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'Si se reelige Trump, intentará invasión de Venezuela y Cuba': Jon Lee Anderson
El reconocido periodista, reportero de The New Yorker, aseguró que escalarían las acciones en contra de América Latina. Habló de cómo la pandemia impulsa los autoritarismos que quieren silenciar la libertad de prensa.
¿Después del coronavirus, cómo quedará el juego de poderes en el mundo? En Estados Unidos, por ejemplo, Donald Trump se está jugando su reelección. Sus salidas erráticas en la pandemia y sus declaraciones sobre medicamentos que terminan siendo nocivos para la salud lo tienen en el ojo del huracán. El coronavirus ha demostrado una vez más que Trump puede ser su peor enemigo.
Sin embargo, solo en las urnas se definirá, aunque Trump no se encuentra en el mejor momento de su Presidencia, con la enfermedad en el límite y la economía por el suelo, hay probabilidades de que se logre reelegir. Según dijo el periodista Jon Lee Anderson en Semana en vivo, en caso de que Trump se quede en la Casa Blanca escalarían las acciones en contra de América Latina.
Estas, a su juicio, estarían direccionadas a Venezuela y a Cuba, como un intento de acabar cualquier atisbo de socialismo en el continente. De hecho, le da gran peso a la reelección de Trump sobre el futuro cercano del régimen de Nicolás Maduro.
"Es obvio que lo de Venezuela es un colapso lento, pero bien podría durar años y años más, todo depende de si Trump gana las elecciones este año. Creo que si vuelve a ganar él intenta algo en Venezuela, pronostico que sí va a haber una colisión, sea como sea buscarán poner fin al régimen en Caracas y también en La Habana”, aseguró Anderson.
De hecho, Jon Lee Anderson cree que los asesores de Trump son de la ultraderecha norteamericana y tienen una "óptica de los cubanos del exilio de antaño, y buscan terminar con el socialismo de una vez por todas en todo el hemisferio”. El reportero del The New Yorker, quien está escribiendo un libro de Fidel Castro ahora que la pandemia le ha dado espacio para concentrarse en su casa, considera que si bien esta visión no incluye a los demás países latinoamericanos necesariamente sí alienta a los que tienen hacia la derecha del espectro político.
"Eso aunque no incluye a los demás países, colorea el ambiente y hace llenarse de aire a los que tienden a la derecha. Creo que estamos en una coyuntura curiosa y preocupante para nosotros”, dice Anderson. Ese “nosotros”, al que se refiere, es la prensa, porque considera que la quieren silenciar. "Es a nosotros los que buscan callar, aunque no estemos con nadie, buscan hacer lo suyo sin el estorbo de siempre: la libertad de prensa”.
Anderson también se refirió al caso de Nicaragua. El presidente Daniel Ortega es acusado de graves violaciones de derechos humanos, la Unión Europea anunció sanciones para funcionarios policiales y asesores presidenciales. "El apretón económico y la retórica bélica hacen que invasioncitas como esta cosa absurda del fin de semana -con el perdón de los muertos- sucedan. Ortega es la fruta que cae más cercana al suelo, es como el último payaso, él no es ni chicha ni limonada, a estas alturas hablando ideológicamente, caerá eventualmente si le dan un empujón”, explicó.
Tras la investigación de la Revista SEMANA sobre el escándalo de espionaje militar a periodistas, políticos, exmilitares, sindicalistas, Jon Lee Anderson le preguntó a María Jimena Duzán si creía que el presidente Iván Duque no tenía conocimiento de las interceptaciones. ¿Sería cierto que un presidente no sepa?, cuestionó. “Eso es lo absurdo, aquí nadie sabe. Yo no creo, creo que algo deberían saber por lo menos estructuras cercanas a él, porque muchos de los chuzados fueron personas de su entorno, creo que en algún momento tuvieron que saber. Lo peor de todo es que al parecer todos los que han sabido han considerado que eso no era importante. Es decir, que el propio Estado ya se acostumbró a que eso pase, a que se espíen a opositores, periodistas, magistrados, es una cosa que ha pasado desde la época de Álvaro Uribe”, aseguró Duzán.
La gran pregunta es si la pandemia ha favorecido o favorecerá a los mandatarios más populistas y a los autoritarios. Lee considera que la etiqueta de “populista” en realidad “esconde mucho más”. Hace un tiempo atrás los hubiéramos llamado dictadores. Trump cuando grita a la prensa está ganando hinchas, es el gran desafío de nuestro tiempo mantener nuestro espacio (el de la prensa)”. De hecho, considera que el coronavirus está moviendo las fichas a favor de los autoritarismos, les está dando mayores herramientas de control de la sociedad, que pueden ser utilizados en un futuro cercano, por ejemplo, las aplicaciones móviles que permiten ver por dónde circula cada persona o incluso medir su temperatura corporal. “Estas tecnologías son de temer, por las formas que pueden ser utilizados en países muchos países que se sienten incómodos con la libertad de expresión”.
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Al respecto, el periodista y escritor chileno Patricio Fernández asegura que esta pandemia pone sobre la mesa el dilema de cuánta libertad individual y privacidad están dispuestos a ceder las personas en medio de la crisis por el coronavirus. Considera, además, que aunque con matices tanto Andrés Manuel López Obrador, como Trump y Bolsonaro “empiezan a apelar a cosas similares, unos desde la izquierda y otros desde la derecha”. En el caso particular de Chile donde el presidente Sebastián Piñera antes de la pandemia estaba pasando por su peor momento político, sufrió una especie de “resurrección”. “En Chile hemos visto un lenguaje muy guerrero, las guerras no permiten un tipo de oposición interna (...) todo eso le abre puertas al autoritarismo”, advierte.
Por su parte, Andrés Schipani, corresponsal para Brasil del Financial Times, explica que el presidente Jair Bolsonaro se ha esforzado por mantener a su base política en contra de la prensa. En días pasados le dijo a un periodista “cállate la boca” cuando le preguntó algo relacionado con un escándalo político. “Estos nacionalismos populistas lo que hacen es energizar a sus bases, para que sean los mensajeros”, asegura. Además, apunta que ahora los mandatarios no necesitan firmar un decreto para acabar con la libertad de prensa, lo pueden hacer a través de Twitter.