de otros sectores económicos. A la par, los casos de covid-19 en Bogotá aumentaban y la localidad de Kennedy pasó a encabezar el listado de la zona con más contagiados de la ciudad.

Por eso la Alcaldía decretó la alerta naranja en la localidad de Kennedy, tratando de frenar el contagio. Los primeros barrios afectados con la medida fueron Villa Alsacia, Marsella, Tintal, Patio Bonito, Tairona y María Paz, que se agrupan en las UPZ Bavaria, Calandaima y Patio Bonito.

Esos sectores entraron en vigilancia epidemiológica y recibieron especial atención de autoridades de la ciudad, que no permitieron a las personas hacer actividad física al aire libre ni salir si no era para adquirir bienes de primera necesidad.

La medida tuvo que ser ampliada el 14 de mayo ante el incremento de contagios en Kennedy. A la fecha había 467 mujeres y 508 hombres con el virus.

La Alcaldía también anunció ese día que los barrios Quiroga (localidad Rafael Uribe), Puente Aranda oriental (Puente Aranda), Pardo Rubio (Chapinero), Britalia (Suba) y Bosa (en la misma localidad) entraban en cuidado especial para ser monitoreados por la Secretaría de Salud.

Cierre de Kennedy y ocupación de las UCI

El 28 de mayo el Gobierno extendió el aislamiento obligatorio hasta el 1 de julio e incluyó 43 nuevas excepciones para circular por las calles.

Pero un día después se conoció que Kennedy registraba el 30 % de los casos de la ciudad, con más de 2.400 contagiados, por lo que la Alcaldía anunció el cierre de la localidad durante 14 días mediante un cerco epidemiológico estricto.

Con la cuarentena estricta en esa zona del sur de Bogotá, que arrancó el domingo 31 de mayo a la medianoche, la alcaldesa empezó a trabajar para duplicar el número diario de pruebas y los equipos de vigilancia epidemiológica.

López también anunció en ese momento que el nivel de ocupación de las UCI en Bogotá era de menos del 50 %, pero cuando ese número aumente se declararía la alerta naranja en toda la ciudad para hacer cuarentenas por sectores o localidades. Además, el Distrito asumiría el control de las UCI, públicas y privadas.

En caso de alerta roja, dijo en su momento la alcaldesa, cuando las UCI superen el 70 % de ocupación, las medidas serán radicales, pues se determinaría un confinamiento estricto en toda la ciudad.

Al mismo tiempo, Corabastos ordenó el cierre temporal de cuatro bodegas por el periodo que dure el cerco epidemiológico en Kennedy, localidad donde está ubicada la Central de Abastos más importante de Bogotá.