José Antonio Salazar, exmagistrado, y el perro Yak que él asesinó | Foto: SEMANA

Nación

Exmagistrado de la Corte Suprema mató a un perro a tiros 

Se trata de José Antonio Salazar, quien fue magistrado auxiliar del exmagistrado Humberto Murcia Ballén, fallecido el año pasado. El hecho ocurrió en su casa de descanso en ese municipio. Uno de los dueños de la mascota, David Hernández, narró lo sucedido.

2 de abril de 2020

Era la 1:30 de la tarde del domingo 29 de marzo, cuando David Hernández escuchó varios disparos. Se encontraba en su casa, en Villa de Leyva (Boyacá) haciendo el almuerzo pero, al escuchar las descargas tan cerca, se sintió alarmado y decidió salir corriendo de inmediato a ver qué había pasado. “En eso, se acercó el trabajador que cuida la propiedad vecina. Yo bajé corriendo y nos dijo: ‘que manda a decir el patrón que vayan a recoger al perro que el doctor lo mató’”. Por el “patrón”, el trabajador del predio de al lado se refería a José Antonio Salazar, exmagistrado auxiliar de Humberto Murcia Ballén, magistrado de la Corte Suprema de Justicia en la década de los 80 y fallecido el año pasado. 

“¿Qué perro?”, recuerda David que fue su primera pregunta, pues su familia tiene varios perros. Y el trabajador le confirmó que se trataba de Yak, un rottweiler de 10 años, miembro de una familia de canes que llevaba acompañando a  la familia Hernández por más de 20 años. “Me quebré en llanto e inmediatamente salí corriendo. Me hicieron entrar a la casa y como en una especie de jardín interno, al lado de una mesa donde había un computador portátil, estaba el perrito tirado”, cuenta David quebrado entre lágrimas. Dijo que, a los pocos minutos, salió el señor Salazar, momento en el que le indagó si había sido él el que lo había matado. “Me dijo que sí. Le pregunté que porqué, y solo me dijo que porque se sintió agredido”. 

Pero, según aclara David, Yak no era un perro agresivo. “Es más, le tenía miedo a la pólvora y a los truenos, y siempre que los escuchaba, se escondía debajo de la cama”. En ese momento, continúa David relatando, le preguntó al exmagistrado si es que él siempre estaba acompañado de su arma, a lo que el señor Hernández le contestó negativamente. Le aclaró que él se paró de la mesa donde estaba trabajando, fue a buscar el arma, y la emprendió contra el animal. “¿O sea que, mientras el perro lo atacaba, tuvo tiempo de ir a buscar el revólver, salir y matarlo?”, se cuestiona David quien, eso sí, ya acudió a las autoridades judiciales para interponer la denuncia. Sobre todo, porque el maltrato animal ya es delito en Colombia.

 “Yo nunca había perdido a un ser querido de esta manera. Me desvanecí sobre él y lo abracé. Me imagino que en ese momento le presioné el torso y sentí que se le salió un suspiro, lo levanté y no pudo levantarse. Le levanté la cabeza, sentí que se cayó y lloré. Al señor le dije: ‘míreme a los ojos, quiero que sepa que usted acaba de matar a un miembro de mi familia”. Pero el señor Hernández se quedó callado. Yo saqué a Yak, lo llevé a mi casa y, después de que le hicieron la necropsia, lo enterré.

El exmagistrado fue consultado respecto a los hechos. "A raíz de las amenazas y llamadas anónimas de los animalistas, mi teléfono está intervenido y las llamadas deben ser previamente filtradas”, respondió. En tal sentido, dijo que consultaría a su abogado para recibir una sugerencia respecto de si debe o no hablar en medios de comunicación. 

Al publicarse esta nota, Salazar se comunicó con Semana Noticias para explicar lo ocurrido. Envió un comunicado en el que afirma que él mató a Yak en defensa personal pues, según dijo, el perro entró en una actitud de ataque mientras se encontraba con la administradora de la casa que trabaja para él, junto a su esposo y sus dos hijos, uno de 2 y otro de 12 años.

“El tiro fue de frente y murió de inmediato”, aclaró. Señaló que “no soy enemigo de los animales, ni el salvaje y frío asesino como tratan de presentarme en las redes sociales de manera irresponsable y desinformada”. Dijo tener dos perros “debidamente entrenados, cuidados y mantenidos”. Además, reiteró que sigue recibiendo amenazas que pondrá en conocimiento de las autoridades. 

"No soy ningún pistolero irresponsable y mantengo mi arma de defensa personal, debidamente amparada, desde cuando fui amenazado como miembro del poder judicial en la época de las extradiciones. Mi oficina fue incinerada en la toma del Palacio de Justicia y he sido víctima de tres atentados por parte de los brazos armados del narcotráfico", precisó. En todo caso, ya será en el terreno judicial que se termine de dirimir esta disputa surgida el desde el domingo pasado.